Remus se abalanzó hacia el interior de la habitación medio destruida, y en un vistazo rápido captó que Bill tenía a su hija en brazos, de modo que fue directo hacia Hermione y se agachó junto a ella.
En efecto Remus comprobó que respiraba con normalidad y no tenía ninguna herida, de modo que la apuntó con su varita.
Hermione abrió los ojos lentamente, pero unos segundos después se levantó con brusquedad y casi choca contra la cabeza de Remus.
La chica recibió a la niña en brazos y la apretó contra su pecho, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
Entre tanto, Sirius y Jason examinaban a los mortífagos que estaban tirados en el piso, dos de ellos estaban muertos, mientras que los otros sólo inconscientes. De manera que los ataron firmemente. Cuando se detuvieron junto al cuerpo de Bellatrix, la miraron un minuto y luego se miraron ellos.
Entre todos reunieron los cuerpos y bajaron. Mientras lo hacían, Bill manifestó su curiosidad.
En efecto cuando llegaron a la planta baja, vieron que reinaba un caos total, pero tanto las paredes como el techo estaban en sus lugares, y con la posible excepción del estropicio hecho por Sirius y Jason al irrumpir a través de los ventanales, los maleficios no habían causado mayores daños en la estructura.
Los restantes miembros de la Orden estaban reuniendo a los mortífagos y separando los cadáveres. Jason vio que en ese momento colocaban al individuo que había insultado a Hermione y al que él había matado sin contemplaciones.
Ojo Loco, Kingsley, Arthur y Bill, se encargaron de llevar a los prisioneros y a los cadáveres al Ministerio. Mientras que los demás a pesar del cansancio, se quedaron a reparar la casa y dejarla en su estado original.
Los padres de Hermione estaban en estado de shock, aparte de tener algunas heridas leves. De manera que fueron atendidos por Jason, que luego les administró un calmante y los envió a la cama. Lyra se encontraba en perfecto estado, y solo habían tenido que restituirle la voz.
Una vez que todo estuvo concluido, activaron de nuevo los encantamientos protectores y se marcharon. Remus fue el único que se quedó, pero no durmió en toda la noche, y en realidad pensó que no volvería a hacerlo hasta varios días después, cuando hubiese sacado a Hermione y a Lyra de allí.
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Jason había terminado de chequear a Lyra, y ahora se volvió y observó a Hermione. Estaba nerviosa y él quería saber por qué. Sin embargo, no fue necesario que se esforzara.
- Jason -- comenzó ella -- a partir de mañana ya no estaremos aquí.
- ¿Cómo dices?
- Dentro de dos horas me caso
Para Jason el mundo dejó de girar en ese preciso instante, la sangre pareció haber huido de su rostro, estaba seguro de que su corazón se había detenido y sentía que una mano helada apretaba su garganta. Aquello no podía estar ocurriendo, se dijo. Ni siquiera cuando comprobó que Hermione estaba embarazada, había sentido algo parecido. No obstante, si en aquella oportunidad se había graduado en el arte del autocontrol, en esta ocasión estaba obteniendo una maestría en lo mismo, y con las más altas calificaciones.
- ¿Dónde tendré que ir a ver Lyra a partir de ahora? -- preguntó, como si solo le hubiese dicho que cambiaba de casa
- Eso tendrá que decírtelo Remus -- dijo ella -- él es el guardián secreto.
- Bien -- contestó él y dándole la espalda se acercó de nuevo a la cuna -- hasta mañana, nena -- dijo haciéndole una caricia en la mejilla a la niña lo que hacía aparecer una sonrisa en el pequeño rostro y luego se volvió de nuevo hacia Hermione -- Que tengas buen día -- y sin más abandonó la habitación