Una vez que se cerró la puerta por encima de él, Sirius siguió bajando los escalones de madera que conducían al sótano. Por extraño que pareciese, Lyra estaba profundamente dormida, lo que le parecía excelente dadas las circunstancias.
Llegó al final y se encendieron las velas. En la anterior ocasión que había estado allí, no había prestado mucha atención, pero ahora notó que Bill y Jason debían haber trabajado mucho en el acondicionamiento del sótano. El lugar no era muy grande, pero tenía todo lo necesario como para albergar a unas dos o tres personas, calculó él, con cierta comodidad. Pero lo que lo hizo pensar que los chicos tenían mucho que ver en ello, era la presencia de una cuna y un aparador con artículos infantiles. Evidentemente habían pensado en Hermione y Lyra, y en una posible situación de emergencia, pero afortunadamente ella había tenido ocasión de huir.
Caminó hacia la cuna, dejó a Lyra en ella y comenzó a pasearse de arriba abajo con nerviosismo. No le gustó la idea de dejarlos en aquellas circunstancias y no le gustaba estar allí encerrado, y aunque su natural confianza en sí mismo le hacía difícil aceptar que aquellos infelices pudiesen someterlo, también había pensado en la comprometida situación en la que habría colocado a los Weasley si se sabía que él estaba en su casa.
Después que Kingsley les había avisado que ya se sabía que él estaba vivo, les explicó con más calma el motivo por el que era buscado. El primer argumento para librar orden de captura en su contra, era que Fudge había actuado precipitadamente al indultarlo por el crimen del que estaba acusado. Por supuesto, aquello encontró una sólida resistencia por parte de los miembros del Wizengamot que aún no estaban bajo la maldición Imperius, pero como nadie había visto a Peter, en realidad todo se sustentaba en la palabra de Dumbledore. Y el segundo argumento, era de orden investigativo, porque en teoría querían saber cómo alguien que había caído a través del velo, había logrado sobrevivir. Sin embargo, cualquiera que fuese el motivo, estaban seguros que ello lo conduciría de nuevo a Azkaban.
Sirius estaba seguro al igual que los demás, que el pitazo solo pudo haberlo dado su querida prima, pero aquello carecía de importancia, el asunto era mantenerse fuera del alcance de los miembros del Ministerio, y ahora mucho más.
Detuvo su incesante andar al escuchar a Lyra llorar. Se acercó a la cuna y la tomó en brazos, pero la niña seguía llorando.
Ciertamente y hasta dónde podía recordar, el único niño al que alguna vez había tenido en brazos era Harry, y solo para entretenerlo.
Pero se dio cuenta que aquello era ridículo, aquella criatura tenía apenas algo más de un mes, y no había ninguna posibilidad de que lo entendiese y mucho menos que lo ayudase. Lyra seguía llorando y él comenzó a desesperarse, pero de pronto se quedó mirando el aparador y vio… ¿biberones?
La dejó en la cuna y caminó hacia el aparador, pero después que tuvo todo al alcance se quedó mirándolo sin saber qué hacer.
Caminó hacia la cuna pensando, y esperando, haber recordado correctamente las palabras que había escuchado pronunciar a Lily muchas veces para preparar el alimento de Harry. Tomó a Lyra en brazos de nuevo y acercó el biberón a sus labios.
¿Qué estaba diciendo? Él no tenía hijos. Sin embargo, y como había estado ocurriendo con frecuencia en relación a otras cosas, especialmente relacionadas con Harry, comenzaron a desfilar a toda velocidad por su mente una serie de imágenes desconcertantes. Una joven mujer… hermosa… ¿sería Anne Marie?... un jardín… una casa… ¿de quién era aquella casa?... la conocía… ¿era suya?... sangre en un sillón… ¿pero de quién?... ¿un hospital? No era San Mungo ¿qué lugar era aquel?... de nuevo la chica hermosa pero pálida y sudorosa… Lunático… “disculpe… se trata de su primer hijo”… ¿de quién?... un hombre de blanco que le sonreía… “Felicidades, señor Black, ya es usted… ¿¿¿padre???”
Sirius se puso de pie de un salto haciendo que Lyra comenzara a llorar de nuevo. Él trató de recuperar la calma, pero parecía que las imágenes ahora no podían detenerse. Comenzó a desesperarse en el momento en el que no pudo separar lo que suponía eran recuerdos, de un sueño recurrente que había venido teniendo con un niño que hasta ahora pensaba era Harry. En él se veía a sí mismo jugando, durmiendo, alimentando y hablándole a aquel bebe, y aunque no recordaba que ninguna de las escenas que veía en sus sueños, hubiesen tenido lugar en la casa de los Potter, suponía que era por su reciente reencuentro con su ahijado.
Quería concentrarse en aquello, pero Lyra seguía llorando ahora más que antes, y por un momento pensó que tal vez no había preparado el biberón adecuadamente y le había caído mal, pero aquello era imposible, porque lo había hecho muchas veces para…