Al filo de la navaja

Cap. 57 En el Ministerio otra vez

 

En cuanto Remus y Bill fueron capaces de pensar y hablar de nuevo, cosa que pareció suceder al mismo tiempo, exclamaron.

  • ¿¿Qué??
  • ¡Oh vamos!  --  dijo Sirius  --  No tienes problemas de audición que yo sepa  -- dijo mirando a Bill, y luego a Remus  --  y tú, tienes el oído más sensible que cualquiera de nosotros, así que déjense de tonterías.
  • Jason  --  intentó Bill sin prestar atención a Sirius  --  estás hablando de entrar al Ministerio, eso es… ¡diablos!... eso es casi imposible
  • Exacto, tú lo has dicho, casi
  • Suponiendo  --  aventuró Remus  --  y solo suponiendo, que estuviésemos de acuerdo con esta locura, ¿cómo se supone que vamos a entrar justamente al sitio a donde han estado luchando por llevarnos, y pretender no ser hechos prisioneros de inmediato?
  • Eso sin contar con el pequeño detalle, de que el acceso está restringido  --  agregó Bill
  • No sean necios, no vamos a presentarnos en la entrada principal y pedir que nos dejen pasar  --  dijo el chico  --  Y tú y yo sabemos que hay otra forma de hacerlo  --  agregó mirando a Bill
  • Bien, ya sabemos cómo vamos a entrar  --  dijo Sirius sin interesarse lo más mínimo por dónde sería eso  --  Ahora se nos presenta un detalle Niño, no tenemos idea de dónde diablos guardan los archivos, ni qué hacen exactamente antes de ir por alguien ¿o alguien la tiene?
  • Nosotros no, pero conozco a dos que sí
  • No estarás pensando en…  --  comenzó Remus
  • Niño, ya sé por dónde vas, pero no creo posible que ninguna de las dos se muestre muy dispuesta a colaborar. La niña es lo bastante obstinada como para negarse de plano, y Dánaee pues… no creo que tu puntaje con ella esté muy alto teniendo en cuenta que no las has dejado meterse a tu cama.
  • ¡Sirius!  --  exclamó Remus
  • Bueno, eso no lo sabremos si no lo intentamos  --  dijo Jason con pragmatismo  --  de modo que vamos por ellas
  • Yo no  --  se negó Sirius
  • Escúchame, imbécil  --  dijo Jason agarrándolo por la chaqueta  --  si quieres jugar, tendrás que hacerlo o estás fuera.

Remus y Bill los miraban aun sin poder creer que realmente se estuviesen tomando aquello en serio, pero evidentemente así era. Jason caminó hacia el escritorio y pulsó un timbre que estaba en la pared cercana. A los pocos minutos apareció Miles.

  • ¿Milord?
  • Miles, necesito que ubiques a las señoritas Lowell y Aldridge, y les digas que vengan al estudio
  • Sí milord
  • Miles  --  lo detuvo antes de que saliera  --  con la mayor discreción
  • Por supuesto, milord

Después que Miles abandonó el estudio, Remus se volvió hacia Bill.

  • No sé si quiero ver esto.
  • Tampoco yo, pero no creo que tengamos alternativa.

Unos minutos después entraban Dánaee y Grace.

  • ¿Qué sucede?  --  preguntó Grace
  • Siéntense por favor, necesitamos hablar con ustedes  --  dijo Jason
  • ¿… quieres hablar?  --  preguntó Dánaee con acidez e ignorando su invitación a sentarse
  • Necesito tu ayuda.
  • ¿Mi ayuda?
  • Sí, y no adelantaremos mucho si vas a repetir todo lo que digo  --  y sin dejarla decir nada más, agregó  --  Quiero saber exactamente cómo se planea la captura de alguien, por parte de los hombres de Turel.
  • ¿Para qué?

Jason se acercó a ella y Dánaee de forma instintiva dio un paso atrás.

  • Porque es importante para mí, y me haría muy feliz que me lo dijeras.
  • ¿Y qué te hace pensar que yo voy a hacer algo que contribuya a tu felicidad?
  • En principio por pura amabilidad, y segundo, porque puedo hacerte la vida miserable si no lo haces

Remus cerró los ojos y meneó la cabeza, aquel chico estaba rematadamente loco. Bill estaba pensando aproximadamente lo mismo, si su primo pretendía obtener algo de Dánaee en aquellos términos, ya podían irse despidiendo del asunto, y por otro lado se preguntaba ¿cómo era posible que un sujeto pudiese ser encantador en un momento, y al minuto siguiente un verdadero desgraciado?

Dánaee por su parte, estaba pensando muchas cosas qué decirle a aquel imbécil, pero Jason se había ido acercando a ella con una mirada tan incendiaria, que Dánaee se sintió desnuda, y su cabeza se vació de todo pensamiento consciente. Jason lo sabía y fue algo que aprovechó diligentemente, y una vez que la tuvo acorralada contra la pared, con el mayor de los descaros llevó una mano al cuello de la chica y acercó la boca a su oído.

  • Ahora, vas a decirme lo que quiero saber  --  le susurró de forma que solo ella escuchase  --  porque es exactamente lo que quieres hacer.

Dos segundos después, ella estaba diciéndole todo lo necesario y más aún.

  • ¿Eso es todo?  --  preguntó él cuando ella calló, y Dánaee asintió



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En el texto hay: fanfic harry potter outcannon, principio y final

Editado: 11.09.2022

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