Al filo de la navaja

Cap. 58 Presentimiento y dolor

 

Todos miraban estupefactos la pared lisa donde debía encontrarse la puerta. En un primer momento sus mentes quedaron en blanco, pero el ruido proveniente del exterior los sacó bruscamente de su abstracción.

  • ¡Los tenemos!  --  dijo una voz
  • ¡Que alguien avise a Turel!  --  escucharon otra
  • ¡Pero… tienen al Ministro!  --  advirtió un tercera
  • ¡Daños colaterales!  --  escucharon otra

Bill se había acercado a la pared y tanteaba la superficie.

  • Tiraran la puerta de un momento a otro  --  dijo Grace
  • ¡Lo sé!  --  exclamo Jason  --  Estoy pensando

Grace y Remus estaban igual que Bill tanteando la pared, pero de pronto Bill se detuvo.

  • Es posible que solo esté oculta  --  dijo  --  ¡Háganse para atrás!  --  ellos se apartaron con rapidez, mientras Bill apuntaba su varita  --  ¡CONFESSUS SUM! ¡EXTRAHERE OSTIUM!

Todos vieron con enorme alivio, que la puerta comenzaba a materializarse, pero también escucharon la voz de Turel y una orden sumamente alarmante.

  • ¿Qué están esperando?  ¡Tiren la maldita puerta!

Ya Grace había hecho pasar a las Thomas y fue seguida por los demás. El último en pasar fue Bill, y cerraba la puerta justo cuando se escuchaba la explosión de la otra, solo esperaba que la dichosa puerta desapareciera en cuanto fuese cerrada. Grace ya había alcanzado la escalera y subían a tanta velocidad como les era posible, los demás subían casi de espaldas a la espera de poder proteger a las mujeres en caso de que los siguiesen, pero aquel ascenso resultaba no solo incómodo sino peligroso, teniendo en cuenta que la condenada escalera era en forma de caracol. Sin embargo, hasta el momento no habían escuchado nada que les indicara que los estaban siguiendo. Un haz de luz les llegó en el momento que Grace alcanzó la otra puerta y la abrió, pero Bill estuvo a punto de caer cuando la luz lo distrajo, y si Sirius no hubiese sujetado su brazo, lo habría hecho. El asunto fue que el pie se le quedó trabado entre dos escalones y al ser arrastrado con la fuerza que lo haló Sirius, fue perfectamente audible cuando el hueso se partió.

  • ¡Maldición!  --  exclamó Bill

A pesar de la incomodidad, Jason se metió entre Sirius y el pasamanos, y ayudó a extraer el pie de su primo con tanto cuidado como le fue posible, y entre ambos lo ayudaron a salvar el tramo que les faltaba mientras Remus les alumbraba el camino. Una vez en el pasillo, miraron en ambas direcciones y tomaron la decisión de desaparecer desde allí mismo.

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Cuando los agentes del CCP tiraron la puerta y entraron, no podían creerlo. Buscaron inútilmente donde no había nada que buscar.

  • ¡Maldita sea!  --  vociferó Evan  --  ¡Nadie puede desaparecerse desde aquí! ¡Encuentren a ese desgraciado! ¡Lo quiero vivo o muerto, pero tráiganmelo, o serán sus cabezas a cambio!

Sin embargo, y a pesar de que las chimeneas habían sido selladas desde el momento en el que se había dado la alarma cuando Remus fue reconocido, y aunque hicieron un exhaustivo registro de cada rincón del Ministerio y no se le permitió a nadie entrar ni salir en casi todo el día, por supuesto nada encontraron.

El ministro había sido reanimado, pero su aporte fue nulo. De modo que al final del día, Evan Turel estaba a punto de infarto, y ciertamente a partir de ese día, comenzó a preocuparse seriamente por su vida.

Lo que había dicho Jason era cierto, se había convertido en su peor pesadilla, él y los otros tres desgraciados. No era posible que cuatro mal nacidos, tuviesen en jaque a todo un ejército de hombres bien entrenados, y siendo que Evan Turel no se destacaba por su brillantez, comenzó a concebir locas ideas acerca de Jason, porque en su obsesivo pensamiento, no era natural ni siquiera que estuviese vivo, él mismo lo había visto morir, así como no era posible que se escapara una y otra vez no solo entorpeciendo sus planes, sino dejándolo en ridículo. De modo que sí, Jason Prewet era una auténtica pesadilla.

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En cuanto llegaron a Inverness, Grace había comenzado a caminar hacia la casa, pero siendo que Bill no podía, Jason los detuvo a todos.

  • Déjenme atender a Bill primero, si mi tía lo ve llegar así, va a matarme  --  dijo
  • Sí serás  --  masculló Grace  --  Nos arrastras a todos a una misión suicida, ¿y ahora te preocupas por lo que te dirá tu tía por una pierna rota?  --  pero Jason no estaba prestándole atención, en tanto que Sirius sí.
  • Para empezar nadie te pidió ir, niña. Tú sola te invitaste a la fiesta. De modo que difícilmente puedes acusar a nadie de haberte obligado a nada, así que, si quieres reclamarle algo a alguien, mírate al espejo.
  • No me estoy quejando, necio, solo expreso mi opinión acerca de la ridiculez de…
  • Opinión que nadie te ha pedido, por cierto
  • ¡Ya cállense los dos!  --  exclamó Bill que estaba sufriendo un dolor brutal y aquella discusión no ayudaba en nada



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En el texto hay: fanfic harry potter outcannon, principio y final

Editado: 11.09.2022

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