Cuando se aparecieron en Shell Cottage, corrieron todos hacia la casa sin fijarse que Harry estaba aún cavando la tumba de Dobby.
Sirius se detuvo a saludar a Fleur, Remus apenas le dirigió un apresurado saludo, mientras que Jason ni se molestó, solo corrió escaleras arriba con Bill pisándole los talones.
Bill le indicó la habitación y se fue derecho a ella. Ron estaba sentado al lado de la cama de Hermione y se levantó al verlos entrar. Jason sintió un enorme dolor en el corazón cuando la vio, pero hizo eso a un lado de la manera más profesional que le fue posible y se apresuró a sacar su varita. En tanto que Remus se había arrodillado del otro lado y sostenía una mano de la chica mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
En términos médicos, a Jason le resultó sencillo determinar los daños y comenzar a trabajar, pero en términos emocionales, su corazón estaba hecho pedazos y una ira ciega lo estaba consumiendo tanto como el dolor.
Los demás habían salido a acompañar a Harry. El chico los vio acercarse y ni siquiera se preguntó cómo era que Sirius estaba allí. La alegría que podía haber sentido al ver a su padrino quedó sepultada por el dolor que laceraba su corazón. Volvió a preguntar por Hermione, y le informaron que Jason estaba atendiéndola.
Ron se quitó los calcetines y se los colocó al elfo, mientras que Dean había elaborado un sombrero con el que cubrieron su cabeza. Luna le cerró los ojos, y a continuación todos dijeron algo básicamente en agradecimiento por lo que Dobby había hecho, y por último, Harry lo colocó en la fosa. Bill movió su varita y el montón de tierra volvió a su lugar, cubriendo el cuerpo.
Todos volvieron dentro a excepción de Sirius. Él sabía y había experimentado de forma personal el dolor de la pérdida, sin embargo, guardó silencio mientras Harry elaboraba la lápida.
El chico se levantó y miró al horizonte, pero sin poder admirar la belleza del paisaje. Había estado luchando con dos clases distintas de dolor. Una, el dolor que sentía por la injusta muerte de Dobby, y la otra, el dolor de su cicatriz, pero finalmente había logrado dominar aquello. Los pensamientos y sentimientos de Voldemort no pudieron sobreponerse al dolor producto del amor.
Ahora debía tomar decisiones. Reliquias o Horrocruxes. Se volvió y se encontró con los entristecidos ojos de Sirius, y sin mediar palabra, ambos se movieron al mismo tiempo, Sirius lo atrajo hacia sí y Harry se aferró a él como a una tabla de salvamento y lloró toda la desesperación, la frustración, el miedo y el dolor que se habían acumulado en su interior. Mientras que Sirius lloraba por la injusta vida que le había tocado vivir a su ahijado, lloraba la pérdida de sus amigos, la de la mujer que amó, y, sobre todo, la de su propio hijo.
Mucho rato después, entraron a la casa. Bill estaba contándoles a los chicos cómo habían estado las cosas en las últimas semanas. Harry se detuvo en la puerta y escuchó con atención, y fue otra culpa que se agregó a su ya muy cargada consciencia. Todos los Weasley se vieron obligados a abandonar sus trabajos y a esconderse por su causa.
Si bien aquello no restaba peso a su consciencia, si daba calidez a su maltratado corazón, por lo que el chico agradeció sinceramente las palabras de Bill.
Jason y Remus miraban a Hermione, y en ambos podía leerse con facilidad la preocupación. Jason estaba seguro de haber empleado todos sus conocimientos y haber hecho todo cuanto estuvo a su alcance en beneficio de su recuperación. Ahora solo restaba esperar.
Remus amaba a Hermione con cada centímetro de su ser, pero siendo como era, un hombre de extraordinarios sentimientos, no pudo dejar de sentir pena por Jason.
Sin embargo, el chico seguía con la mirada fija en ella, como queriendo mirarla por dentro. Pero Remus se sobresaltó al verlo brincar de pronto hacia Hermione, y cuando giró la mirada, se dio cuenta que la chica se movía y hacía intentos por abrir los ojos.
Trató de enfocar bien, pero de pronto sus ojos se dilataron e hizo intento de incorporarse