Al Final Del Camino

AL FINAL DEL CAMINO

“Todo lo recorrido a lo largo de este largo camino va quedando atrás, pero ¿Qué hay al final del mismo?”

31 de octubre, 23 horas con 45 minutos.

Una ojerosa y delgada joven, de piel blanca, de cabellos negros, finos y largos; que llevaba puesto un vestido holgado de color blanco, caminaba descalza por un largo camino, con la mirada vacía, pero a la vez llena de incertidumbre, tratando de ubicar algo o tal vez a alguien, de repente un estrepitoso sonido hizo que detenga su andar, al tiempo que sintió una ola de frio recorrer cada centímetro de su piel

Tannnnnn tannnnnnnn tannnnnn, era el sonido que la joven escucho, y que hizo que su cuerpo sintiera como si una corriente frio empezara a inundarlo.

—«¿Qué fue ese sonido?, ¿acaso campanadas» — pensó, continuando su avance, con un solo objetivo en mente, salir lo más pronto posible del lugar donde se encontraba.

De repente escucho unas voces decir, algo que incremento el temor que estaba sintiendo, pues si bien oyó perfectamente las voces, en el lugar donde ella estaba, parecía no haber nadie más que ella.

— Ding dong, ding dong las doce está por llegar.

—Ding dong, ding dong, es la hora de jugar — escucho la joven mientras miraba a su alrededor, pero no logro ver nada, solo niebla parecía ver a su alrededor y delante suyo un largo, muy largo camino.

La ojerosa joven a pesar de su temor miro a todos lados, pero solo lograba ver la niebla, de repente unos llantos lastimeros se apoderaron del lugar, incrementando el temor en la joven.

—No te detengas, sigue — escucho.

La joven sin pensarlo mucho hecho a correr, solo mirando hacia adelante, hacia aquella luz que ella lograba ver al final del camino. De repente la niebla empezó a desvanecerse, permitiéndole ver mejor alrededor.

—«¿Cómo llegue acá?» — se preguntaba la joven, tras detener sus pasos para mirar alrededor, el lugar era inmenso y parecía casi vacío de no ser unas pequeñas luces que ella logro ver a la distancia. «De seguro por allí debe haber algún pueblo» — pensó.

—No te desvíes del camino, continúa ya falta poco para el final — escuchó.

—¿Quién eres?, ¿Cómo es qué puedes saber lo que estoy pensando? — dijo la joven, mientras buscaba con su aturdida mirada a todos lados, pero no encontró nada, solo volvió a escuchar aquel sonido de campanadas que hacían que su cuerpo se escarapelara.

—Tannnnnn tannnnn tannnn

—¿Qué debo hacer?, No sé qué hago aquí, ¿Cómo llegue aquí? — se preguntaba la joven, mientras se tomaba la cabeza, cuando de repente sintió a algo pasar junto a ella. La joven levanto la mirada, y pudo notar que muy delante suyo, efectivamente había alguien, alguien que segundos antes paso presuroso por su lado y que ella no pudo ver bien, pues estaba cuestionándose lo que estaba viviendo, solo podía asegurar por su manera de vestir que era un hombre y joven.

—Oiga, usted, espéreme — pronunció la joven echando a correr con las pocas fuerzas que le quedaban para alcanzar a la persona que iba delante suyo, pero de repente tropezó y lo perdió de vista. No puede ser, estaba cerca, — dijo la joven, cuando de repente el lugar se vio inundado de luciérnagas. ¿Y ahora? — añadió.

—No te distraigas, apresúrate, o no llegarás a tiempo — escuchó.

—Nuevamente esa voz, ¿Quién eres?, muéstrame tu rostro, no seas cobarde — pronunció la joven, con la mayor firmeza posible.

—Si llegas a tiempo sabrás quien soy — respondió la voz, al tiempo que el mismo cantico se volvió a escuchar.

— Ding dong, ding dong las doce está por llegar.

—Ding dong, ding dong, es la hora de jugar

—¿Dónde están?, ¿Quiénes son?

La joven no recibió nuevamente respuesta, solo el silencio se volvió a apoderar del lugar, al menos por algunos segundos. De repente, no supo de donde, pero muy delante suyo habían una multitud de personas de diferentes tamaños, por las características físicas de sus cuerpos, ella podía decir que eran de diferentes edades y sexos, lo único que tenían en común eran que todas parecían llevar prisa, pues su caminar era demasiado rápido, tan rápido que poco a poco iban alejándose del alcance de su vista.

—«¿De dónde salieron? » — pensó la joven. No caminen tan rápido, espérenme — expreso.

—Solo síguelas, si quieres conocerme, solo síguelas — escuchó.

—Eso haré, dijo la joven, al tiempo que pensaba — «¿Cómo es qué pueden caminar tan rápido? » — pensó la joven, cuando de repente noto algo que hizo que por poco su cuerpo quedara paralizado.

Todas las personas que caminaban delante suyo llevaban una capa larga de un color que no podía distinguir bien debido a la distancia y la poca luz que había en el lugar, esta capa cubría desde su cabeza, hasta sus pies, pero a pesar de ello hubo algo que hizo que sintiera su cuerpo temblar, todas esas personas parecían flotar mientras avanzaban, y lo peor de todo era que no había ninguna sombra de estás, como si era el caso de ella.

La joven detuvo sus pasos, mientras se tomaba su cabeza, al tiempo que risas y llantos se hacían presentes en el lugar.



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En el texto hay: fantasia, misterio, suspenso

Editado: 31.10.2024

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