Al final del destino

Capítulo 17

*Luan*

Me estoy empezando a volver loca si sigo encerrada en esta jaula, llevo semanas esperando a que algo pase para destruir a esa infeliz y aún no ocurre nada de acción, Fabrizio se ha marchado por viajes de negocios, supongo que para conseguir a más aliados, pero hasta que eso pase podría seguir muriéndome del asco. Hay otra cosa que no se me sale de la cabeza y es que no dejo de pensar en ese hombre, desde que Mijail llegó a esta casa no he podido imaginarme otra cosa que yo en sus brazos, ese hombre es como una escultura hecha por dioses. Ahora que estoy sola, me he sentido obligada por mis impulsos a hacerle una invitación para que venga a tomar algo conmigo, no puedo dejar pasar esta oportunidad, quiero seducirle, tenerle entre mis brazos y no soltarle, sé que tengo unos cuantos años, pero afortunadamente me mantengo muy bien y gracias al dinero de Fabrizio me he podido hacer toda clase de retoques para aparentar menos edad de la que tengo. Al parecer Mijail no es tan tonto como pensaba y ha aceptado mi invitación, esta tarde vendrá y quiero que vea todo lo que puede conseguir conmigo. Llevo preparándome toda la mañana, pelo, maquillaje y manicura, quiero estar perfecta para cuando llegue, he optado por un vestido azul con un gran escote para que vea mis atributos y no pueda resistirse, verdaderamente me siento como una diosa, su diosa.

Mientras me terminaba de maquillar, uno de los guardias tocó mi puerta para avisarme de que él ya estaba aquí, le dije que le hicieran pasar a la terraza. Estaba lista, aunque ese hombre no quiera nada conmigo, estoy segura de que en algún momento caerá en mis redes. Fui caminando hacia la terraza y le vi sentado de espaldas, o sí que espalda tiene, me puedo imaginar echándole aceite y perfectamente notaría cada músculo tonificado, tengo que concentrarme.

 

—     Buenas tardes —dije posándome a su lado—. Me alegra que hayas aceptado mi invitación.

—     Qué remedio —fruncí el ceño.

—     Ven siéntate, por favor —dije sentándome y dando una palmadita al sofá.

—     Claro.

—     Bueno…—estaba segura de que me estaba comportando como una adolescente.

—     ¿De qué querías hablar? Para algo me has mandado a llamar —dice serio.

—     Tranquilo, no es para nada malo —sonreí—. Verás, quería hablar contigo para conocerte un poco más, ahora que estás ayudándonos con Emma.

—     Entiendo… pues es que no hay mucho que contar, supongo que ya sabes todo de mí ¿No?

—     No todo, no.

—     Bien, pues pregunta.

—     Ya… —no sabía ni que preguntarle.

—     ¿Nada?

—     Mira, no me voy a andar con rodeos —puse mi mano encima de su pierna—. Desde el día que viniste no he dejado de pensar en ti, tienes algo que no sabría cómo describir.

—     ¿Qué quieres decir?

—     Lo que quiero decir es que me gustas, Mijail, me pareces un hombre... Espectacular.

—     Me siento muy alagado Luan —me aparta la mano—. Pero estoy casado y soy muy feliz con mi mujer.

—     Ella no tendría por qué enterarse —ni siquiera se ha molestado en mirar mi escote.

—     Nunca la engañaría —se levanta—. Y ahora, si me permites, tengo que marcharme.

—     No espera, no te vayas —me levanté y él siguió caminando hacia la salida, ni siquiera se volteó para ofrecerme una disculpa para ausentarse.

 

Ahora esto se ha convertido para mí en un objetivo, quiero que ese hombre sea mío y me da igual que tenga mujer, eso es irrelevante, si hay algo de lo que estoy muy segura es que nadie se ha podido resistir a mis encantos y haré hasta lo imposible para verle arrastrado ante mí.

 

*Mijail*

Esto es increíble, no tenía ni idea de las intenciones que tenía esa mujer conmigo y desde luego no me ha gustado nada su comportamiento, como si fuera una ramera, siempre he sabido que mis encantos nunca han pasado desapercibidos, pero nadie nunca ha llegado a ese extremo de ofrecérseme en bandeja de cobre. En cierta parte ahora entiendo lo que me había contado Emma, esa mujer es despreciable y no le importa en lo más mínimo si tengo mujer o no que ella va a saco. Eso me hace pensar que quizás Emma no es la mala de la película, llevo semanas dándole vueltas al mismo tema, quieren arruinarle la vida a una chica que lo único que ha hecho es sobrevivir y no hacer daño a nadie, al contrario, hace todo para proteger a sus seres queridos.

Esta mañana mi padre me había comentado que la amiga estaba fuera de juego, la habían atropellado y según nuestras fuentes estaba de vida o muerte, no puedo evitar sentirme mal por Emma, no sabía que mi padre metería a sus amigos cercanos, porque quién me garantiza que si le ha hecho eso a su amiga por qué no lo haría con sus hijos. Estoy al borde de un colapso mental y no estoy muy seguro de que hacer con todo esto, me estoy volviendo loco.

Ahora me dirijo al hotel en dónde se están hospedando mis padres y como no en uno de los mejores hoteles de Nueva York, quería hablar con mi padre sobre sus planes, quería enterarme de cada paso que estuviera haciendo. Al entrar a la suite dónde estaban me acerqué hasta al gran recibidor dónde hay un gran sofá rosado, mi madre vino enseguida a recibirme, en su mirada se veía asombro.




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