Al final del destino

Capítulo 24

Aunque no lo haya querido de esta manera, estás dos últimas semanas han sido caóticas, Tamy salió del hospital para volver a casa, aún no recuerda nada, así que para evitarle un daño mayor blindamos la habitación del bebé que estaba decorando con tanto amor. Los médicos nos advirtieron que no sería nada fácil el proceso de recuperar la memoria, que todo llevaría su tiempo, así que lo único que podemos hacer por ella es comportarnos como si no hubiera sucedido nada. Es difícil mantener el ritmo en el trabajo cuando tienes que estar pendiente de los tuyos, pero no puedo permitirme un día más de descanso. Mi cercanía con Max se ha hecho notar por todos, tanto es así que hasta en las revistas de cotilleo no paran de hablar de nosotros, no puedo negar que desde la última vez que estuve en su casa no dejo de pensar en otra cosa que no sea su cuerpo, ni sus tatuajes, sus labios…; me ha ayudado tanto estas semanas que no puedo evitar apreciar cada detalle. Aunque siga sintiéndome confundida, sigo pensando en Tyler, no hemos recibido noticias suyas, ni siquiera para preguntar cómo está Tara, aunque algo me hace pensar que solo se comunica con James y con Liam, supongo que aún no se siente preparado para hablar conmigo y no le culpo porque yo tampoco lo estoy.

Las cosas con Vitale están muy tranquila, demasiado diría yo, Mijail ya dio el paso de acercarse a Luan y solo nos queda esperar buenas noticias. Hoy hemos quedado para hablar sobre los nuevos avances que ha tenido y espero que nos diga algo que pueda ayudarnos para destruir de una vez por todas a Vitale. No soy partidaria de asesinar a seres humanos, pero ahora todo es muy distinto, antes veía el mundo de otra manera porque no era consciente de que había tales males en el mundo, pero cuando se trata de tu familia haces la vista gorda.

 

—     ¿Y bien? ¿Alguna novedad? —dije cruzándome de brazos.

—     Luan no sospecha nada —dice Megan sonriendo y yo suspiro dejándome un momento de paz—. Esa mujer estaba tan desesperada por un momento me permito respirar con alivio.

—     Maldita rata —dice James.

—     No ha sido fácil, sobre todo para que Vitale no sospechase de mis intenciones —comenta Mijail.

—     Ahora es el momento clave, tantear el terreno.

—      ¿Ha dicho algo? ¿Comentado algo? —pregunto.

—      No, aún no —me mira fijamente la morena—. Pero creemos que pronto soltará la sopa.

—      Me gustaría saber cuáles son vuestros planes —dice Max serio.

—      Bueno… ayer quedé con ella.

—      ¿Y?

—      Pues veréis…

 

*Mijail*

—     No entiendo por qué me estás haciendo hacer esto —digo mientras Megan está frente a mí.

—     Porque si queremos vivir en paz tenemos que hacerlo.

—     Sabes que es muy posible que esa mujer se quiera acostar conmigo ¿Verdad? —su expresión se vuelve fría.

—     Lo sé —se gira frente al espejo dándome la espalda.

—     Megan —la abrazo por la espalda—. Si tú me dices que pare lo haré cuando tú me lo digas y sin pensarlo.

—     No podemos hacer eso, hay que hacer pequeños sacrificios para acabar con todo esto —se vuelve para mirarme a los ojos—. Es mi deber.

—     Y lo entiendo… pero esto es demasiado. Si mi padre llega a enterarse, no sé de lo que sería capaz, podría haceros daño.

—     Y aun así, lo estamos intentando, hay que hacer el bien.

—     Cómo puedes ser tan positiva…

—     Porque quiero vivir en paz, quiero que empecemos de cero sin estar bajo la falda de tu padre.

—     Yo también —la abrazo con fuerza.

—     Tienes que irte ya —mi mira algo nerviosa.

—     Tranquila, confío en mi táctica de seducción —sonríe.

—     No lo dudo —poso mis labios sobre los suyos.

—     Te quiero.

—     Y yo a ti.

 

Dejando atrás a Megan me monto en el coche y me dispongo a ir a esa casa donde todo es siniestro. No quiero juntarme con esa mujer, solo el hecho de tener que tocar sus labios me entra repulsión, si no tuviera que hacer esto desde luego que jamás se me pasaría por la mente estar con Luan.

Tardé bastante tiempo en llegar hasta esa casa, cuando hablé con Luan por teléfono me dijo que Fabrizio no estaba en casa, así que era una gran oportunidad de no tener ojos curiosos mientras la seduzco. Los guardias al verme inmediatamente me dejaron pasar, me dijeron que se encontraba en la terraza esperando, así que con pasos grandes avance a su encuentro. En cuanto entré a la terraza no era de extrañar verla con sus mejores galas, su peinado bien arreglado, sus labios bien pintados y un vestido dejando ver sus grandes atributos.

 

—     Mijail —dice contenta al verme mientras se levanta del sofá.

—     Buenos días —cojo su mano para posar un beso no deseado, al elevar la mirada veo que está sorprendida por mi acción.




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