Al final del destino

Capítulo 32

*James*

Tamara se había levantado temprano, poco habitual en ella, su ausencia en la cama fue lo que me hizo levantarme y cómo anoche salió con las chicas supuse que se iba a quedar mucho más tiempo en la cama. Cuando llegué a la sala ella ya estaba desayunando, es preciosa hasta cuando se mancha la boca con la mermelada.

 

—     Te has levantado muy pronto ¿No? —digo sorprendiéndola.

—     No tenía mucho sueño —sonríe de oreja a oreja, me gusta verla así, feliz.

—     Llegaste tarde anoche, ¿Lo pasasteis bien?

—     Es que Eva se animó a ultima hora y claro una cosa llevó a la otra…

—     ¿Ligaste mucho?

—     Mm… solo un poco —ser ríe—. Aunque parece que Eva arrasó con los demás.

—     Se ha soltado la melena.

—     Eso parece —termina de comerse la tostada—. Oye… —dice misteriosa—. He estado pensando… la otra vez en los Hamptons Emma no estaba muy bien y… creo que debería de ayudarla.

—     Sí…, pero ¿A qué te refieres con ayudarla?

—     Pues verás, ya no aguanto más está situación, tengo que hacer algo, tiene que darse cuenta que Maxwell no es para ella —me molesté.

—     No deberías de meterte en su vida.

—     Habló el que fue responsable de…

—     Eso fue por su bien, y lo sabes.

—     Esto también es por su bien, Tyler la quiere de verdad y sé que Emma también, él siempre ha estado ahí para ella. Así que voy a hacer que se reconcilien, esa tal Sofía se va a quedar con las ganas.

—     Tamara —digo serio—. ¿Qué te hace pensar que Emma va a preferir a Tyler antes que al padre de su hija? A quién de verdad ama, no tiene sentido.

—     El que sea el padre de su hija no significa que tenga que quedarse con él por obligación, eso es ridículo.

—     No estoy diciendo eso.

—     ¿A no? —el tono de su voz se iba elevando—. ¿Quién crees que hizo que Tyler volviera a la ciudad? Yo, y gracias a mí tienen otra oportunidad, así que voy a hacer hasta lo imposible para que vea que es el amor de su vida.

—     Pues vas a perder el tiempo, porque vas a tener que trabajar mucho en ello —me mira confundida.

—     ¿Qué quieres decir?

—     Voy a ayudar a que Max vuelva a estar a lado de Emma, así que tienes muy pocas probabilidades —sonrío.

—     ¿Tú crees? Ya lo veremos —me mira mal, cabreada se marcha de la sala.

 

Pero es la verdad, ella sabe perfectamente que Emma ama a Maxwell, quizás le tenga cariño a Tyler, pero eso no es amor de verdad y prefiero ver feliz a mi hermana antes de seguir viéndola sufrir.

 

*Maxwell*

Había vuelto a comportarme como un gran imbécil, me había prometido no joder las cosas esta vez, pero lo he vuelto a hacer. Sé que Emma ahora mismo no quiere estar con nadie, pero lo único que deseo en esta vida es estar a su lado, lo único que puedo hacer ahora es apoyarla y esperarla, no me importa cuanto tenga que esperar.

Hoy ha llegado el día, estoy en mi guarida con mis hombres preparándonos para lo peor, no puedo dejar que me roben esa mercancía, esa droga es oro líquido y si la fastidio me meteré en graves problemas. James ha venido con sus hombres para echarnos una mano, no sabemos cómo van a acabar las cosas y ni siquiera sabemos cuántos hombres habrá para robarme, pero cualquier precaución en poca.

 

—     ¿Tenéis todo listo? —digo al encargado de los muchachos.

—     Sí señor, hemos enviados a varios hombres a custodiar la zona, cualquier movimiento extraño que haya estaremos preparados —dice seguro.

—     Perfecto —dije poniéndome bien el chaleco antibalas—. James, ¿Estás seguro que quieres hacer esto?

—     Es una pregunta estúpida ¿No crees? —sonríe—. Esto es adrenalina pura, jamás me echaría atrás sin echarte una mano antes.

—     Gracias amigo —y se lo agradecía de verdad, él era mi mejor amigo, mi hermano.

—     Vamos a pillar a esos hijos de puta —me da palmadas en el hombro.

—     Eso espero.

 

Todos nos encontrábamos en posición, ¿tener miedo o nervios? Eso no funcionaba conmigo, era ahora o nunca y en mi negocio no se mete nadie.

 

—     Señor, hay movimiento y no es de los nuestros —me dice desde el auricular.

—     Estad atentos a mi señal —contesto mientras preparaba el arma.

 

Empezamos a sentir más movimiento, esa era la señal que estaba esperando.

 

—     ¡Ahora! —salimos del furgón rápidamente.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.