Al final del destino

Capítulo 34 Parte II

Ahora que no tenía a los dos cerca de mí, seguí disfrutando de la noche, aunque no de la mejor manera, estaba algo agobiada y Loren me había dejado de lado para hablar con ese hombre misterioso, así que me acerqué a ellos para poder hablar con ella. Creo que ya era hora de irme a casa.

 

—     Perdonad por interrumpir —dije al acercarme.

—     Oh, no, soy yo quién me tendría de disculpar —dice el apuesto hombre—. Creo que te he quitado a tu acompañante.

—     No, para nada —miré a Loren que le seguía mirando embobada—. Loren, ¿podemos hablar un momento?

—     Claro —me mira sonriente—. Enseguida vuelvo.

 

Nos apartamos y fuimos hasta la barra.

 

—     Bueno… Cuéntame —le digo intrigada—. ¿De qué conoces a ese hombre tan guapo? —se sonroja.

—     Lo siento, no sabía que había venido a la fiesta. Sé que te prometí no dejarte sola.

—     No, no, sé te ve muy contenta de haber venido —alce una ceja—. ¿Piensas contarme?

—     Bueno, está bien —suspira—. Es mi ex novio de la adolescencia, en la fiesta de navidad en casa de los Miller él estaba ahí, no le reconocí así que pensé que era un idiota más molestándome, pero luego me contó quién era y bueno… ahora no paramos de hablar.

—     Eso es genial —dije contenta—. Además, es muy guapo y se ve que tú a él también le gustas.

—     ¿Qué? No, no, no le gusto —agacha la cabeza.

—     Dios está claro, la única que no lo ve eres tú —cojo su mano—. Si de verdad este hombre te gusta, no lo sueltes, todo pasa por algo.

—     ¿Tú crees?

—     Por supuesto.

—     Te haré caso —me sonríe—. ¿Y tú? ¿Has hablado con esos dos?

—     Podría decirse que hablar, hablar… no —se sorprende.

—     Pero bueno, se supone que ibas hablar con ellos —se ríe.

—     Lo sé, pero es que los dos insistieron y no pude resistirme.

—     Espera —frunce el ceño—. ¿Lo has hecho con los dos a la vez?

—     ¿Qué? ¡no! A ver, cada uno por separado y no es que lo hayamos hecho como tal.

—     Vale, aquí veo un problema —toma un sorbo de su copa—. Tienes que acostarte con los dos.

—     No te entiendo.

—     Querida, lo que te intento decir… es que te tienes que acostar con los dos a la vez ¿nunca has hecho un trío? —ahora la sorprendida era yo.

—     Estás loca —reí.

—     Piénsalo, los dos quieren acostarse contigo, están locos por ti y estoy segura que harían cualquier cosa por ti —pone su mano en mi hombro.

—     Es que…

—     Es que nada, acuéstate con ellos —se levanta—. Voy a por mí hombre, ya me contarás cómo ha sido la noche —me giña el ojo.

 

Esto era una locura, ¿Acostarme con los dos? ¿A la vez? Joder estamos hablando de un trío, la última vez que lo hice fue en mi adolescencia y bueno todos conocemos como acabó. En sí no es tan… tan mala idea, a ver, siento algo por los dos y ellos por mí y me gustaría averiguar cómo podría salir eso. Después de tres chupitos me decidí a hacerlo, tenía que hablar con ellos claramente, me levanté de la silla de la barra y con mil cosas en la mente. Mientras iba caminando hacia la salida sentí que los dos hombres estaban detrás de mí, custodiándome como si no supiera a dónde voy. Me paré en seco pensando en lo que iba a decir ahora, al girarme los vi, ambos tenían el ceño fruncido, mirándome fijamente.

 

—     Tengo una propuesta —dije nerviosa al ver cómo me miraban.

—     ¿Cuál? —contesta Tyler.

—     Estoy nervioso por saber que es —Max se mete las manos en los bolsillos de su pantalón.

—     ¿Qué estarías dispuestos a hacer por mí? —pregunté acercándome a ellos.

—     Todo —contesta Max.

—     Sí, todo —le mira Tyler con mala cara.

—     ¿Hasta hacer un trío? —dije casi en un susurro avergonzada.

—     ¿Cómo dices? —dice Tyler nervioso con una risa nerviosa.

—     Digo que…

—     Estoy dispuesto a hacerlo —dice Max de repente.

—     ¿Qué estás loco? —le reclama.

—     Nos ha preguntado a qué estaríamos dispuestos a hacer y yo —me mira—. Estoy dispuesto a hacer esto —coje mi mano.

—     Joder —Ty se lleva las manos a la frente—. Está bien ¿Esto es lo que quieres? —Ty también me coge mi otra mano.

 

Yo solo podía asentir, estaba nerviosa, eufórica, nunca había dicho estas cosas y ni siquiera se me hubiera pasado por la mente hacerlo, pero era algo que quería experimentar, hacerlo con los dos hombres a quién quiero.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.