Al final del destino

Capítulo 42

Hemos llegado, estoy muy nerviosa por lo que pueda pasar, James aún no nos había dado las ordenes y Megan y yo estábamos casi por comernos las uñas. Si todo sale mal, Luan podría buscar la manera de encontrar a mi hija y llevársela, no puedo permitirlo, así que mi objetivo es encontrarla y enfrentarme a ella de una vez por todas. Con ella no me temblará el pulso, estoy segura de ello.

 

—     Megan.

—     ¿Sí?

—     Procura que no te maten —le cojo de la mano.

—     Te digo lo mismo.

—     Nunca te he dado las gracias por ayudarnos, si no hubiera sido por ti quizás no…

—     No hace falta darlas, de alguna manera tenía que ayudar.

 

Y de repente varios sonidos de disparos comenzaron a escucharse por todas partes, ya había comenzado.

 

—     Ahora —escuchamos por el micro a James.

 

Era nuestra señal, salimos disparadas de nuestro escondite, varios hombres nos apuntaron con sus armas, pero ambas fuimos rápidas y los matamos, avanzamos cada vez más, defendiéndonos como podíamos, esta gente era dura de pelar y tenía miedo de que sus balas nos dieran y que tuvieran veneno como las nuestras.

 

—     Megan, cuidado —la empujé, uno de esos cabrones se estaba escondiendo.

—     Gracias.

—     Vamos.

 

*Maxwell*

Eran muchos, demasiados, mucho más que nosotros y no me temía que en algún momento íbamos a fallar. De entre todos los hombres teníamos que tener cuidado porque según González nos iban a ayudar en el ultimo momento, así que tenía que mirar bien sus marcas en el brazo, así los distinguiríamos. Ahora mismo matar a estos hijos de puta me hacen sentir mejor, necesitaba descargar toda mi ira, por otro lado, no veía por ninguna parte a Vitale.

 

—     James ¿Lo ves? —pregunté.

—     No, aún no.

—     Ese hijo de puta está esperando a que nos cansemos para atacar.

— Eso no va a suceder, amigo mío.

 

No le pienso dar el gusto, deseo tanto como James enfrentarme a él y matarle, por todo el daño que nos ha hecho, no se merece la vida.

 

*Tyler*

James no ha querido que me involucrara en esa guerra, no dejo de preocupar me Emma, sé que después de todo ella quería participar. Solo espero que esté bien y que no le suceda nada, aunque ya no vayamos a tener ninguna relación amorosa solo quiero su bienestar.

 

—     Ty, tienes que relajarte —me dice Sofía dándome un té.

—     No puedo.

—     Todo va a ir bien, mi padre es muy bueno y ellos también —me sonríe—. Van a poder con ellos, créeme.

—     Buf, esto es una locura —dejo el té en la mesilla y me recuesto en la cama.

—     Lo sé —Sofí hace lo mismo, ambos nos miramos.

—     Gracias, sin la ayuda de tu padre…

—     No me las des —se incorpora un poco y me da un beso en la frente—. Deberías comer algo —se levanta de la cama.

—     No tengo hambre.

—     Entonces intenta dormir algo.

—     Tampoco puedo —se para para mirarme y luego suspira.

—     Entonces nos quedaremos aquí hasta que estés listo —se vuelve a tumbar.

 

*Emma*

Mierda, son demasiados, ya casi me estoy quedando sin fuerzas y no entiendo porque no sabemos nada de Vitale, espero que esto no sea una trampa. Megan tampoco puede más y todos los hombres que hemos derribado parecen que no se dan por vencidos.

 

—     James —le hablo por el pinganillo—. En esta zona no dejan de llegar, necesitamos refuerzos.

—     Llegaran enseguida.

 

Siento un gran golpe en la espalda, alguien me ha sorprendido, cuando intenté levantarme vi que era un hombre enorme, pero no me iba a vencer no iba a poder conmigo, sabía perfectamente que hacer en estos casos. Los golpes para este tipo de hombres no sirven, así que lo único que puedo hacer es dispararle en la cabeza.

 

—     Venga muñeca enséñame lo que sabes hacer —imbécil.

—     No me vuelvas a llamar así —saqué rápidamente una pistola y le disparé, la peor parte es cuando te salta sangre en la cara.

 

Al caer al suelo se veía como todavía su cuerpo temblaba, odiaba esta parte, pero no tenía otra opción, era yo o morir en manos de un gorila. Ahora me encontraba sola peleando con otros dos, ya me dolía el pecho de todos los golpes que me están propinando, cuando me vi rodeada de otro más pensé que me iban a vencer, ya casi no tenía fuerzas para enfrentarme.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.