en el muelle van y vienen
muchos barcos, pero ninguno
se ha quedado tanto tiempo como el suyo.
me enamoré tanto
que cuando le tocó volver a navegar,
le lloré un mar de lágrimas
para que siguiera su camino.
aún lo espero en cada amanecer,
con la esperanza de ver
sus velas de lejos en dirección
a mi muelle,
a mis brazos.
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Editado: 01.12.2021