Cuando nos dijeron a Rachel y a mi, que las vacaciones de verano iban a ser sin nuestros padres, una alegría momentánea afloró en mi piel. Todo el verano sin ellos, sin escucharles discutir, sin los comentarios de mi madre acerca de lo pequeños que elegía los bikinis, o de lo poco que le gustaba la costa de Barcelona. Pero todo se esfumó cuando, comprendí, que no iban a ser por caminos diferentes. Sino ella y yo, solas, en la casa que mis padres tenían al sud-este de España, juntas, durante tres meses seguidos.
Cualquier relación entre hermanos es corriente. Tienen su peleas, manías, puedes no coincidir en la mayoría de cosas, pero a la hora de la verdad, cuentas con el apoyo de tener a alguien a tu lado. Con Rachel no era así, nunca lo ha sido. Es dos años mayor que yo, está terminando la carrera de turismo en la prestigiosa universidad de Londres, y puede que tenga los ojos más bonitos de la familia. No es envidia lo que siento por ella, pero supe desde que nací que nunca igualaría sus notas. Tampoco la bondad que chorrea por su rostro cada vez que la miras; Rachel es buena de verdad. De las que te dan todo el brazo sin que lo pidas, y encima la muy tonta, ni se queja. Los últimos años parece que no hayamos sido hermanas, es más, dudo que sus amigos sepan siquiera de mi existencia. Tenemos círculos sociales completamente diferentes y, dios, agradecí muchísimo no entrar en la misma universidad que ella.
Aclaro que ni loca me metería en turismo. Todo el tema de conocer gastronomía de otros países y culturas, es algo que nunca ha entrado en mis planes. No podía irme a la otra punta del mundo sin conocer el idioma ni saber lo que podría pasarme. ¡Estaría a la intemperie! Y sin embargo ella, sabe inglés evidentemente, alemán, español, algo de japonés y la última lengua a la que se inscribió es polaco. ¿Cómo puede una cabeza abarcar tantísimos idiomas? Yo acabaría pidiendo una hamburguesa con sabor a zapato y un poco de cerezas, si todos los idiomas estuvieran en mi cabeza.
Así que ahora, voy a tener que aguantarla durante tres meses. En soledad, en España, encima, y completamente a la deriva. Suena dramático, ¡pero es que lo es! Ella ya ha ido más veces que yo, porque dice que le encanta la cultura de Barcelona, la gente de Madrid y lo bien que se come en Andalucía y Galicia. Pero, duh, yo he estado dos veces y lo único que saqué ciertamente es que los tíos de allí son... completamente imbéciles.
━ Llamad cuando lleguéis. ━repitió mi madre, por enésima vez. ━ Por favor, Ginger, haz caso a tu hermana.
Yo, que estaba burlándome de ella con unos gestos para nada agradables y unas gafas de sol que me tapaban la cara, tuve que cesar. La mirada inquisitiva de mi madre me atravesó los cristales, y tuve que suspirar.
━ Que sí, llamaremos. ¡Son dos horas! ━mi tono fue de lo más exasperante.
El brazo de mi padre rodeó mis hombros, apretándome en un abrazo que otras veces me hubiera reconfortado. Ahora, era mi mayor traidor.
━ No será para tanto. ━me dijo, mientras mi hermana y mi madre hablaban del clima que haría en Barcelona. ━ Acabará el verano y no querrás volver.
━ Lo dudo. ━lo miré con tristeza, deseando que nos acompañasen. ━ Pienso devolverte ésta traición, papá. Antes de lo que crees.
Recibí un beso en la cabellera, un último apretón y se separó de mi. Le daba igual que fuera a sufrir en soledad durante meses, también que mi único amigo allí, fuera el hermano de un tremendo idiota que no sabe más que sacarme de quicio. De solo pensar que tendría que volver a ver a toda esa pandilla de...
━ ¡Ginger, va! ━el grito de mi madre me sacó de mis pensamientos, haciendo que avanzase junto a mi hermana por el aeropuerto. Seguía sin creerme todo aquello. ━ Cariño, nos vemos en unos meses. ━se acercó a mi para darme un beso en la mejilla. Mi madre era peor que yo con las despedidas, innegablemente. ━ Cuídate, y sé buena. ━insistió.
Ni que yo fuera el mismísimo demonio.
El viaje fue... bueno, podría decirse que normal. No hubo turbulencias, tampoco mayor molestia que la de tener a Rachel a mi lado, pegada a un libro. ¿Tenía que ser responsable incluso durante el verano? Se suponía que íbamos a disfrutar de esto, pasar un tiempo juntas haría que mejorásemos nuestra relación. O eso había dicho mi padre que, en un último intento de hacerle cambiar de parecer, le dije que me sacaría los ojos si tenía que estar con ella a solas todo el verano. Él, riéndose, me había dicho que Rachel solamente necesitaba más tiempo que yo para abrirse a los demás.
Tengo que aclarar algo. He estado siendo un poco injusta con Rachel desde siempre, pero la cosa fue a peor durante el año pasado. Su mejor amiga Lindsey me abarcó un día durante el descanso, pidiéndome que le enviara un mensaje a Rachel para que se vieran en el aparcamiento a la salida de las clases. No entendí por qué no lo hizo ella misma en ese momento, ¿tan difícil era? Tenían casi todas las clases juntas, se verían de todos modos. Cuando mi hermana llegó a casa hecha una furia, de pies a cabeza mojada y sin un ápice de comprensión en su rostro, entendía que todo había sido una broma de mal gusto y yo había participado en ella. Intenté disculparme, aunque todo lo que dije es que no había sido culpa mía, y ella... bueno, prefirió encerrarse en su cuarto y no hablarme durante tres días. Después de eso, nuestra relación ha ido a peor.
Lo es incluso ahora, cuando viendo como avanza por el aeropuerto con su maleta a cuestas, no es capaz de decirme que nos está esperando un coche para llevarnos a nuestra casa. Podría lanzarle una de las tantas pinzas que llevo en la cabeza, por si eso llamara su atención, aunque algo me decía que solo recibiría una mirada de odio por su parte. Así que me limito a seguirla, pocos pasos tras ella, hasta que el radiante sol de Barcelona nos golpea a ambas.
━ Bienvenidas otra vez, señoritas. ━Diego siempre ha sido tan amable con las dos, que me limito a devolverle la sonrisa. Ya que mister silencios sigue sin decir palabra. ━ ¿El viaje bien? ━abre la puerta trasera, dejo que Rachel entre y luego, observo al hombre para decir: