No me di cuenta en qué momento llegué al hospital, mi ánimo estaba por los suelos, así que decidí retornar a mi casa. Decidida empredí el camino pero los llamados de mi amiga me detuvieron.
-Lore, ¿dónde vas? pensabas irte sin visitar a mi madre, ella preguntó por ti desde que despertó. Estamos muy agradecidas contigo y no´se cómo voy a pagarte pues ya el médico me informó que toda la cuenta está saldada. Eres la mejor amiga del mundo, no eres un ángel que ocupo el lugar de mi amiga.
Al escuchar esas palabras me quebré, así que solo alcane a abrazar a mi amiga y poder soltar todo este dolor que iba carcomiéndome día día.
- Lore, qué paso, vamos habla conmigo. No me gusta verte de esta manera.
Más no podía responder, las lágrimas caían sin cesar y ni aún con eso calmaba mi dolor, solo sentía los brazos de mi amiga frotando mi espalda. Después de varios minutos levante la cabeza y la miré, no sé en que momento mi amiga había comenzado a llorar conmigo.
-Amby, no tienes porqué llorar. Yo estoy bien, solo que mis hormonas me están haciendo una mala pasada, seguro me llegará el priodo. Tú sabes.
-Creo que tienes que ir a corregir tu nombre
-¿mi nombre? ¿por qué?
-porque deberías llamarte PINOCHA SOLIZ. Te conozco demasiado como para saber que tus lágrimas se deben a tu amado padre, ¿qué te hiso ahora?
- Solo discutimos otra vez.
- y ahora cuál es el motivo para regalarte bellas palabras.
No podía decirle que fue porque gasté su dinero, Ella es mi hermana y la familia siempre debe ayudar en los buenos y malos momentos.
- Me reclamo no haber llevado unos papeles a su oficina. Además de recordarme que nunca seré una buena esposa pues NADIE se casará conmigo.
-es un ESTÚPIDO.
-Amby es mi padre.
-Todavía lo defiendes, no sé si en vez de corazón tienes una goma pues estas hecha a prueba de balas.
-Deja de decir tonterias y vamos a ver a tu madre.
- Un momento señorita, aquí quién pregunta soy yo y todavía no me contestas dónde ibas hace rato.
- Me olvidé comprar unas rosas para tu madre sabes que le encantan.
-Sí, en eso tienes razón si no se llamaba Dalia seguro se llamaría Rosa.
Ese comentario me causó tanta gracia que por un momento comencé a olvidar mis problemas más adelante veré que hago. Abrazadas nos dirigimos a la habitación de la señora Dalia con quien pasamos una tarde muy amena, lejos de la maldad y el dolor. Ya tendré tiempo para buscar la solución a mis problemas, pues dentro de dos días me graduaba y para la siguiente semana debo ya tener un trabajo.
Los días pasaron rápido y ya me veía frente al espejo luciendo el vestido negro que mi madre me había regalado para mi graduación, llev+o el cabello suelto con ondas en las puntas , poco de maquillaje pues no suelo usarlo mucho, lista para ir a despedirme de mi madre pues por su estado no podrá asistir y ni hablar de mi padre no le importa. Al entrar a la habitación me percato que mi madre hoy se ve muy radiante.
-Mami, te levantaste muy temprano , hoy estas muy hermosa.
- Mi pequeña, cómo iba a dormir si hoy es un día muy especial para tí. Al final tus esfuerzos darán fruto. Estoy muy orgullosa de ti mi amor.
- Mami yo soy la agradecida siempre me enseñaste a poner los pies sobre la tierra. Ya verás cómo lucharé por demostrarte que soy la mejor.
- No mi pequeña no debes demostrar a nadie quién eres, tú misma lo sabes y estoy segura que la vida te tiene preparada muchas sorpresas. Pronto tendrás un trabajo, un esposo y un amor que perdurará en el tiempo.
- Ay mamá, que ocurencias las tuyas, ni novio tengo.
- Es porque preferiste quedarte sola, ya que el imbecil que tenías por novio solo te uso y te engaño para obtener un puesto en la empresa de tu padre.
-Mamá eso es un tema pasado, el tonto de Derek es historia. Solo mi papá lo quiere pues creyó que haciendose a la víctima con él iba a evitar que termine esta relación.
-Pero lamentablemente tu padre si cayó en su juego y hoy ocupa el lugar que te corresponde como nuestra hija.
-Mami eso no es importante, soy capaz de conseguir trabajo en cualquier empresa y sé que lo haré. Ya en días pasados envié solicitudes a varios lugares y estoy a la espera e una respuesta.
- hija.....yo..... y comenzó a llorar.
Ver a mi madre desecha me partió el corazón. Una vez más quería desaparecer y convertir a mi madre en una mujer alegre y sana.
-Mami no llores, ya mi papá se dará cuenta que soy una buena profesional.
-Es que hija tú....... y las lágrimas no la dejaban hablar.
-Nada mamá, ya dejalo sí. Hoy es un día especial y quiero verte sonreir.
-Está bien hija, aunque sé que llegará el día en que deba hablar.
Mi madre siempre salía con que debía hablar, al final pensé que debido a tanto medicamento comenzó a desvariar. Solo la abracé y salí a recibir mi título y luego a festejar con mi mejor amiga y su familia.