4. El viaje
Eran las 03 AM, y Dafne daba vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño. Tenía programado su vuelo para las 07 AM y según los cálculos llegaría 08:30 a Neverd, a las 10 era su conferencia.
Motivo de ese desvelo eran las preguntas que pasaban por su cabeza...
— ¿Me aceptarán? ¿Cómo abran tomado el libro? ¿Me harán preguntas? ¿Me sentirá incómoda por mi lectores? — Esas y muchas más preguntas daban vueltas en su mente, sin embargo ella se hablaba a si misma diciendo... — Tranquila Dafne, vas a ir y vas a comerte la ciudad.
Ella siempre dijo que el autoestima siempre debe estar alto. Es que en realidad si uno mismo no se la cree, nadie lo va a hacer por ti.
Finalmente después de varias vueltas en su cama, pudo dormir. Después de una horas, se despertó por el sonido fuerte del despertador, lo primero que hizo fue correr a su ropero, ella ya había decidido que ropa ponerse el día anterior pero se levantó con otra idea.
Lo primero que vio fue un vestido celeste el cual traía consigo una cinta blanca que se ataba a la cintura, ¡Que casualidad! Estás combinaban perfectamente con unos zapatos los cuales estaban guardados hacía meses.
Después de varios minutos en los que demoro para darse una ducha, maquillarse y cambiarse, ella se miró al espejo y algo no la convencía..
_ ¿Son los zapatos? - Se preguntaba y asimisma se respondía - ¡No! Si me quedan geniales- y nuevamente preguntaba- ¿Será el vestido? - Y otra vez se respondía- ¡Oh claro que no! Eso no es, pues ¿Entonces que será?.
Luego de estar varios minutos pensando dijo - Ya se, es el pelo, me quedaría bien una trenza, o un peinado más elegante, lastima ya es tarde- Rápidamente empezó a mirar a su alrededor y vio un sombrero el cual le había regalado su tío Eugenio, sin dudarlo lo tomo y salió de su casa a tomar un taxi que de la dejé en aeropuerto.
Una vez en la calle, todos los taxistas pasaban pero nadie paraba para hacerle su viaje, y ella se ponía cada vez más nerviosa.
Hasta que un taxista se designó a parar.
- ¡Por fin! - Exclamó Dafne dentro del taxi.
- ¿Perdón señorita? - contestó el taxista.
- No - respondió Dafne - No lo perdono, ya hace diez minutos que intento parar un taxi.
- No entiendo su planteo jovencita.
- Que hace diez minutos estoy tratando de tomar un taxi y ninguno paraba.
- Pero, eso no es mi problema, yo pare, es más, le estoy haciendo su viaje.
- Cómo sea -contesto la joven escritora un poco enfadada-.
- ¿Así que se va de viaje? - preguntó el taxista.
- Si, me voy, pero no a pasear, me voy por obligaciones laborales.
- Que suerte, trabajar viajando - Respondió el chófer y añadió - ¿Y ah que se dedica una chica tan joven como usted?
- Soy escritora señor.
- ¡Lo sabía! - Exclamó el taxista.
- ¿Que sucede? - preguntó Dafne asombrada.
- Yo sabía que en algún lado la había visto, usted es la autora de si amas no traiciones.
Dafne solo sonríe y contesta - Si señor, yo soy la autora.
- Mi hija es súper fan de su libro, muchacha. Me permitirá antes de que se vaya al aeropuerto poder tomarme una foto con usted así ella ve que estube con su ídola.
- Por supuesto que sí.
Después de unos minutos de viaje, llega al destino, el chófer saco su celular y se tomó una selfie con Dafne.
— Muchas gracias! — Exclamó el chófer y añadió — Mi hija va a estar feliz.
— Gracias a usted, y mandele mis saludos a esa pequeña lectora.
Dando la vuelta, Dafne empezó a caminar por la puerta del aeropuerto y pensaba — ¡Ah cuántas personas está llegando mi libro! — Y sonreía, la felicidad que ella sentía en ese momento era inmensa.
Camino a la boletería dónde debía retirar su pasaje, una adolescente que iba a viajar con su madre, la reconoció y exclamo — ¡Ella es la chica que escribió si amas no traiciones! — todos en el aeropuerto empezaron a observarla a Dafne, era claro que era una figura pública.
Finalmente llegó a la boletería, y nuevamente la reconocieron, la persona que atendía la boletería había leído su libro, y rápidamente la reconoció.
— Eres la autora del libro si amas no traiciones.
— Dafne la mirá y sonríe — Si, esa misma soy.
— No sabes lo bien que me hizo leer tu libro, la paz que me transmitió, llegó a mi en el momento justo, cuando más lo necesitaba, muchas gracias.
-— No, gracias a ti — respondió Dafne — Gracias por leerlo, gracias por darle tanto cariño a cada letra, palabra, oración y párrafo de ese libro.
— Tu libro me salvo, aquí tienes tu pasaje.
— Muchas gracias.
Con un gesto de manos saludando, Dafne se despidió de la mujer de la boletería y camino rumbo a dónde debía dejar su maleta para emprender el viaje.
— Aquí debe dejar su maleta Jovencita - Dijo un hombre de seguridad.
— Muchas gracias - respondió.
Luego se dejar su maleta, espero que la revisen y empezo a caminar hacia el avión.
Esos pequeños metros los cuales debía caminar, la hicieron volar sin subir al avión, la llevaron a su pasado, a recordar lo oscuridad que tuvo que atravesar, pero hoy estaba por viajar a dar una conferencia para sus lectores al otro lado del mundo.
Finalmente ya en el avión, se dijo a si misma — Tu pudiste, tu puedes y tú Dafne, vas a poder siempre.
Autor: f. Alegre.
Nota del autor.
Una vez más nos encontramos aquí. ¡Cuántos nervios los de Dafne ¿Verdad? Todo nuevo para ella, una nueva experiencia, y la falta de costumbre a esa vida tan popular, debe adaptarse. Pero hay una pregunta ¿Que va a pasar cuando Erick la vea por primera vez? ¡Tengo intriga!
Los amo profundamente.
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Los amo.
F.A.
Editado: 15.04.2022