Al otro lado ||neverd1||

11. Aquí y ahora.

11. Aquí y ahora

Fue una mañana como cualquier otra para Dafne, ya hacía más de un mes que estaba en Neverd. Y hacía dos semanas que fue la cena con Erick.

Siempre hablaba con sus amigas por video llamada vía WhatsApp, ya que las tenía lejos, y a todas les hablaba de Erick. Este la flecho.

Luego de varias entrevistas, conferencias y firmas de ejemplares de su gran éxito literario, siempre le pasaba la misma situación, quedarse en el hotel recostada en la cama y mirando al techo.

Esa mañana hizo lo mismo. Se recosto sobre su cama y miraba el techo.

- ¡Que aburrida estoy aquí! - pensaba en su mente.

Hasta que se le ocurrió llamar a Erick, recordó que este le había dado su número de celular dos semanas atrás para comunicarse si ella cambiaba de opinión.

A lo primero dudo un poco si debía llamarlo, pero luego, después de varias idas y vueltas acercándose a tomar su móvil, de decidió por llamarlo.

Marco el número, y después de dos tonos, Erick contesto.

- ¿Hola? - respondió Erick.
(Varios segundos de silencio siguieron a esa respuesta)

- ¿Hola? - vuelve a insistir Erick.

- Hola, ¿Erick?

- Si, soy yo ¿Quien habla?

- Soy Dafne, la chica escritora, me habías dado tu número.

- ¿Dafne? - pregunto Erick asombrado.

- Si - Responde Dafne con una risa

- ¡Wow Dafne! Que placer para mí que vos me llames. Creí que nunca llegaría tu llamada.

- Pues, aquí me ves, llamándote - respondió Dafne entre risas.

- ¿Cambiaste de opinión? Dime qué si por favor.

- Si, así es. Acepto que seas mi guía turístico, ya hace más de tres semanas que estoy aquí y lo único que hago es asistir a la conferencias y volver al hotel a mirar el techo.

- ¿Te parece esta noche a las 20? - pregunto Erick.

- Perfecto - contestó Dafne, y preguntó - ¿Vienes por mi? .

- ¡Claro que sí¡ Voy hasta el hotel donde estas.

- ¿Necesitas la dirección? - Preguntó Dafne.

Se escucha una sonrisa de fondo - Ya la tengo, no te olvides que soy tu fans.

Dafne sonríe y se sonroja en su habitación del hotel y contesta - Pues entonces así quedamos, te espero Erick, saludos.

- Saludos mi gran escritora.

Luego de cortar la comunicación, a ella le empezaron a suceder cosas. Después de cortar su antigua relación, nunca más salió con alguien.

Y volver a salir con alguien, que si bien era su fans, y iba a hacerle conocer la ciudad, para ella el era muy atractivo.

Pero su corazón le hacía sentir algo distinto con Erick. Veía algo diferente en el, si bien era un chico más grande, pero este traía otras cosas en su interior, o eso es lo que ella podía notar cada vez que tenía la oportunidad de verlo.

Sin embargo ella sentía que era este el momento de volver a empezar.

Iban pasando las horas de ese día, Dafne se puso un vestido fucsia y obviamente su sombrero que tanto la destacaba, de color negro al igual que sus zapatos.

Hasta que por fin llegó la hora, 20hs, justo en ese momento la llaman de la recepción - ¿Usted esperaba a alguien señorita? -

- Así es. Ya bajo.

Al bajar la escaleras de aquel lugar, ella vio a Erick parado en la puerta, este estaba con un jeans Negro y camisa blanca pegada al cuerpo, la cual para ser honesto marcaba muchos sus músculos.

- Buenas noches - Saluda Dafne.

- Buenas noches gran escritora - Responde Erick.

- ¿Por dónde empezamos? - Le pregunta Dafne a Erick.

- Pues, primero te mostraré mi lugar favorito de la ciudad, si te parece.

- Buenísima idea, vamos.

Al empezar a caminar rumbo al lugar, ambos iban conversando cosas de la vida de ambos, Dafne logro contarle a Erick su motivación sobre el libro, que fue lo que a ella la motivo a escribirlo, y Erick la escuchaba atentamente.

A su vez, Erick también le contó a ella su mala experiencia amorosa y ella lo miraba atentamente, y pensaba - El conoce el dolor al igual que yo -

Y esa era la realidad, ambos conocían esa experiencia dolorosa de que un día seas todo y al otro día te cambien de la nada, sin motivos y sin alguna explicación.

Finalmente logran llegar a una fuente, el lugar favorito de Erick, este tenía en el centro una rosa de yeso la cual lanzaba agua y llenaba la fuente.

- ¿Tiramos una moneda? - Pregunta Erick a Dafne.

- ¿Moneda?

- Si, los dos, al mismo tiempo.

- Está bien.

Ambos toman la moneda y al momento de lanzarla, Dafne exclama - ¡Espera¡ - tomando su brazo derecho frenando el lanze.

- ¿Por qué juntos? - pregunta Dafne.

- Pues, es algo largo de contar.

- Tengo todo el tiempo de mundo. - Respondió Dafne.

- Aquí es donde vine muchas veces después de mi separación.

Dafne lo miraba atentamente, amaba escucharlo hablar, esa palabras tan puras y sinceras, era como escucharse a ella misma meses atrás.

Y Erick continúo diciéndo - Cada noche, antes de llegar a casa, venía aquí y tiraba una moneda, le pedía a la fuente de los deseos que me conceda el conocer a alguien especial y que la señal de que esa persona era la cual la fuente me enviaba iba a hacer que un día juntos con esa persona tirariamos ambos una moneda.

- ¿Y tú crees que yo soy esa persona? - Pregunta Dafne.

- Solo Dios lo sabe - responde Erick.

Dafne lo tomo de la mano, y contó - uno, dos, tres - y ambos lanzaron la moneda.

Al lanzarlo Erick la miro a los ojos, y ella lo miro a el. Ambos sonrieron. Poco a poco se fueron acercando, y sus labios se juntaron por primera vez en esa fuente a la cual Erick cada noche tiraba una moneda.

- Tenía que ser aquí - Susurra Erick.

- Aquí y Ahora - Respondió Dafne




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