15. La fiesta
— Puedes dejar a Bliker que conozca el lugar — Dijo Erick.
— Si, tienes razón.
— Esta no es la única sorpresa que tengo para darte — dijo Erick con una sonrisa.
— ¿Aún hay más? — Pregunto Dafne.
— Siempre hay más — Respondió Erick.
— Bueno, dime, ¿Cuál es la sorpresa?
— Tengo dos entradas para una de las fiestas más importantes que la ciudad de Neverd hace una ves por año, y obviamente vengo a invitarte para que vayas conmigo.
— ¿Una fiesta?
— Si, ¿Aceptas ir conmigo?
— Contigo siempre. — Y luego preguntó — ¿Cuando es?
— Hoy.
— ¿Que? ¿Hoy? — preguntó Dafne en un tono muy de sorpresa.
— Es que hoy las conseguí.
— Ok, lo entiendo. Bueno, necesitaré tiempo para pensar que vestimenta llevar.
— Oh claro, es vestimenta temática.
— ¿De que color?
— Violeta y negro — Respondió Erick.
— ¿Violeta y negro? No tengo nada que sea de ese color.
— Pero estamos en Neverd.
— ¿Y eso que? — preguntó Dafne levantando una ceja.
— Que podemos salir a comprar ropa.
— Eso siempre es una buena opción — contesto Dafne.
— Bueno, ¿Quieres que vayamos ya?
— Mientras más antes, mejor.
Y asi los tres salieron rumbo a una de las avenidas más famosas de Neverd, llamada Nazca, dónde vendían ropa de la mejor calidad.
Al llegar a dicho a lugar, se encontraron con las mejores prendas de ropa que sus ojos vieron alguna vez.
— ¿Que llevamos? — preguntaban ambos.
Hasta que finalmente Dafne da la iniciativa al entrar a un local, y le pide a la vendedora que le muestre un vestido el cual estaba en vidriera, que a ella le gustó mucho.
Una vez que la vendedora se lo dió, Dafne entro al cambiador y Erick la esperaba al otro lado de la cortina, la cual los separaba.
Mientras el la esperaba, Bliker paseaba por el local, y orinó en la puerta del lugar.
— !Bliker! — Exclamó Erick.
— No es nada, son animales, también necesitan hacer — Le contesto la vendedora sonriendo y a su vez se agacha para acariciar a Bliker.
En ese momento de distracción de Erick, Dafne sale del cambiador y le dice — ¿Cómo me queda?
Rápidamente a Erick los ojos se le querían salir, cuan hermosa la veia, para el su belleza era algo único.
— Siempre estas hermosa — Dice Erick mientras una sonrisa se le marca en el rostro.
— Siempre tan tierno — contesta Dafne y preguntà — ¿Y tú qué vas a ponerte?
— Estoy en eso — Contesta Erick levantando un poco la voz.
— ¿Busca ropa como para usted? — le pregunta la vendedora a Erick.
— Así es, nos vamos a una fiesta está noche, el problema es que es fiesta temática, negro y violeta.
— Oh, haberlo dicho antes, tengo algo especial para usted.
La vendedora se acerca al lugar de ropa masculinas y empieza a mover perchas de aquí para allá, poniendo, sacando, hasta que le muestra una camisa negra, la cual traiga unos estampados brillantes muy lindos lo cuales resaltaban con un brillo violeta.
Pero a Erick no le gustaba llamar mucho la atención, así que no le convenció esa camisa.
La vendedora no se da por vencida y sigue sacando perchas y añadiendo, hasta que Erick observa una camisa muy particular, negra, botones blancos, pegaba al cuerpo, lisa, claramente le encantó.
— ¡Quiero esa! — Exclama Erick, señalando con el dedo índice la camisa.
— Esa es hermosa, fue hecha para usted — contesta la vendedora.
Allí nomás Erick se sacó la remera y se probó la camisa, sin entrar al cambiador, todas las chicas que pasaban por esa avenida tan conocida de Neverd se detenían a verlo, en ese momento sale Dafne y observa la situación.
Antes de ponerse celosa, se quedó observándolo, esos brazos, esa espalda tan masculina, tan ancha, esos bisep tan únicos.
Dafne sentía mucha atracción por Erick.
— Ya puedes ponerte tu remera — Susurra Dafne.
Erick sonríe, y juntos se dirigen a pagar la ropa, hasta que Erick se percata de algo.
Tenía la camisa, pero no tenía algo violeta, en ese momento Dafne se acerca al mostrador y observa una corbata violeta.
Ella codea a Erick para que esté observé, y el opta por llevarlo.
Al salir de allí, el le cuenta a Dafne lo sucedido con Bliker, así que deciden llevarlo a una plaza y que este camine y haga lo que tenga que hacer, obviamente los animales también necesitan hacer sus cosas.
Al llegar, mientras el cachorro caminaba por la plaza, los dos jóvenes caminaban detrás de Bliker y iban charlando cosas de la vida.
— Aún no lo puedo creer — Dice Erick.
— Yo tampoco. — contesta Dafne.
— Tanto te soñé y hoy te tengo aquí.
— Yo nunca perdí las esperanzas Erick, sabía que la vida en algún momento debía compensarme y los hizo con ponerte a ti en mi camino.
— ¿Puedo tomar tu mano? — pregunta Erick.
— Claro.
En ese momento ambos se toman de la mano y empiezan a caminar con Bliker, llevándolo con la correa.
Editado: 15.04.2022