18. El interior
Un mes después
— ¿Que sucedió qué? — Respondió Glee, la mejor amiga de Dafne, mientras hablaban por celular.
— Tal como lo escuchaste amiga.
— Pero ¿Por qué sucedió?
— No lo sé, las cosas se dieron así, no sabíamos que pasaría, supongo que solo nos dejamos llevar.
— ¿Pero cómo fue? — preguntó Glee
— ¡Amiga! Cómo lo hacen todo el mundo.
— Eso ya lose - Sonríe - ¿Y cómo es tu vida ahora, va la de ambos?
- Así tal cual te lo conté amiga, ahora ya hace más de tres meses que estamos, yo visito a sus amigos, aquí en la ciudad, sus compañeros de trabajo ya me conocen. Aunque solo con algunos me llevo de una mejor manera, Clay y Evans son los mejores. El único problema es que lo noto un poco raro, no sé qué sucede con él.
— Amiga, Neverd cambio tu vida rotundamente. Trata de hablarlo a ese tema, no lo pierdas.
— Así es. Y fue para bien. Creo que estoy enamorada. (Suena el timbre) — ¡Amiga! Debo cortarte, sonó el timbre y seguramente es Erick, adiós.
— Está bien adiós, cuídate mucho y cuida tu corazón, volviste a brillar, que nadie te apague, te adoro, bye.
Dafne cuelga y se dirige a la puerta y pregunta — ¿Quién es?
— Yo, Erick — responde del otro lado.
Dafne quita el seguro, y da dos vueltas la llave y abre la puerta.
— ¡Erick! Que sorpresa.
— ¿Esperabas que no viniera?
— No, no, no es eso, pensé que quizás no ibas a querer aparecer después de lo de anoche.
— Mira Dafne, sé que lo que pasó anoche no estuvo bien, pero mi corazón fue muy débil, fue difícil, es difícil.
— Erick, está todo bien, no hay que justificar nada, solo mira, los dos estamos rotos por dentro, ambos estamos heridos, yo más que nadie te entiendo. A mí, tu amor y compañía me hicieron bien, y es por eso que me animé a intentar algo.
— ¿Lo estábamos intentando? — preguntó Erick.
— ¿Es broma?
— No, no lo es.
— Erick, desde que llegué a Neverd me seguiste, no existió un momento en que no aparecieras, me llevaste a una fuente donde pedías deseos para verme, me besaste.
— Si, lo sé, pero no sabía que estábamos intentando algo.
— ¿Entonces que pensabas?
— Solo creí que esto era disfrutar el momento, claramente tú tienes que volver a tu pueblo, y yo debo seguir aquí con mi trabajo y mi estudió.
— No lo puedo creer.
— ¿Qué es lo que no puedes creer?
— Yo ya tenía que haber vuelto hace meses Erick, y si sigo aquí es por ti, ya que no hay más compromisos en Neverd, y tú ahora me respondes como que solamente querías pasar el rato conmigo, distraerte ¿Que te piensas que soy tu doctor? ¿Que solamente me usas para aliviar el dolor de aquella traición?
— Perdón, no quise que lo tomes a mal, pero yo creí (interrumpe)
— ¿Que creíste Erick?
— Que tú estabas buscando lo mismo.
— Yo no necesito que nadie sane mi dolor Erick, mi dolor me lo sane yo solita, en mis cuatro paredes y escribiendo un libro, las personas no se usan, ya no hay nada más que hablar.
— Lo siento mucho Dafne.
— No lo sientas, aquí no ah pasado nada, creo que todos guardamos varios fantasmas en nuestro interior.
— Eso es una gran verdad— Respondió.
— Así es, el problema es cuando permitimos a esos fantasmas lastimar a otros.
— Nuevamente perdón, no quise herirte.
— No, no me heriste, ya era todo muy perfecto para ser real, en fin creo que aquí termina todo, tengo cosas que hacer, estoy escribiendo, no tengo tiempo así que te invito a que te refieres, ya mucho me atrase con el siguiente libro, vengo postergándolo porque toda mi atención estaba en ti.
— Lo siento, no quise lastimarte, fui un idiota.
— No quiero hablar ahora Erick.
— ¿Quieres que me vaya?
— Si, por favor.
— ¿Te puedo dar un beso?
— En la meguilla - respondió.
Y con un beso se despidieron.
Dafne se apoyó en la puerta al cerrarla, suspiro y otra vez aquella cicatriz de su interior que creyó haber sanado, estaba queriendo volver a sangrar.
Editado: 15.04.2022