20. Dejavu.

20. Dejavu

Mirando la ventana del avión, las lágrimas de Dafne caían — ¿Cómo pude ser tan tonta? Se preguntaba a si misma. — Cuánto me costó salir adelante y hoy, otra vez este dolor en el pecho lo vuelvo a sentir.

Claramente ella no buscaba enamorarse, pero Erick poco a poco lo iba logrando.

Dafne estaba empezando a quererlo, ella se había acostumbrado a que el la visite todos las mañanas, en esas escapadas de pasada que hacía el antes de entrar a trabajar.

Era más que claro, lo iba a extrañar. Y más aún porque un recuerdo vivo se vino con ella, el pequeño Bliker.

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Finalmente después de casi cinco horas de viaje, llegó al aeropuerto de su ciudad natal, sus padres la estaban esperando en el lugar, ella les había avisado que iba a volver y ellos contentos las fueron a esperar.

Al ver a su madre, Dafne la abrazo con todas sus fuerzas, y está más aún la abrazo porque sabía que estaba sufriendo otra vez y una vez más por amor.

— ¿Que es lo que hago mal mamá?

— No hija, tu no haces nada mal, tu amas.

— ¿Y amar está mal?

— No mi cielo, los que están mal son las personas que no saben amar — Respondió.

Luego su padre Gilbert también la abrazo y susurro a sus oídos — El poder para que todo vuelva a empezar lo tienes tú, no te olvides que ya pudiste con esto, y vas a poder siempre, esto no será la excepción.

— Gracias papá — Respondió Dafne

Inmediatamente subió al carro de sus padres y nuevamente, después de meses, volvía a su casa. Al llegar, una multitud la estaba esperando, familia, amigos, fans, sus lectores, todos la estaban esperando, la extrañaron mucho.

Y estos sabían por lo que estaba pasando, porque si bien ella no había dicho nada, la prensa se encargaba de hacer conocer todo.

Sus amigos y amigas la abrazaron con tanto amor que poco a poco la iban haciendo volver.

Todo eso que le sucedía era como un dejá vu, como revivir lo que le había sucedido con jeams, pero era distinto, era otro dolor, porque Erick no la engaño, sino que la decepcionó.

A medida que iban pasando los días y semanas, Dafne poco a poco iba volviendo a ser ella otra vez, con el apoyo incondicional de sus amigas y amigos que siempre estaban con ella, Matew, el amigo que ella se hizo en la secundaria, este era una persona muy optimista, era especial en levantar el animo a sus amigos.

También estaba Lorenz, ella amaba a Dafne, habían Sido compañeros desde la educación inicial, paso seguido siguieron siendo amigas en primaria y luego secundaria.

Y por último estaba Glee, la vecina de Dafne de toda la vida, ella era inseparable con Dafne, y cuando le rompieron por primera vez el corazón fue la misma Dafne quien estubo levantando sus brazos para que no cayera.

Y hoy esos amigos, nuevamente la estaban levantando a la joven escritora.

Como un dejá vu, todo volvía a repetirse.

Dafne miraba la luna, desde la ventana de su habitación y hablaba con ella, ya que ambos, a pesar de la distancia, veían la misma luna.

Y en suspiros decía — Somos extraños de nuevo, pero esta vez con recuerdos.