Al Ritmo de la Química

CAPÍTULO 25. ¿Un nuevo viaje?

El sábado me desperté más feliz de lo normal, ¿la razón? Tenía novio y era la persona más hermosa que conocía. 
Al mediodía almorzamos en casa e invitamos a Romina ya que el día de ayer tanto mi hermano como yo no habíamos podido ir a su cumpleaños. 
Con papá finalmente nos habíamos decidido por comprarle un cadenita dorada con su nombre grabado en letra cursiva porque había visto que no llevaba ninguno, según él le había encantado y esa misma noche se lo había puesto, además de que le quedaba precioso.
Por eso decidimos festejárselo en casa, papá había decidido cocinar unas pastas y yo había ido al supermercado a comprar unas chocolinas, dulce de leche y quesocrema, y terminé preparando una rica chocotorta. Me hubiese gustado hacer algo más elaborado pero lamentablemente lo que me faltaba era tiempo. 
También vino a comer Gaby, ya que después iba a ayudar a mi hermano a estudiar para el siguiente parcial que tenía. 
La comida había salido maravillosa, papá había hecho su increíble lasagña que era lo mejor que hacía. A Romina le encantó mi chocotorta y me dijo que luego iba a separarse un pedazo para llevarse a su casa.
Ya eran las cuatro de la tarde cuando Gaby y Santi se habían retirado a la habitación para estudiar y yo me había quedado junto a mi padre y Romina tomando un café, cuando mi celular vibró varias veces.
Cameron: Rubia.
Cameron: podrás venir a casa? Acá te andan extrañando y necesito que me ayudes para la prueba de matemática.
Cuando leí eso automáticamente mi corazón explotó de felicidad, ¿realmente la familia de Cameron me extrañaba y querían que vaya? No podía creerlo.
Emma: Hola Cam, si. Ahora voy.
Cameron: te espero 💕
Hablé con papá, le pregunté si podía ir y me dijo que no había ningún problema. Rápidamente me dirigí a mi habitación, tomé mi mochila, metí mi carpeta y cuaderno de matemática, y me arreglé un poco el cabello. 
Saludé a papá y a Romina y emprendí viaje hasta la casa de Cameron. Hoy vestía un jean claro y un buzo color crema con algunas escrituras y dibujos en color celeste que me llegaba hasta un poco más arriba de donde terminaba el jean, dejando ver un poco de mi panza.
Cinco minutos después me encontraba en la puerta, Camilo fue quien me recibió con una gran sonrisa y me invitó a pasar, él y Natalia se encontraban en el comedor con algunos papeles desparramados y su notebook. Nati ni bien me vio se levantó y se acercó a saludarme felizmente. 
— Hola Em, ¿como has estado? — me preguntó ella.
— Muy bien, hoy estuvo en casa la novia de papá y la de mi hermano y almorzamos todos juntos.
— Que bueno, me alegro mucho. Cam está arriba.
— Está bien, gracias.
— Nos vemos luego.
Me dirigí a las escaleras y comencé a subir hacia el piso de arriba, fui hasta la habitación de Cam, golpeé y cuando escuché una voz diciendo "pase" me decidí por abrir.
— Hola rubia. — estaba sentado en su cama con las carpetas sobre la misma. 
— Hola. — dije y comencé a acercarme a donde él estaba. — ¿Ya estudiando?
— Un poco. — rio. — Quería ver si podía resolver algo solo.
— ¿Y? — pregunté con curiosidad.
— Fracasé. — dijo y reí. — No te rías, no es gracioso.
— Lo siento. — dije pero mi risa seguía apareciendo. Me tomó de la mano y me jalo para que me sentara junto a él, me tomó del rostro y me besó. Podría estar haciendo esto todo día, pero lamentablemente debíamos estudiar.
Finalmente usando todo mi autocontrol me separé de él, tomé mi mochila y saqué los cuadernos que había traído y así nos quedamos estudiando y practicando.
Dos horas más tarde la mamá de Cameron nos interrumpió, nos dijo que tomemos un descanso del estudio y que bajemos a merendar junto a ellos.
Nos sentamos en la mesa del comedor, donde aún seguía la notebook y las hojas, pero esta vez estaban todas apiladas y ordenadas.
Nati me preguntó que quería merendar y le pedí un café con leche. Unos minutos después trajo todo y nos sirvió, mientras que ella le había encargado a Cam que fuese a buscar a sus hermanos que estaban durmiendo la siesta. 
Cameron bajó junto a sus dos hermanos y era una foto para retratar, eran hermosos juntos. Emily ni bien me vió, corrió hacia mi y se sentó en la silla en la que Cam estaba sentado antes, él le reprocho, pero ella no se quiso mover de ahí.
Cuando todos nos encontrábamos en la mesa comenzaron a hablar sobre las vacaciones de invierno, al parecer a ellos les emocionaba mucho eso. 
— ¿Al final a dónde iremos? — preguntó Cameron interesado en el tema.
— Este año volveremos a Carilo, seguramente. Aunque nose si iremos a la casa o a un apart. — dijo su madre.
— Prefiero la casa, miles de veces. — dijo Cameron mientras se llevaba una masa fina a la boca. 
— La casa, la casa, la casa... — comenzó a cantar Emily y todos reímos.
— ¿Tu Em, te irás de vacaciones? — me preguntó Camilo.
— No creo, nunca nos vamos para vacaciones de invierno. Papá siempre aprovechaba para hacer alguna reforma en casa o algo por el estilo, además este año creo que no le dan las vacaciones para esas fechas. — declaré.
— Bueno... — comenzó a decir el papá de Cam. — Podrías venir con nosotros. — dijo simplemente y casi volqué mi taza. Miré a Cameron, quien me dirigía la mirada con una sonrisa de punta a punta. — Solo nos iremos la primer semana, luego debemos volver porque tenemos la reunión pre-viaje de Cameron. 
— Muchísimas gracias, realmente. Debería hablarlo con papá y ver qué opina. — respondí. No iba a negarles que me había entusiasmado bastante la idea, pasar una semana completa con tu novio y su familia si que era de otro nivel.
— ¿Y qué tal si organizamos un almuerzo para mañana todos juntos? También podría venir tu hermano Em. Así tu papá puede conocernos. — dijo Nati y estuve de acuerdo con su idea.
— Sería genial. — admití contenta.
— Lo único que deberíamos organizar es como ustedes van a viajar, porque los cuatro no van a entrar en la parte de atrás, tanto Mateo como Emily no pueden estar sin sus sillas en la ruta.
— Podríamos ir en micro, total allá nos podemos manejar así. — dijo Cameron.
— Si, podría ser. — dijo Camilo.
— Bueno, mañana lo definimos bien. — dijo Nati terminando la conversación sobre las vacaciones. — Ahora que me acuerdo hay alguien que cumple años antes de irnos. — declaró mirando a Cameron.
— No, ma. No empecemos.
— Pero si no dije nada, que aburrido que sos Cameron.
— ¿Cuando cumplís? — pregunté curiosa, debía de prepararle algo especial, iba a cumplir 18.
— El 18 de agosto. — dijo mirándome. Nati tomó su celular y buscó algo.
— Cae sabado, deberíamos hacer algo. — dijo ella con emoción. — No todos los días se es legal, hijo mío.
— Tu mamá tiene razón. — admití.
— Gracias Em. — dijo y le sonreí.
— Lo único que accedo es organizar algo acá, con mis amigos, Em, su familia y algunos de los nuestros, nada más. — Nati se dedicó un momento para pensar y luego asintió.
— Está bien, con eso me conformo. Gracias hijo. — Cameron le sonrió y siguió bebiendo su café.
Unas horas después Cameron me acompañó a casa, papá fue quien abrió la puerta y lo invitó a pasar. Le dijimos sobre el almuerzo de mañana y él estuvo completamente de acuerdo. También le dijimos lo que la familia de Cam me había ofrecido y le pareció correcto lo de organizar la comida para que mi papá pudiera conocer aún más a la familia que quería llevarme de vacaciones con ellos. 
******
— ¡¿Papá viste mis zapatillas blancas?!— le pregunté desde mi habitación. Estaba terminado de prepararme para ir a la casa de los Thompson, estaba bastante nerviosa, deseaba que a papá le cayeran bien los padres de Cameron.
 — Las lavé esta mañana, aún no se secaron. — bueno, mi mañana ya no estaba empezando de la mejor manera, justo mi papá se dignaba a lavarme mis zapatillas favoritas el mismo día que las quería usar. Volví a mi habitación indignada y decidí cambiar de outfit. Me decidí finalmente por una pollera escocesa negra y blanca, y un suéter blanco con cuellito, me puse mis medias largas color piel y mis borcegos negros. 
Ya me había maquillado, por lo que estaba lista. Papá pasó por mi habitación para ver si ya estaba y le dije que si, rápidamente me acerqué a mi placard, tomé mi abrigo largo color gris, me lo puse y bajé.
Papá buscó la torta helada que se había encargado de ir a comprar y yo cerré. Mi hermano aún seguía en casa, no iba a ir, debía estudiar para mañana. La realidad era que le estaba temiendo bastante a la universidad, todos los fin de semanas, Santiago se la pasaba estudiando y no gustaba la idea de tener que pasar por lo mismo.
Unos minutos después nos encontrábamos tocando el timbre. Camilo, el papá de Cam, fue quien nos recibió. 
— Hola Em, pasen. — dijo mientras se hacía un lugar para dejarnos pasar.
— Hola. — dije con una gran sonrisa. — Camilo el es mi papá Cristian y papá el es Camilo, el papá de Cam. 
— Un placer al fin conocerte. — dijo Camilo estrechando la mano de papá.
— El placer es mío. — respondió él con una sonrisa. 
Comencé a dirigirme a la cocina, donde seguro estaba Nati preparando el almuerzo, cuando una pequeña bajó velozmente de la escalera.
— ¡Emma! — gritó corriendo hacia mi.
— Hola Emily. — respondí con una gran sonrisa y tomándola en mis brazos. Amaba a esta niña, era tan cariñosa. Papá se acercó junto a Camilo hasta donde Emily y yo estábamos, me giré para presentársela a papá.
— Emily el es mi papá y pa ella es Emily, mi amiga. — dije y Emily me miró con los ojos bien abiertos.
— ¡¿Soy tu amiga?! — preguntó sorprendida.
— Obvio que si. — le respondí y ella automáticamente me abrazó.
— Hola Emily. — le dijo papá y ella se volvió a incorporar.
— Hola papá de mi amiga. — dijo con esa dulce voz, todos reímos, la bajé, rápidamente corrió hacia la cocina y yo la seguí.
— Mamaaa Emma dijo que soy su amiga. — entró a la cocina gritando de felicidad.
— ¡¿En serio?! — dijo Nati sorprendida, Emily le asintió. — ¡Qué bueno! — Nati se dio vuelta y me vio.
— Hola Em. — dijo y yo me acerqué a saludarla. — Estas preciosa. 
— Gracias, vos también. — admití y era verdad. Llevaba una camisa blanca, unos jeans azules oscuros y unos tacones del mismo color. 
Nati y yo nos quedamos hablando, me preguntó sobre mi hermano pero le dije que se había quedado estudiando. Hablamos un poco sobre el cumple de Cameron, sólo faltaban dos semanas y yo aún no tenía la menor idea de que iba a regalarle. También había ayudado en la cocina, Nati estaba preparando pollo con papas y sinceramente olía riquísimo. 
Papá también se acercó a saludar a Nati y le tendió la torta helada que habíamos comprado, ella dijo que no hacía falta, pero papá insistió.
Un rato más tarde, Cameron apareció por la puerta junto a Mateo. 
— Hola hermosa. — dijo acercándose a mi y  depositando un beso en mis labios.
— Hola. — dije mientras mis mejillas se tornaban un poco rosadas y tomaba al hermoso bebé en mis brazos. Ni bien lo había hecho, comenzó a reír, era muy carismático. 
Finalmente 15 minutos después el almuerzo estaba listo, me dirigí al baño junto a Emily para lavarnos las manos, Cameron también nos siguió. 
— Estas hermosa. — me dijo tomándome del brazo ni bien había salido del baño y susurrándomelo al oído para que solo yo escuchara. 
— Suelta a mi amiga. — dijo Emily que se había frenado y dado vuelta ya que se dio cuenta de que no la seguía.
— ¿Amiga? — preguntó Cameron con un tono curioso.
— Si, Emma dijo que somos amigas. — Cameron apartó la vista de su hermanita y la fijó en mi, yo solo pude reír y levantar mis hombros. 
Rápidamente la pequeña me tomó de la mano y me llevó hasta el comedor, donde ya estaban todos ubicados. Emily quería sentarse junto a mi, por lo que decidí sentarme en el medio, así podía estar junto a los dos hermanos. 
El almuerzo estuvo de maravilla, la realidad era que a Natalia se le daba muy bien la cocina y estaba impresionada. Después de levantar los platos junto a ella trajimos la torta helada e hicimos café.
Y ahí nuestros padres comenzaron a hablar sobre el viaje, que era una de las cosas importantes por las que también nos habíamos reunido.
— y bueno... lo único que estamos resolviendo es lo de cómo viajan ellos, ya que en el auto no entramos todos. Aunque seguramente vayan en micro, si estás de acuerdo. — finalizo Camilo.
— Sisi, no hay problema con eso. Yo pagaré eso.
— Nono, fue invitación nuestra, no lo permitiremos.
— Es mi hija Nati, no voy a hacer que ustedes paguen el pasaje, ya le darán hospedaje y comida, es suficiente.
— Está bien. — aceptó ella.
— ¿Entonces iré? — le pregunté a papá.
— Si hija. — respondió y no podía dejar de estar tan feliz, Cameron tomó mi mano por debajo de la mesa, papá aún no sabía que estábamos de novios oficialmente y prefería dejarlo así por un tiempo. Igual seguramente él ya suponía todo. 
— Gracias papá. — dije con una gran sonrisa y él hizo lo mismo.
Me iba a ir de vacaciones de Invierno junto a la familia de Cameron, estaba muy emocionada y... un poco aterrada.
 




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