Isaí Livingstone
Ese trayecto hasta el restaurante estuvo interesante, un mimo habría hablado más que nosotros cuatro juntos. Predigo que en esa cena seremos Iverson y yo con una granada explosiva cada uno.
Al menos no tenemos que esperar para que nos asignen mesa a pesar de no haber hecho una reservación.
Uno de los meseros nos dirigió a una mesa al fondo para no ser interrumpidos, aunque ya he escuchado nuestros apellidos unas seis veces entre las personas, sobre todo el del pianista que se esfuerzan por reconocer.
—Bienvenido señor Livingstone, señorita Ha...
—Señora Livingstone —presume la mano en la que lleva el anillo Jolie—. Señora, estoy casada. Muuuuuy casada.
—Le pido me disculpe, como siempre pide le llamemos por su nomb...
—Señora Livingstone, así déjelo.
Le recalca al mesero matándome de risa, obligándome a besar su frente antes de sentarme a su lado.
—Claro, señora Livingstone —gira al resto—. En un momento vendré a tomarles la orden.
—Empecemos con una botella de vino blanco, sabe mi elección —Le pido antes de que se marche.
—Enseguida señor.
Aceptamos al tiempo que tomamos las cartas del menú, lo leo con dificultad y en mi abrigo siento las repentinas vibraciones más los golpecitos de la rodilla de Jolie contra mi pierna. Término por revisar la pantalla encontrándome más de seis mensajes de Jo.
Entrada al infierno: Amor.
Amor.
Amor.
Is.
¡Amor hazme caso!
¡Deja de verle las tetas a Hannah y hazme caso!
Tú: Dime, cielo.
Entrada al infierno: Pide una orden grande de papás gratinadas e insisteme que te ayude a comerlas.
Tú: ¿Por qué no la pides tú, Jo?
Entrada al infierno: ¿Y quedar como tragona frente a esa egocéntrica? Pediré una ensalada, es obvio.
Tú: Bien, yo lo pido.
Entrada al infierno: Amor, también pide una rebanada de pastel de queso al final.
Isaí: Ok, te amo.
Entrada al infierno: lly bebé.
Louis deja escapar un suspiro al acomodarse en el acogedor respaldo y comentar;
—Es excelente de vez en cuando poder cenar sin esas cositas que apenas ven que te llevarás el primer bocado a la boca quieren ir al baño y tienes que limpiarles....
—¿Cómo? ¿O sea que no me llevarán al baño? Pésimo servicio —vacilo desentendido.
Los cuatro reímos cuando él se estira como si fuese a levantarse.
—Hablando de eso, debo ir —Se pone de pie susurrándole a Hannah—. Pide por mí si el mesero me gana.
—Claro, que todo salga bien —responde Snyder siniestra.
—Hanni...
Achica los ojos abandonando la mesa sonrojado.
—Lo lamento, siempre que las niñas piden permiso para ir él les dice eso, no entiende por qué nos cuentan que irán —explica amable.
—Así son los niños —responde Jolie al aire con tal de no mirarla.
Comparto una mirada con Hannah, me disculpo en movimientos mímicos en los que le pido que continúe la charla sin tomarle importancia a los cambios de humor de mi esposa.
—Tuve la suerte de platicar con Leo en la tarde mientras me preguntaba la edad de Sam, realmente quiere ser pianista —continúa la morena.
El mesero vuelve a tomarnos la orden y trae lo que le he pedido.
Antes de retirarse abre la botella y sirve en las copas.
—Un día quiere ser eso, otro arquitecto, alguna vez dijo que quería ser rey en fin.
—¿Y Abi?
—Futbolista profesional como Daen o QFB también como Daen, quiere mucho a mi mejor amigo.
—Si, si, si —reniego—. Daen el perfecto.
—También modelo como Aless, Is —me hace un mimo sobre el hombro—. ¿Celoso?
—¡Estoy maravillada con los ojos de tu hija Liv! Es que he visto a ojos grises, pero ningunos tan asombrosos como los tuyos! Son una mezcla de azul y gris... En Arias es poco común esos colores de iris, son especiales y se los has heredado.
Escucho el rechinar de los dientes de Jo. Cuando Louis regresa se encuentra con Jolie dictandole sentencia de muerte de forma visual a Hannah, claramente veo la venganza en ese dulce rostro que amo.
Ay no.
—Que lindo trasero señor Iverson, he visto muchos traseros en la vida, pero ninguno como el suyo, es especial —despotrica mi dulce amante dejándonos boquiabiertos.
Él solo mueve los labios sin articular palabra alguna suplicandole piedad a Hann, lentamente se sienta.
—¿Gracias? ¿Pero de todo lo que he hecho, mi mayor cualidad es mi trasero? —pregunta extrañado contra mí—. ¿De qué me perdí?
—No se perdió de mucho, riña de mujeres —acerco a Jolie por la cintura—. ¿Y qué planean ser sus hijas?
Cambio el tema buscando amenizar la pésima velada.
—Carly "fotógrafa" como Hannah —me responde él—. Sam creo que pasará por diferentes facetas, ballet, pianista, productora, se siente casi heredera de la agencia de Mónica. Y Grace dice que será bonita, entonces no tiene de qué preocuparse, a las bonitas les va bien.
—Tu vida debió ser difícil Jolie —susurra Hannah y la intercepto con una mirada a lo que Jolie solo sonríe triunfante. Se las cobrará, y feo.
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—¿Y así se conocieron?
—Yo acababa de llegar a Arias —Toma la palabra él acabandose el último trago de la ahora botella de champagne—. Solo quería un café, al entrar a una desabrida cafetería todos se me fueron encima pues querían una fotografía o por lo menos un autógrafo mío. Entre la estampida de fans venía Hannah loca por mí. No llevaba una hoja por lo que me suplicó que le firmara a su hija Sam.