Me encantaría conocer su opinión, nos leemos muy pronto ♡
Maximiliam Snyder
Pasé casi toda la noche en ese antiguo soda sintiendo mi pecho estallar por toda esta frustración buscando una salida latente. Escapar de la imagen de Miranda a solas con él a unos cuantos metros de mí. Como seguramente él puede perderse en sus labios y cuerpo con tan solo pedirlo.
Mi cabeza enloquece solo de imaginarla pasar esta noche con Daen por olvidarme. Por sacar todo mi recuerdo entre sus manos.
La pequeña Livingstone saca mi instinto más sobreprotector, más desconfiado y más insano cuando se trata de ella.
No lo resisto más, me levanto del sofá para salir a caminar al patio apenas el amanecer intenta aparecer.
Me echo un abrigo encima y me encamino a la escalera al tiempo que una de las puertas se abrió dejándome ver esos enormes ojos grises ahora somnolientos.
Siento mi barbilla tensarse cuando la veo acomodarse la camisa que Daen usaba en la cena, sin dirigirme la palabra se sigue al baño que todos compartimos en el pasillo.
Algo me impulsa a esperarla, a querer encarar todo lo que llevo dentro aún cuando creo que ella ya no siente lo que yo. cuando tal vez solo vivió una confusión conmigo y ahora está feliz.
Sale secando su cara.
Me pasa tan cerca que no podemos evitar el roce de nuestros cuerpos.
No logro pensarlo lo suficiente antes de tomarla del camisón dejando mi mano bajo su nuca, estampando mis labios contra su boca suave y ardiente. Los primeros segundos se contiene, pero al cabo termina cediendo, enredando su mano en mi cabello, inclinándome contra ella, jadeando en mi boca.
Mis dedos se enroscan en el principio de sus muslos, prendiendo cada vello de mi cuerpo que tiene la fortuna de conectar con su piel.
Nos devoramos con la misma hambre, la misma necesidad. Ambos queremos lo mismo.
En nuestra jauría de emociones vislumbro una silueta pasmada frente a nosotros. Jolie.
—Ay por Dios —queda perpleja, boquiabierta, anonadada.
—¡No es lo que estás pensando, esto fue un accidente! ¡No soy tan zorra como tú, lo juro! —Zanja Miranda antes de cerrar la boca ante el esperado disgusto de su cuñada.
—¿Qué dijiste?
—¡No lo quise decir Jolie! ¡No es lo que viste!
Le insiste presurosa cuando la castaña se aleja de ambos y escuchamos el instante en el que se cruza su camino con Daen.
—¿Miranda?
Parece buscarla Weller y la que se mueve atajando su camino es Jolie.
—Miranda se está comiendo a Max… digo, Miranda está comiendo con Max… Estamos los tres en la cocina, ¿Quieres mentir con nosotros? Es decir, comer con nosotros —explica con torpes palabras—. Aún no he despertado.
—¿Estás bien Jolie?
—Sí, jamás te mentiría.
—Mmmm… esta bien, ¿te caíste al dormir?
—No, ¿Vamos afuera?
Tiro de la mano de Livingstone para que vayamos a la cocina por la puerta trasera cumpliendo el favor que nos acaba de hacer Jolie.
—¿Crees que le diga? —me pregunta con culpa.
—No sé, ¿se atreve?
—¿Por qué no lo haría? Me odia y es su mejor amigo —se reprocha al borde de lagrimas—. Fue un maldito error, mi vida es con Daen, ¿por qué siento esto? Estoy viviendo lo que siempre había querido y regresas solo a arruinarlo.
—¿Cómo estás tan segura?
—Se volvió mi equilibrio.
—De que Jolie te odia. Ni siquiera odia a Hannah, ya parece un juego entre ambas. Te aseguro que mucho menos contigo probaría el odiar.
—Le hice muchas cosas en el pasado.
—Que no te definen ahora.
—Conseguir el perdón no significa que las acciones pasadas se borrarán. Ahora tiene el acto perfecto para destruirme como yo lo intenté con ella.
En la cocina se suelta de mi agarre para fingir que llevamos rato ahí preparando el desayuno.
Sus dotes profesionales en la cocina me asombran, creí que la niñita rica y delicada no sabría levantar su plato, pero se mueve con maestría para preparar tortitas de avena y batido con las fresas que Lilian recolectó de los arbustos del huerto ayer.
En poco tiempo ambos nos alcanzan, ella se apresura a licuar y yo finjo leer un viejo periódico de los Hasson, junto al café que creo debió haber tomado el señor Aaron hace un rato.
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Pronto todos se han marchado e Isaí me explica sus proyectos en puerta, me hace una entrevista exprés para ver que puedo aportar a su agencia. Cuál área es mi fuerte.
Daen y Miranda nos pasan por enfrente distrayendome. Al girar con el rubio me mira fulminante.
—¿Dónde has conocido a mi hermana?
Me escudriña con la mandíbula tensa limitando mis días por aquí en un vistazo.
—¿Cómo supones que la conozco si estuvo encerrada en una clínica psiquiátrica y yo trabajando en Arias?
—Snyder no me van a agarrar de estupido, tú has estado prófugo los últimos tres años —se cruza de brazos revelando que tan al tanto está de mí —. ¿Cómo conoces la situación de Miranda si solo la familia estábamos al tanto?
Asiento perdido, pero
—¿Por qué en lugar de echarme en cara me abriste las puertas?
—Me traería problemas con Jolie decirle que metí a un delincuente a nuestra casa. Además dudo que alguien con los valores de Hannah pueda tener un criminal por hermano.
Me restriega sin darme una simple salida.
—¿De dónde se conocen?
—Ambos estuvimos en la clínica de salud mental, nos dimos apoyo el uno al otro por un corto periodo de tiempo.
—¿Formaron algo?
Es momento de ser cuidadoso con lo que digo si no quiero aparecer en pedazos en algún acantilado.
—Es claro que surgió algo entre nosotros, pero no hubo tiempo de ponerle nombre. Ambos estábamos confundidos y pasando la etapa más difícil de nuestras vidas.