Al terminar el otoño

Capítulo |35|

Hola, ando super emocionada de ver a nuevas personitas comentando, por aquí les dejo otro capítulo, ojalá más seguido me compartieran su opinión, besos 🥰

 

Miranda Livingstone 



Aless vuelve exhausto aún sin haber logrado alcanzar a Cristina. Mi entorno es un caos tras otro donde para mi desgracia si está girando todo a mi alrededor.

—No sé qué pretendes, pero me decepcionas más que nunca —le reclamo evitando que me toque.

—Tú no ibas a creerme si te lo decía de frente. Actuarías justo como lo estás haciendo.

—Traes a una impostora, armas todo esto y esperas que reaccione bien —ladeo neutra, más vale que me mantenga inexpresiva—. De Isaí comprendo que no lo quiera por su historial con Jolie y aún así no se mete en mi vida. ¡Lamento el caos que ocasioné en el pasado, pero aún así sé que no merezco esto! ¡Entiende que no es su culpa no haber podido amar a Abigail!

Su rostro se torna rígido y claramente escucho cómo sus dientes rechinan. He vuelto a crear asperezas.

—No lo odio por eso —jadea cerrando los puños—. Yo asistí a un bar de Almería en España. Firmé un exitoso proyecto para el lanzamiento en el mercado Español.  En la celebración no tenía contemplado encontrarlo y hubiese preferido no hacerlo.

Calla y la mujer se acerca ocupando el espacio vacío entre nosotros.

—En ese mismo bar festejaban él y su equipo cada victoria —Interrumpe ella muy bajo—. Yo soy mesera ahí, era, porque cuando mi vientre comenzó a crecer me despidieron.

Mis mejillas se empapan y los brazos de Fri se aferran aún más sin entender.

—Quisiera ahorrarte el dolor, pero lo vi en más de una ocasión Miri, por eso comencé a investigar quién era la chica con la que Daen se entretenía, sorpresa, no era solo una.

—La vida privada de los jugadores es poco pública por lo que esto es demasiado común. Pasó muchas veces Miranda. ¿Y sabes que es lo peor? Que aunque no sabía de ti el que los amigos de Daen me cosificaran era repulsivo. Llegaron a llamarme la favorita del capitán y…—mi mano la calla y Aless nos aparta.

—¡Suéltame! ¡Es una arrastrada y tú una basura! ¡Soy tu hermana y pones primero a la sombra de una mujer que ni siquiera te amó! ¡Eso te pesa, que lo prefirió a él que a… —Mi garganta se cierra cuando los brazos de Aless me liberan, encuentro su mirada llorosa y apuesto que eso me ha dolido más.

La veo tallar su cara detrás de Aless y sin intenciones de frenarse.

—Miranda entiendo como te sientes, imagina lo que sentí yo cuando intenté contactarlo y sus amigos comenzaron a inventar que casi todos ellos habían estado conmigo para hacerlo dudar de su hijo, no soy una prostituta, era mesera y por estúpida me dejé deslumbrar por él —chilla alternándose y la veo levantar el rostro en un último tajo de dignidad—. Tú misma te deslumbraste siendo la mujer importante que eres… No fue cosa de una noche, él insistió hasta que lo obtuvo.

Doy media vuelta y me marcho escuchando pasos sobre los míos obligándome a detenerme. Son Alessandro y Fri.

—¿Cómo se llama esa mujer? —le reprocho ideando con la cabeza fría.

—Michell Carson.

—Está mintiendo.

—Yo no tengo porqué mentirte.

—¿Ibas a dejar que se presentara en la iglesia para humillarme frente a todos?

Él me ignora y baja a la altura de Fri sacando un billete de su cartera lo más rápido que puede.

—¿Vas por un caramelo?

—¿Quieres uno también papá?

—Uno de cereza, ¿está bien? —le sonríe amoroso.

—Ya vengo.

Ella me mira cautelosa y se sigue a la tienda a unos pasos de nosotros. Entonces él vuelve la mirada a mí.

—Llevo todos estos meses intentando que ni siquiera llegue ese día. Si te dijera lo que vi ibas a decir que estoy en tu contra, que son inventos míos y ya me odiarías.

—Ya te odio —le confirmo.

Sus cejas se fruncen al grado de tocarse.

—¿A quién te recuerda esa chica? Castaña, extremadamente delgada, grandes ojos marrones… bajita —Pasa saliva y un gesto de hastío atraviesa su garganta—. ¿Sabías que a las prostitutas algunos clientes les piden llevar a cabo juegos fantasiosos?

Ladeo hastiada, sintiendo como mis jugos gástricos están por expulsarse por mi garganta y no por el dato, si no por el rumbo que va tomando esto.

—Uno de sus compañeros le dijo a Mishel que le cumpliera sus fantasías a Daen, que le pidiera que la llamara Jolie en la intimidad.

Justo creo que voy a regurgitar. Doy una arqueada sostenida de la pared. Me falta el aire. Las manos de Aless me sostienen y no puedo entender como me destruye e intenta mantenerme de pie. Lo alejo pérdida.

—Muchas meseras en clubes nocturnos acceden a pasar la noche cuando el candidato les llega al precio.

Me siento sucia y usada. Una versión me hace odiarla, la otra me reclama que fui igual.

—No solo él falló en nuestra relación.

—Tú lo hiciste con el hombre que amas, no con quien se te atravesó por celebrar un partido.

—Ni siquiera así suena bien.

—Hay una diferencia enorme, tú ves a Maximiliam, sabes que es él y contemplas que está mal. Daen te mira a ti, a la esposa de tu hermano, a otras mujeres y todavía finge no hacer nada.

Caigo rendida a abrazarme sola en un pequeño rincón. Al final me destruí, al final todos ganaron.

—Yo cancelo todo por ti si tu quieres.

—No te quiero cerca.

—Esta es la última prueba del vestido, espero que cierre —nos informa su madre sacándolo de la finita bolsa.

—Y yo que no se note el embarazo —le susurro a Daen muy cerca.

—¿Qué has dicho? —pregunta él.

—¡Sorpresa,  serás papá mi amor! —Beso sus labios con un roce rápido, seco y distante que lo mantiene pasmado—. Será una niña, se llamará Michell.

—¿De dónde has sacado ese nombre?

—No eres el único que ha fantaseado últimamente cariño.

Daen se queda perplejo, aún así yo avanzo hasta el probador donde intenta seguirme, pero lo regreso ya que según su santa y devota madre es de mala suerte que el novio vea a la novia con el vestido puesto.



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En el texto hay: romance, comedia humor, diferenciaedad

Editado: 01.08.2023

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