Ala Kachuu El raptó de la Novia

Capítulo 2

La cabeza de Carey se alzó de donde había estado descansando y gradualmente observó lo que la rodeaba: Estaba en la sala de descanso de la Biblioteca Pública. Una luz iluminaba los rasgos de la mujer que tenía frente a ella.


 

— ¿Sí, señora Mara?


 

La señora Mara, superior de Carey, ataviada con una chaqueta azul de un tono prácticamente igual al de las paredes de la biblioteca, exhaló con ansiedad.


 

— Estaba distraída otra vez, señorita Carey.


 

Carey se sintió perturbada por la reprimenda en el tono de voz de la mujer mayor, a pesar de su infinita paciencia. Era curioso, pero su imaginación no podía concebir una imagen para el jeque con quien Akina se iba a casar pronto. Ni tampoco se permitía visualizar el rostro de El Tigre en su fantasía.


 

— Todavía estoy en el tiempo de descanso. —le recordó gentilmente a la mujer.

Carey se dedicaba a trabajar en la biblioteca para continuar estudiando literatura.

— Sí, bueno, pero…


 

Al reconocer el inicio de un sermón que le resultaba conocido, Carey contuvo un suspiro. Era consciente de que su hora del almuerzo sería interrumpida. Otra vez.

Akina ingresó a la biblioteca y buscó con la mirada a su amiga Carey. Era su mejor amiga desde que comenzaron a estudiar juntas. Y quería contarle que su familia había concertado su matrimonio con un jeque de una nación cercana, no eran infrecuentes en la familia real que hubiera esos casos, el suyo sería único. Akina no sabía que iba a ser la esposa de un jeque importante. Además, sus padres lo habían deseado así. Una de las condiciones del acuerdo entre su padre y el Sultán Amir Al Fayed.

Akina había abandonado su nación para estudiar en los Estados Unidos. Ahora requería la asistencia de su compañera para su jaguar de matrimonio y quién mejor que ella para auxiliarla. Además, Hakim pronto arribaría a los Estados Unidos para cortejarla y eso no le complacía demasiado.

Antes de fallecer, el padre de Hakim le había recomendado que formara una asociación con la familia de Akina. Dado que ambos eran los futuros sucesores al trono. Los dos individuos habían estado discutiendo los detalles del acuerdo cuando Hakim había sido agredido mientras montaba a caballo en el desierto al amanecer.

Akina no entendía claramente por qué su unión con Hakim había sido parte del acuerdo. Solo sabía que su padre lo consideraba apropiado. La familia real de Qu'Arim estaba satisfecha con el matrimonio entre dos naciones con una monarquía fuerte. Akina divisó a su compañera al otro lado de la habitación, asistiendo a un infante. Se estiró para extraer un libro de una repisa.


 

— Hola Carey has finalizado de trabajar, podemos charlar.

— Permíteme fichar la tarjeta de salida y nos vamos.

— Vas a decirme que la señora Mara nuevamente te incomodó.

— Discutiremos eso más tarde, déjame concluir y tendremos todo el tiempo necesario para conversar.

— Está bien, te esperaré en el Campus.

— Tu íntima amiga que soy yo, saldrá en un momento y la señora Mara no se enfadará al si nos ve juntas durante el horario laboral así que espérame en el Campus.


 

Quince minutos más tarde, Carey salió de la biblioteca y se dirigió al Campus donde su amiga la esperaba. Carey comenzó a preocuparse de verdad. Su amiga estaba angustiada por la boda que se acercaba y no era ella la que se iba a casar sino Akina con un príncipe del desierto. Todo el mundo la observaba al pasar por el Campus, y sabía por qué, debido al color de sus cabellos. De hecho, ella era una joven muy guapa y con una edad adecuada para comprometerse, cuando llegó al lado de su amiga, esta estaba hablando sola.


 

— ¿Quién demonios se creía Hakim Al Fayed?.

— Vaya hablando sola amiga.

— Sí, estoy enfadada con Hakim.

— Desde que me contaste que él sería tu prometido y pronto tu marido no has dejado de hablar de que se cree él. Es tan insoportable así.


 

Qué tonta había sido en decir que se uniría en matrimonio con un príncipe del desierto a su amiga. Carey siempre era una soñadora... Además, le había engañado a su amiga y a todos los demás acerca de esa boda. En el fondo Akina no deseaba casarse con aquel hombre, quería continuar viviendo su vida como hasta ahora.


 

— Perdón, amiga, mejor dejemos de hablar de Hakim y dime cómo te ha ido con los exámenes.

— Bueno ahí voy más o menos.

— Vamos amiga tú eres una persona muy inteligente.

— Es mejor no profundizar en esos temas, ahora en serio, amiga, ¿qué te sucede? —le dijo con el ceño fruncido.

— Vale que me toca probar un vestido de matrimonio, pero estoy perezosa con eso no quiero hacer ensayos de nada.

— Vamos amiga tú sabes que siempre puedes confiar en mí, vamos cuando son las pruebas del traje de matrimonio.

— La próxima semana, pero vendrá un sastre de Qubbah para realizar varias pruebas.

— Bueno, amiga aquí estoy yo, me los pruebo por ti. —y Carey se echó a reír a carcajadas.


 

Después de un tiempo, Carey continuaba siguiendo a su amiga hacia un amplio vestíbulo a lo largo de un camino flanqueado por columnas de mármol, quedó impresionada por la singularidad del lugar. Los diminutos azulejos formaban complicados diseños geométricos en tonos que iban desde el rosa oscuro y dorado hasta el morado más claro, cubriendo cada centímetro de las paredes y los techos, insinuando siglos de antigüedad. Un sonido tenue hizo que girara la cabeza. ¿Era una risa o un susurro?


 

— Bienvenida Majestad a la residencia real. —le dijo uno de los sirvientes cuando ingresó en la mansión.

— Cómo que residencia real, de qué están hablando Akina.

— Esta es mi morada aquí en Estados Unidos, aunque paso la mayor parte del tiempo en la universidad, tengo una casa propia Carey.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.