Alana Stone

Capítulo 1 ( La tragedia)

Soy la menor de tres hermanos. Aquiles mi hermano mayor, Dalton el segundo al mando y por último yo Alana Stone. Adoro a mis hermanos en serio, pero a veces quisiera matarlos por ser tan sobreprotectores conmigo. Estoy al borde de un colapso nervioso, Aquiles tiene a Carter sujetado por el cuello y Dalton busca en su teléfono la dirección de sus padres y todo por que decidimos venir a un parque luego de tomar nuestras malteadas.

— ¡Suéltalo ya Aquiles! Mamá se enterará de esto. Solo vinimos a charlar un poco deja de comportarte como un desquiciado

—Ese no era el trato Alana, papá te dio permiso solo para ir por una malteada no para que te vinieras a un parque a oscuras para que este imbécil te meta mano.

Grita Aquiles enojado sin quitarle los ojos de encima al pobre Carter.

Me quedo de piedra al escuchar lo que acaba de decir. ¿Me cree tan tonta como para que crea que me voy a dejar manosear de cualquiera?

Bufo molesta y me alejo de allí a paso acelerado, cuando estoy a unos cuatro metros de distancia escucho sus voces llamarme pero no hago caso. Limpio mis lágrimas con rabia y lanzo mi teléfono no sé dónde para que Dalton no pueda localizarme.

Me escondo detrás de un montón de arbustos y allí me quedo hasta que dejo de escuchar sus voces.

Un rato después salgo de allí y camino a paso lento a casa. De seguro seré la comidilla de la escuela. ¡Qué vergüenza con Carter! Y pensar que hace un rato me invitó al baile escolar, supongo que después de esto su invitación queda cancelada. ¿Acaso jamás tendré una vida normal? ¿Cuándo van a madurar los cavernícolas de mis hermanos?

Minutos más tarde llego a casa, toco el timbre y mi madre es quien me recibe con un abrazo y los ojos llenos de lágrimas.

—Mi niña, mi pequeña ¿Dónde estabas? ¿estás bien? (pregunta revisando cada esquina de mi cuerpo)

—Si mamá estoy bien, he vuelto a casa en una sola pieza.

En ese momento mis dos hermanos y mi padre aparecen por el pasillo que da a la sala y todos respiran aliviados al verme sana y salva.

—Alana mi princesa, nos has pegado un susto de muerte ¿Dónde estabas mi amor? —Mi padre me abraza junto con mi madre y mis dos hermanos solo me observan desde la distancia.

 

—John cancela todo, mi hermana ya está en casa

Dice Dalton a quien sabe quién por celular y luego de eso cuelga su teléfono.

—Nada de esto hubiese pasado si no fuera porque tus hijos aparecieron a mitad de mi cita con Carter y lo golpearon. Me hicieron quedar en ridículo.

Digo e inevitablemente rompo en llanto. Mamá me apega más a su cuerpo y da suaves caricias sobre mi cuerpo.

—Papá salieron de la ruta. Tuvimos que ir a verificar que todo estaba bien y ese imbécil la llevo a un parque con poca luz.

— ¿Eso es cierto Alana?

Pregunta mi padre con una ceja enarcada y cara de pocos amigos. Ruedo los ojos en blanco y contesto en tono cansado.

—Es un parque como cualquier otro. Solo queríamos charlar un poco como cualquier par de adolescentes normales. ¿Cuándo van a entender que no soy una niña estúpida sin neuronas?

Subo a toda velocidad las escaleras que dan a la segunda planta de casa para encerrarme en mi habitación.

Unas horas después escucho tres toques en la puerta y sé que es mamá, es nuestra clave. Golpeo dos veces la madera de mi mesilla de noche y es la señal para que pueda pasar.

Se sienta a mi lado y con suaves toques en mi mejilla y una hermosa sonrisa me pregunta.

— ¿Te encuentras mejor?

Niego y me abrazo a su cuerpo.

—No te enojes con ellos por favor. Si, sé que están un poquito chiflados, pero es su manera de amarte mi ovejita. Son tus hermanos y darían su vida por protegerte.

—Pero están locos. No es normal lo que hacen.

Mi madre suspira y sé que está en un terrible dilema.

—Tu padre le ha prohibido a Dalton rastrearte y Aquiles…

—Mamá ¿Cuántas veces tengo que escuchar lo mismo? Me siento como un animalito enjaulado, que todo el tiempo está siendo observado. No me siento una chica normal. Me costó mucho hacer amigos y ahora después de esto que pasó… (rompo en llanto)

—Ya mi niña tranquila… todo estará bien…

Y no, nada estuvo bien después de eso. El rumor se esparció por toda la escuela y los chicos salían corriendo despavoridos al verme cerca como si tuviera una enfermedad altamente contagiosa. Opté por no ir al baile escolar y alejarme por completo del mundo.

Al finalizar las vacaciones mis hermanos volvieron a sus labores. Dalton a la universidad y Aquiles a su trabajo.

Después de todo lo ocurrido la única persona que siempre estuvo apoyándome fue mi mejor amiga Linda.  

La escuela se volvió un completo infierno, nadie me hablaba y me convertí en la chica de los hermanos psicópatas. Solo deseaba terminar la escuela para así iniciar una carrera universitaria lejos de todo ese caos e iniciar una vida un poco más normal.




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