Hoy me doy cuenta que el destino me saco cosas en el camino y me dio otras que no se comparan como el amor de los hijos.
Como mujer tuve muchas heridas, pero se curaron y en su lugar solo quedaron cicatrices, las que me recuerdan que tengo la suficiente fuerza para pararme y salir adelante.
Con cada caída aprendí que la vida no es fácil y no todo es como uno desea, que soñar también a veces cuesta porque olvidamos la realidad que nos rodea.
Ahora sé que cada lágrima derramada no fueron envanas como pensaba, porque cada gota de ella limpiarón mi corazón para que no se llenará de odio y rencor.
Aquí estoy nuevamente tomando el rumbo de mi camino, retomando lo lado un día deje de lado, por ir detrás de un amor errado.
Respiro, sonrio, suspiro; estoy viva y lista para ser inundada por la luz de un nuevo sol, la oscuridad a su fin llegó ahora soy nuevamente yo.