Alas de Amor "La memoria de un sueño"

I

¿He de pedir eso? He de pedir ser visible para la sociedad o más bien dicho, ser visible ante las personas que según muchos me roden, ¿Quién soy para hacerlo?  ¿O la sociedad es una forma de vivir ignorado por los demás? A veces vivo, querido, amado y otras olvidado.  Por eso buscamos diferentes lugares para sentir lo que ignoramos; creó que ese es mi caso, pero conocerla fue una forma de crear a un nuevo ser. Recuerdo que acababa de realizar ciertas activdades en la  escuela, aún así muchos querían tener mayor oportunidad en el área laboral y otros solo queríamos tranquilidad o bueno, era eso lo que yo quería. A decir verdad todo tiene su hora y uno de mis compañeros de grupo me preguntaba frecuentemente, ¿Por qué pedia permiso para ir al baño a la misma hora? Como me hubiera encantado resolver esa duda, pero no lo hice.

—Oye Deívan ¿Aún no te quitas esos nervios?

—Te soy sincero, no. No he podido, creó que el ir al baño es una forma de tranquilizarme. —Le respondí a Sebastián.

Era con el único compañero con quien hablaba,  claro que cuando el insistía  en hacerlo. Mientras que los demás solo me hablaban para pedir copia durante la aplicación de exámenes,  cuando debían trabajos o recurrían a la crítica, la crítica de mi persona.

—No te sientas mal, no es necesario hablar con un montón de presumidos—sugerió Sebastián

—¿Sentirme mal? Te digo que no lo lograrán.

—¡Bien dicho! —contestó y  me sonrío.

Fingí ante él, el estar bien y un poco malhumorado volví a casa, tome el camino que se me hacia mas largo hasta ella. Tal vez lo hacia para quitarme el enojo e inclusive la felicidad que muy poca veces les demostraba a mis compañeros de clases. El vivir con una madre que es enfermera no me daba mayor oportunidad de fingír enfermedad alguna, siempre tenía una solución para mis males y aunque me niegue a ir a la escuela, ella tenía formas  para obligarme.

—Terminas tu desayuno y te vas directo a la escuela—mientras me acariciaba el cabello.

—Esta bien-respondí—pero ¿vendrás tarde hoy?

—SÍ. No me esperes y antes  de que me olvide, toma este folleto, quiero que lo leas y mañana platicamos.

No conteste y mamá tomó sus llaves, su bolso y su abrigo. Creí que se iría rápidamente, pero regreso y me dio un beso en la frente. El folleto lo guarde en mi mochila y llegue tarde a la escuela, mis compañeros me imagino yo, sabían que no me gustaba que se burlasen cuando llegaba tarde,  púes con una sola palabra bastaba para callarlos.

 




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