Alas de Amor "La memoria de un sueño"

II

Durante las clases, me la pasaba pensando en mi madre, ella ha trabajado desde el primer instante en que supo que estaba embarazada, como ella  dice: “de lo bueno que ya había casi concluido con mis estudios de enfermería”. Creó que el tipo de quien se embarazo era un completo imbécil,  al haber dejado a mi madre a pesar de como es: de cabello corto hasta los hombros, castaño, ojos marrones, delgada y alta (hablando fisicamente), buena cocinera, una increíble arquitecta, pintora, costurera (lo digo por mis trabajos de primaría), es muy amorosa, simpática y cariñosa.  Lástima que tuve que sacar el color de ojos de ese tipo que según muchos debo de decirle “padre”. Pero creó que padre no es aquel que da los genes, sino aquél que cuida y vela por ti, pero bueno, azules, tenian que ser azules mis ojos.          A decir verdad ella es madre y padre al mismo tiempo para mí.

—Estas muy pensativo, Deívan—dijo mientras se sentaba frente a mí.

—Tal vez, pero no, no creó. —Le respondí—las apariencias engañan.

—¿Para qué el folleto? —preguntó Sebastián con curiosidad.

—No lo sé, mi madre me lo dio y bueno no lo he leído aún.

Sebastián se ofreció a leerlo, yo acepté y lo leyó en voz alta, nos encontrabamos los dos solos en el salón, mientra él leía, yo miraba el cielo a través de la ventana que había a mi  lado izquierdo, recuerdo que el cielo tenía un tono grisáceo, parecía que llovería; creó que me encontraba muy entretenido porque ni siquiera me di cuenta de que Sebastián había acabado de leer.

 

—¿Deívan?¿Deívan? —preguntaba—¡¿Deívan?!

—¿Hm?¿Si?

—Ya terminé y tú te quedaste… atónito.

—Lo lamento, de verdad, pero dime que dice.

Él me explicó que el folleto era una invitación a un festival de lucha contra las adicciones, decía más o menos así:

 

“Estimado lector le invitamos a que asista al festival de lucha contra las adicciones, que se llevará a cabo  a las 4:00 pm, el día miércoles de marzo de 2016,  en el hospital  de la cuidad. Invite a familiares y amigos”.

 *Entrada gratis* .

—Oye está es una invitación muy buena, además de que es gratis-comentó.

—Si lo sé, pero ¿Asistir a un hospital? No creó—respondí.

—Y… ¿Por qué no? —preguntó con ánimos pero encogiéndose de hombros.

—Porque… No.

 

 




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