Alas de Amor "La memoria de un sueño"

XIII

Después de un rato Margoth se retiro, ella parecia molesta y no parecia alegrarle mi presencia, pues terminaba por irse sin despedirse siquiera, pero en fin;  era ella la que no quería hablar conmigo. Llego la seis de la tarde y tenía que irme  pero llegaron los padres de Sebastián quienes me invitaron a quedarme a cenar, no obstante Margoth se nego a acompañarnos ya que se tena que sentar junto a mi a la mesa, Sebastián preferio intervenir y yo me negue a quedarme a cenar, menti al decir que no había problema por no hacer pleito entre ambos hermanos, y de todas formas no quería quedarme.

Al salir de la casa de ellos pase por el parque, ya que hacia calor, tanto de día como de noche, el viento que senti en aquel momento era cálido que me hizo recordar a Herriet, la chica del hospital, tenía un ansia, un ansia por verla y saber que era aquello que debería hacer para liberar aun ser diferente que dormia en mi, en mi interior, cómo llegar y decir “quería verte” sonaba un tanto esquizofrenico, deprimente y psicótico hasta para mi, no podía hacer eso, claro que no.

 Sentado en una banca del parque, cual faro descompuesto dejaba ver el cielo nocturno, veia muchas pero muchas estrellas que iluinaban el cielo tenía que regresar a casa, emprendi mi camino directo a ella. Legue a casa, tome el picaporte entre mis manos y abri la puerta, mamá aún no había llegado; subi directo a mi habitación, parado frente a ella con la puerta abierta, vi como mi mente desvanecio la imagen de lo que era mi habitación para convetirla en la sala de la casa de Sebastián, la banca del parque y la habitación de Harriet en el hospital, me adentre en ella y me sentía como un fantasma, ¿Qué me esta pasando?

Arroge mi mochila al suelo, cerre la puerta de un portazo y me sente en un rincón y me senti con una gran nostalgia, empece a llorar, no quería saber nada, absolutamente nada, prefería morir y desaparcer de la vista de cualquier persona que me conociera y de las que no, también, ha seguir sintiendome como un muerto en vida ¿Por qué había nacido con un razonamiento como el de un anciano con experiencia? ¿Por qué sabia que consecuencias tenía el hacer una acción? ¿Por qué tuve que nacer con un don o era una maldición que tenía que cargar por…, talvez por la culpa  y errores de mis padres, en especial de él?¿QUIÉN SOY YO PARA CULPAR A MIS PADRES?  Yo que sé, carajo, yo que sé.

Yo tengo mis propios errores, bueno realmente no he cometido ninguno, tal vez por eso me siento así, no tenía ningun error que tuviera que corregir, bueno hasta ahora no, ninguno. Con el transcurso de los minutos, sgundos, horas, días, semanas e inclusive meses podría tal vez descubrir lo que me estaba pasando. Pero había un sentimiento esquizofrenico dentro de mi y era eso lo que odiaba de mi mismo, me hubiera gustado ser como los demás chicos que andan en fiestas, sin problemas de culpa, que fuman, se alcoholizan y consumen drogas; pero no soy así y mucho menos ando con cuántas mujeres me hubera dado la gana.

Viernes veinticinco de marzo, una semana para que termine el mes, todo parecia muy lento comparado con otros meses y años. Recibimos nustros exámenes con una buena calificación, una muy buena califcación, diría yo “aprovatoría” pero el grupo nos envidio a Sebastián y a mi por ebtener la calificación mas alta y no es por presumir pero solo en el examen, aclaro, pasamos sobre encima del muro de ladrillos que hay entre tú y la calificación pero dimos ambos nuestro mejor esfuerzo y no es como el grupo dice que “hiceron trampa durante el axamen” y menos “compraron a los profes…”  palabras como esas hace que despierte en ti no un odio o rencor pero sí un enojo  y unas ganas de... Pero allá ellos, tu sabes que es mentira, pero la envidia es la envidia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.