—Espera—.Me detuvo del antebrazo—quiero felicitarte por un años más y… bueno, feliz cumple—me abrazo y me palmeo el hombro—andando que nos esperan.
Las grandes sorpresas llegan cuando uno menos se lo espera, la felicidad de una familia, un buen regalo es lo que dijo elal. Mamá me obsequio un móvil para…, para mantenerme comunicado con Sebastián y con quién yo quiciera, solo con él, pense. Efectivamente Alberto llego, me felicito al igual que Margoth, quien parecía un tanto tensa y nerviosa, los abrazos fueron fríos y cálidos a la vez; he de esperar las irregularidades del porvenir.
Después de mi cumpleaños nada cambio, todo seguía igual que antes pero me llamo la atención algo que sucedió durante las clases. Llegue a la escuela y al entrar al salón me encontre con Clara, una chica delgada de cabello semi corto negro, ojos marrones un tanto tímida, buena estudiante; a lo que me conscierne es una chica linda, ella a estudiado con Sebastián y conmigo desde secundaria. . No pasamos de ¡hola!, ¡adiós! Y una simple sonrisa. Después de entrar me sente en mi lugar correspondiente y ella esta siempre a dos lugares de mi, la estaba observando cuando Sebastián llego y me saludo, de igual manera le respondi, él saludo a clara pero me parecio una reacción un tanto extraña, ya que ella se porto nerviosa, con la mirada fija al piso y no la levanto hasta que inicio la clase.
Clara siguio portandose igual durante toda la semana. No me había dado cuenta de esa actitud que tenia con Sebastián, parecía que tenía pena, vergüenza, tímidez; un tiempo después no pude aguantar las ganas de espiarla, así que la segui, Clara fue a diferentes áreas de la escuela, lugares que Sebastián y yo frecuentabamos algunas veces. Llego el momento, pense, le dije que la había seguido y quería conversar con ella de algo importante, ella se nego rotundamente.
—Si tú no llegas, dejaré que todo lo que he visto sea cierto para Sebastián.
—Tú no puedes…, espera… ¿A qué te refieres?—retrocedío—¿Sebastián?—nego con la cabeza—¿Qué sabes Deívan?
—Sí lo quieres averiguar, ve hoy mismo al parque, te estaré esperando.
No me quede a escucharla y regrese al salón, dónde estaba Sebastián junto a la ventana, creó que me lo está copiando, me acerque a él.
—Necesito una escusa para salir de casa.
—¿Cuándo? ¿Mañana acaso?—me recargue de la ventana—¿Por qué no dices que quieres salir y ya?
—¡Estas loco!—exclamó y dio la esapalda a la ventana.
—Esta bien, solo lo sugerí.
—¿Son novios?
—¿Quiénes?
—Pués, tú y Harriet.
—¿Ah? No.
—Sí cómo no, tardaste en responder…
—Y ¿eso qué?—le corto y mire al cielo.
—Si tú lo dices, te creo—se sentó en el suelo—me ayudaras, ¿verdad?—pidio con una sonrisa—por favor.
—Con una condición.
—¿Cuál?
—Dejanos de molestar a Harriet y a mi.
—Me parece que me estas pidiend,o que los siga molestando en forma indirecta—río a carcajadas.
—¡Sebastián!—grite y le sonreí, a la vez que negaba con la cebeza.
Espere y espere casi una hora o quizá más de una, pero Clara no se acercaba, no esperaba una falta de ella, no podía hacer eso y mucho menos decir que no había llegado. Desde hacía un rato que ya la había visto, pero preferí a que ella se acercara y así lo hizo.
—¿Qué es lo que quieres?—cruzo los brazos.
—Sólo quería conversar un momento pero he de decir que tardaste—le hice señas de que se sentace—no tardariamos si hubieces llegado desde hace una hora pero preferiste no acercarte.
—No quería llamar la atención—se sento—solo que…, bueno ¿de qué se trata?
—De Sebastián y…, de ti.
Ya estaba anocheciendo cuando nos despedimos pero Clara no dejaba de llorar, trate de calmarla diciendole que no diría nada pero que ella tenía que hacer las cosas de manera correcta, lamantablemente no soy ese tipo de persona frágil ante el lloró de alguien, no nací con ese don.