Alas de Amor "La memoria de un sueño"

XXVI

El fluir del viento se ha llevado las horas, con él, los días, así como el mes. Estoy en la primera semana del décimo mes, con la ayuda de Sebastián, he decidido ir a ver a Harriet la proxima semana, mientras que me pongo en marcha con los trabajos de la escuela que me hacen falta. Pareciera que aquel agujero que senti al principio de este año, se ha desvanecido o por lo menos ya no lo siento. Clara se ha enamorado aún más de su querido novio, tengo que soportar sus piropos de Sebastián, cuándo él se va conmigo, no se quieren separar, pero bueno se quieren…, corrijo, se aman.

Mamá y Alberto me han informado que son pareja, puse mi cara de chico serio y los he engañado, ellos temen lo peor.

—Me alegro de que sean pareja—comi un trozo de pastel—pero…, sean felices—les sonreí.

Karen estuvo trabajando horas extras en el hospital, porque quiere ganar dinero extra, pues quiere tener un viaje de descanzo en navidad, quiere ir a otra cuidad, me conformo con saber que Karen a estado allí para mamá, y espero que siempre lo éste; reconozco que hizo un buen trabajo al ayudar a Alberto con mamá. El martes por la tarde fui a casa de Sebastián pero Margoth me abrio la puerta, me invito a pasar y me sente en el sofá, me sirvio un vaso de jugo de naranja.

—Deívan—se sento frente a mi—quiero decirte que… Gracias.

—¿Por qué?

—Tenias razón—sonrío apenada—.Se que no ha pasado mucho tiempo, desde aquello, pero en mi clase…—se detiene y mira sus manos—… hay un chico—se sonroja—le quiero, y mucho.

—¿Eh?—le sonreí—bien, tienes razón, no ha pasado mucho, pero el destino así es—bebí el jugo—prometeme que te cuidaras y que seras capaz de ser feliz.

—Te lo prometo—me tomo de las manos—quiero que tú sigas siendo mi amor platónico.

—Estaré encantado de serlo, mi pequeña hermana.

Me pare y ella también, la abrace como a una hermana, le seque las lagrimas con mis manos y le dije que contará conmigo para lo que quiciera, yo estaría allí para ella.

Sebastián entro acompañado de sus padres.

—Me alegro de que se lleven bien, como cuando eran niños—comento  la mamá de ambos y sonrío, ambos le sonreimos.

 




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