Alas de Amor "La memoria de un sueño"

XXVIII

Efectivamente fuimos al cine, sólo que…,  no solos, Margot y este chico David nos acompañaron pero no resulto como era realmente; Sebastián al parecer está celoso por su hermana y la única manera de que ella fuera con David, era que él los acompañara pero para no aburrirse me invito.

—Estoy pensando en invitarla.

—¿A quién?

—A Harriet—comí gomitas—para que conozca a Margot y a ti.

—Yo ya la conozco—bebió de su refresco.

—Cierto, pero por fotos—observe detenidamente a Margot y a David-creó que se quieren y mucho—.Me sente en el suelo—¿Entonces?

—Haré la cita con Margot—bebió nuevamente—creó que sí se quieren—continuo parado—yo te aviso.

—Perfecto—respondí.

Faltan tan pocos días para el fin de año.

Todo al parecer sigue igual, nada a cambiado y lo digo por mis sentimientos, al principio había dudas y ahora no, no como las estaciones del año, de otoño a invierno, los árboles han perdido su color verde, para tomar un follaje naranjado y grisacio al mismo tiempo. A cambiado a seco y estéril; Sebastián ha hecho la cita, él me ayudara con Margot y yo me encargare de convercer a Harriet. Ire a verla este fin de semana, el seis estaré con ella, mamá y Karen estan ansiosas, ya ha iniciado el undécimo mes, quieren a alguien para que se vista de Santa y yo no me ofresco y mucho menos Sebastián.

 Extrañamente han convencido a Alberto pero él se siente tranquilo porque aún falta un mes o bueno menos de un mes para eso. Voy junto a mamá y ella a decidido cruzar por el parque.

—Me encanta la idea—murmuro.

—¿Qué idea? ¿Sí la puedo saber?

—Se puede decir que después de mucho tiempo soy feliz.

—Es acaso ¿Qué no lo eras antes…, mamá?

—No lo tomes a mal—se paro delante de mi—soy feliz al enamorarme—me tomo de los hombros—por segunda vez, tengo una ilusión—suspiro—la primera…, fuiste tú.

Sólo sonreí para aquel gesto amable y cariñoso de mamá pero preocupante me lo fue.

 ¿Qué queria decir eso? ¿Acaso es que nunca estuvo feliz con el otro? Entramos al hospital, quería verla, y borrar mis tontos y dañinos pensamientos, verla era lo único que quería.

—Vengo a hacerte una propuesta.

—¿Cuál?—pregunto sorprendida—¿Qué propuesta?—pregunto esta vez muy curiosa.

—¿Saldrias conmigo al parque?—le pregunte mientras me sentaba.

—¿Eh?

—Sí. Al parque, bueno no sólo conmigo, también con Sebastián y Margot, los cuales quiero que conozcas—tome mi celular y le mostre las fotos de ellos—.Quiero que los conozcas, personalmente a mis…, hermanos de infancia.

—No lo sé, tengo que realizar las terapias el miercoles y…

—viernes—interrumpí—es el viernes.

—Tendría que pedir permiso, ellos y tú también—me miro y suspiro—está bien.

—Bien, yo vendré por ti en la mañana—dije ocultando mi emoción.

Me sentia feliz y emocionado, era algo jovial de su parte el de mirarme todo el tiempo.

               Aunque aún no era el momento de decirle lo que pasaba, lo que sentía todo mi ser, aún no. Pero era algo impresionante  lo que yo sentía. Al salir del hospital le comunique a mamá que estaría en casa de Sebastián. Me atendio su mamá porque Margot y él no estaban, ella se retiro y me dejo solo en la sala, me quede a ver las fotos, me resulto extraño, vi una fotgrafía la cual no había estado allí y si la estuvo no me di cuenta.

Eramos los tres,  quienes estabamos en la foto, Sebastián del lado izquierdo, Margot en el centro y yo del lado derecho; atrás de nosotros en la foto, estaba aquel faro que siempre había estado descompuesto, parecía que nunca lo repararían.




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