Alas de Amor "La memoria de un sueño"

XXXII

—¿Y ese libro? —lo señalo con un movimineto de cabeza—¿es tuyo?

—¿Ah? —reaccione un poco nervioso—s…sí… es mío. —lo tome para que él no lo pudiera tocar, no quería que lo hiciera.

—Esta bien—se acerco a mí— ya es tarde, me tengo que ir—me dio un apretón de manos—cuidate.

Alberto se fue y me habia quedado solo en casa pero seguía feliz, comenzaba a quererlo como a un padre, tal vez, aún no estaba seguro de ello; comence a leer el libro de Harriet, poemas, memorias, rimas y pequeños detalles muy significativos y estremecedores. Aparte de ello pues me quede leyendo hasta muy tarde, tenia breves cuentos en él.

Sábados y domingos, días normales para los estudiantes, son los días de libertad pero terminando esos días ¿Qué pasa? Razonablemente la escuela es la respuesta.

               A pesar de ello las anecdotas del libro de Harriet eran muy entretenidas. El domingo por la tarde mamá se quedo en casa por que cambio de turno con karen, pero seguiría a cargo de Harriet, se unieron tanto que era ella quien hablaba más de ella que yo.

—La quiero como a un miebro más de la familia—suspiro. —Como ha un miembro más.

—¡Mamá!

Mamá sonrío de oreja a oreja porque de seguro me sonroje, estaba feliz por su comentario tan repentino, me sentia muy, muy feliz y ya no lo podía ocultar, estaba enamorado de ella, de eso ya estaba completamente seguro y quería que ella lo supiera.

Era lunes y ya casí terminaba de leer el libro, me ha sorprendido ya que nunca fui un chico deboto al leer, los leía por petición de algun profesor o por mamá. Pero por gusto nunca los podía terminar.

—Te has escondido ultimamente—comenta Sebastián.

—¡Bah!, no me escondo.

—Claro que no, solo ha estado ocupado ¿verdad? —Clara sonríe—vamos la novia no lo deja solo.

 Reí ante aquel comentario, ni siquiera lo éramos y todos ya lo pensaban, lo anunciaban, lo presumian.  Le dije a Sebastián que iría a su casa en la tarde, Clara y Margot estarían con nosotros, quería que Harriet estuviece también, no se podía, pero verla sí, sin embargo  eso sería hasta el miércoles, el día en que la visitaria.  

Margot seguía con ese chico, David, eran muy unidos, pero él no estaría hoy con ella, yo no lo sabía pero Margot nos informo que lo habia invitado a pasar una tarde con nosotros, ya que él saldría de la cuidad y regresaría hasta el jueves por la tarde.

Desafortunadamente él no pudo llegar, Margot no deja de pensar en él y yo no dejaba de pensar en Harriet. Ella anhelaba, yo anhelaba, ambos anhelabamos estar con esa persona especial.

Tenia pequeños dolores pero no me preocupaba en lo absoluto, estaba siendo feliz, con eso ya ni me acordaba de las dudas, de verdad que ya no las habia. Mañana pasaría algo increíble, lo presentia.




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