XXXVI

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Me despierto de golpe, ese mismo sueño en que recuerdo vividamente la noticia del accidente de Deívan, siempre es el mismo, despúes de ello no puedo conciliar el sueño y es horrible.  Me quedo recostado en la cama, pero me dá sed y he de ir a la cocina, me pongo las pantunflas y camino hasta ella, pero bajo las escaleras y esto de los sueños me da dolores de cabeza, veo el reloj de la mesita junto al sofá de la sala y marca las 4:30 am, definitivamente no volvere a dormir, en pocas horas ire a la escuela; busco un vaso y luego me acerco al congelador y saco una jarra de agua helada, me sirvo y luego la cierro, regreso a la sala y me siento en el sofá, me quedo allí viendo el techo.

 Es algo inevitable el recordar eso, no puedo hcerlo a un lado, no puedo. Y no es necesario que este dormido o con los ojos cerrados para recordar que fue lo que paso después, de que llegue a urgencias esa tarde.