Alas Negras

CONVERSACIÓN

APARTAMENTO DE SAID MAJEWSKI – ESSEN
Con insistencia, el ex agente Steen había intentado comunicarse la mañana entera con Said Majewski, hasta que finalmente el hombre respondió. Necesitaba tener con el mismo una urgente conversación por lo que sin decir demasiado le envió su nueva dirección, pidiéndole como siempre que al llegar tuviese suficiente precaución
Steen, a quien le urgía reunirse con Majewski, no tardó en presentarse en el apartamento.
— Ni siquiera sé por dónde empezar contigo sin perder la paciencia, Wieber.
— ¿No me digas? ¿Entonces por qué mejor no empezamos contigo, Hasnan?
— He sido claro contigo desde que te presentaste ante mí. Sí bien intentaba estar siempre al pendiente de mi hijo, no me encontraba al tanto de todas las cosas que había ideado tu padre en confabulación con mi hermano. Y tampoco tenía idea que te habías asociado con mi hija cuando Akins fue llevado a Corea del Sur. Sé que desde aquel entonces hasta aquí han cambiado muchas cosas que te han hecho arrepentirte, por lo tanto es necesario que te decidas en este mismo momento de qué lado deseas continuar. Sabes mejor que nadie que aquel fiscal se encuentra con las manos atadas, y pensé que se lo habías dejado bien claro. Dime por qué se encuentra acosando a mi hijo.
— Quizás porque tu hijo se convirtió en un asesino.
— Mmm… Y a ti te dolió tanto que haya matado a Hajjâj El-Hashem que decidiste atentar contra su vida.
— ¿Tienes idea de lo que hizo el demente de Akins? ¿La tienes? —preguntó el ex agente con los ojos humedecidos— Poco o nada me hubiese importado que encontraran los restos de Hajjâj El-Hashem a orillas de cualquier río, pero no tenía derecho a hacer lo que hizo. Tuve ante mis ojos la cabeza de ese miserable, e intenté que no me importara, pero no pude. Tu hijo no puede pasarse la vida haciendo lo que se le da la gana porque tarde o temprano terminarán pasándole factura. Una prueba de ello es lo ocurrido días atrás en el Liebbar.
— Vagamente me puse al tanto de aquella situación y fue precisamente por eso que te he dado mi nueva dirección. Wieber, entiendo por todo lo que has pasado y lo sabes, y agrégale a todo eso que te la pasas viviendo en el hospital, pero es necesario que vuelvas a enfocarte por completo en tu verdadero objetivo. No puedes verte arrastrado por sentimentalismos que ni tú mismo logras entender. Debes volver a preguntarte qué es lo que realmente quieres ahora. Hacia que dirección apuntan tus objetivos. Tu padre ha tenido toda la vida uno por el cual nunca bajó los brazos. Su único defecto fue que cuando finalmente tuvo la posibilidad de acabar con Hajjâj El-Hashem con sus propias manos, no lo hizo por confiar en una justicia que nunca existió y que nunca existirá. Piensa en todo lo que ha sucedido como consecuencia. Y como si nada hubiese sido suficiente, ahora me entero de que mi hijo hizo algo que me correspondía. Era yo quien debía encargarse de acabar con Hajjâj El-Hashem.
— Ya no tengo ningún objetivo, Hasnan. Me cansé de intentar que las cosas resultaran según mis planes.
— Para mí tu operativo tuvo una buena efectividad aunque no lo veas de ese modo.
— ¿Buena efectividad? Sabes que una vez más tu hijo lo arruinó todo, y aún así le hice un favor sacando a Dabir Kazım de su camino.
— Ese favor también me lo has hecho a mí, Wieber, pues con mi hijo ahora como único dueño de las navieras todo nos resultará más fácil.
— ¿De qué hablas, Yasâr? Tu hijo no te quiere ni a 100 metros de distancia. ¿Qué podría resultar fácil con él al mando de las navieras?
— Poco o nada me importa si mi hijo desea tenerme cerca o no. Sé muy bien de lo qué hablo, y tú lo entenderás en su momento. Ahora quiero que me expliques acerca del cargamento que pudo haberse robado mi hijo para que miembros de Voronyi Klych se encuentre tras sus pasos.
— Según las pocas palabras que hasta el momento expresó Nikolai Kozloi, lo que probablemente yacían dentro de esos contenedores eran armas y joyas, y de haber sido así, no me extrañaría en absoluto que Akins hubiese negociado con las armas de manera inmediata a través del mercado negro de Turquía —explicaba el ex agente mientras Majewski de la cabeza se sostenía— En cuanto a las joyas, fiel inconsciente a tu sangre se las quedó por el simple placer de imaginar a su ángel luciéndolas. Es más, —prosiguió enseñándole una fotografía del cumpleaños número 18 de la joven Aurora— por alguna razón tengo mi sospecha de que esas joyas que lució tu hija el día de su cumpleaños formaban parte de algún juego de joyas qué contenía el cofre. Claro, compró los servicios de un joyero experto para transformarlas y de ese modo nadie pudiera notarlas.
Said Majewski respiró profundo intentando vanamente no angustiarse.
— De todos modos te tengo buenas noticias, Yasâr. Según Kozloi aquellos cargamentos no pertenecían a Solntzevskaya, y Voronyi Klych no se encontraba esperando dichos cargamentos en específico para poderlos asaltar aquella noche.
— ¿Entonces?
— Las intenciones de Voronyi Klych eran otras. Planearon todo un esquema de ataque desde mucho antes con el único propósito de sacar a Solntzevskaya y apoderarse de las principales costas de Chipre. Atentaron en Moldavia contra el hijo de Anatoli Zeytzev y su familia. Asesinaron a Pavel Zeytzev. Hirieron de gravedad a su esposa y secuestraron a sus tres hijas. Todo con el fin de extorsionar a Anatoli Zeytzev. La vida de las niñas a cambio de todas las costas de Chipre ocupadas por Solntzevskaya —contaba Steen dejando a Majewski sin palabras—
De tan solo imaginar que hubiese podido ocurrirle algo parecido a sus hijas, le invadía un horrible escalofríos.
— Las niñas se encontraban dentro de uno de los dos contenedores del barco con cargamentos ilegales que se robó tu hijo, y esa es la razón por la cual la garra del cuervo desea tomar represalias contra él porque piensa que Akins está involucrado con la mafia rusa.
— Pero eso no es verdad.
— ¿Y cómo les convences de lo contrario? Las empresas de Anatoli Zeytzev prestaban de Bahar Malak sus servicios de flota marítima desde Chipre con destino a Asia, y con la intervención de Akins con respecto a aquellas niñas todo empeoró. Agrégale a todo eso que tu hijo es ahora el dueño absoluto de la actual Kara Kanatlar. En palabras mayores, el dueño de todas las costas del mediterráneo.
— Las navieras han tenido vínculos comerciales con distintas empresas toda la vida. Es absurdo que involucren a Akins con la mafia rusa solo por eso.
— Yasâr, deja de engañarte de ese modo porque en verdad juro que te desconozco. Anatoli Zeytzev se siente en deuda con Akins e Ihsân por haberles devuelto a sus nietas sanas y salvas, y debido a ello les ha ofrecido su total apoyo y lealtad en caso de que lo necesiten.
— Mi hijo no es ningún imbécil. No se involucraría jamás con esa gente —decía Said Majewski mientras el ex agente respiraba profundamente
— De cuerpo entero tal vez no, pero tiene media pierna en Solntzevskaya y dudo que la pueda sacar. El precoz delincuente que tienes por sobrino y la mayor de las nietas de Anatoli Zeytzev, son novios ahora.
Palidecido, Said Majewski recordó algunas escenas fotográficas del cumpleaños de su hija Aurora y fue en busca de su tableta para volverlas a observar. Buscó específicamente la de su sobrino Ihsân en compañía de una joven.
— ¿Es esa chica? ¿Es ella nieta de Anatoli Zeytzev?
— Mhm… La misma. Muy pronto la familia Majewski se verá emparentada con la familia Zeytzev. Ni más ni menos perteneciente al clan Solntzevskaya de Moscú. ¿No es increíble? Sin duda alguna los patrones paternales de la sangre Hasnan son propensos a repetirse con los hombres de la familia.




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