Alas Negras

LA ÚLTIMA CANCIÓN

CUANDO TE MIRO
Todos necesitan inspiración
Todos necesitan una canción
Una hermosa melodía
Cuando la noche es tan larga
Porque no hay garantía
De que esta vida sea fácil
Sí, cuando mi mundo se derrumba
Cuando no hay luz que rompa la oscuridad
Es entonces cuando yo, yo
Te miro a ti
Cuando las olas
Inundan la orilla y no puedo
Encontrar el camino de regreso a casa
Es entonces cuando yo, yo
Te miro a ti
Cuando te miro, veo el perdón
Veo la verdad
Tú me amas por quien soy
Como las estrellas abrazan a la luna
Justo ahí, donde pertenecen
Y sé que no estoy sola
Sí, cuando mi mundo se derrumba
Cuando no hay luz que rompa la oscuridad
Es entonces cuando yo, yo
Te miro a ti
Cuando las olas
Inundan la orilla y no puedo
Encontrar el camino de regreso a casa
Es entonces cuando yo, yo
Te miro a ti
Apareces como un sueño para mí
Como los colores de un caleidoscopio que
Me cubren, todo lo que necesito
Cada respiro que respiro
¿No sabes que eres hermosa?
Sí, sí, sí
Cuando las olas
Inundan la orilla y no puedo
Encontrar el camino de regreso a casa
Es entonces cuando yo, yo
Te miro a ti
Te miro a ti
Apareces como un sueño
Para mí
(When I Look At You)
Miley Cyrus

Su adolescencia no fue buena, y si en una noche melancólica los recuerdos asaltaran su mente, no vería otra cosa más que desgracias y muertes.
Por momentos aquella canción la llevó a instantes que en lo más profundo de su alma había guardado. Isabella sonrío elevando la mirada hacia algún lugar donde pudiera estar oculto su padre.

ESTRENO DE ‘THE LAST SONG’ – JUEVES 29 DE ABRIL (2010)
— ¿Mamita, segura que estás bien?
— Si estoy contigo, estoy bien, cielito. Todas aquí son niñas con sus madres igual a nosotras
— Entonces ven… Entremos que tenemos el mejor lugar —dijo sonriente la pequeña Isabella sujetando con fuerza una mano de su madre— Te gustará mucho la película, mamita. Solo concéntrate en ella y no sueltes mi mano.
— Sé que me gustará. ¿Sabes de qué se trata la película?
— No —contestó la niña negando con la cabeza— pero Miley Cyrus es la protagonista. Soy su fan número uno y por eso estamos aquí.
— Yo sí sé de que se trata.
— ¿Lo sabes?
— Si. Está basada en la novela homónima de Nicholas Sparks. He leído el libro antes de acompañarte a ver la película. La historia tiene un mensaje muy bonito que espero puedas descubrirlo.

Isabella lo descubrió, pero fue demasiado tarde. Su madre ya no estaba, y solo le quedaba el consuelo de pensar que desde el cielo ella sabría que había descubierto aquel mensaje tan bonito.
La historia hablaba del significado del amor dentro de la familia. De la pérdida y la importancia de valorar el tiempo con las personas que amamos.
De un momento a otro su sonrisa se convirtió en llanto. El rostro de Isabella se fue nublando.
— ¿Mi amor, estás bien?
Dando hasta el último esfuerzo por frenar sus lágrimas, Isabella asentó. Observó a su alrededor. Los invitados comenzaban a ponerse de pie. El pequeño set de Nial Milner y Aurora estaba por suceder.
Tal cual era la única intención de Aurorita, en aquel gran salón comenzó la algarabía; sin embargo mientras todos bailaban, sonreían y se divertían, en el corazón de la novia se había incrustado una dolorosa espina.
Al son de los cuatro repertorios y edits más exitosos de la temporada, hicieron bailar a todo el salón, por sobre todo a los más jóvenes de la fiesta. Y para culminar su pequeño pero memorable performance, Aurora bajó todos sus decibeles con una canción muy especial escrita desde el dolor, la pérdida y la destrucción emocional. ‘From The Ashes’ (Desde las cenizas), la expresión de la resiliencia y esperanza de un ser consumido por la llama de su destino, que logra renacer y reconstruirse desde el más profundo de su sufrimiento.
Cualquier persona podía tomar como suya aquella canción, sin embargo cada letra de la misma, para Aurora tenía un solo nombre. El nombre que borraron de este mundo y que solo ella era capaz de resurgirlo de las cenizas y el olvido.
Consumida en su propia pena y lejos de valorar aquel obsequio de su hermana pequeña, Isabella la observaba con celos y rabia. De tanto en tanto volteaba en dirección a Akins quien lejos de sentirse en esos instantes incómodo y perturbado entre la música y la muchedumbre, por Aurora yacía sonriente y fascinado.
Segundos antes de que acabara la última canción, Isabella no lo resistió más, y poniéndose bruscamente de pie, abandonó el salón.
Extrañado por su actitud, su esposo la siguió mientras que Gina y Michael al verla salir con gran prisa, quedaron consternados.
El breve pero maravilloso espectáculo acabó y Aurora fue a abrazar a Nial como muestra de agradecimiento infinito por haber aceptado formar parte de aquel obsequio en la boda de su hermana.
— Sé que no puedes quedarte Nial, por eso valoro aún más que me hayas otorgado un poco de tu tiempo esta noche.
— Fue un placer, Aurorita. Sabes que nos hemos convertido en un gran equipo, y nos volveremos a ver muy pronto porque se vienen nuevas fechas para los dos.
— ¡Que emoción!
— La próxima será nuestra boda, por lo tanto te llegará la invitación —habló Lana McGrath—
— Por nada del mundo me la perderé
Nial Milner y su novia se marcharon, y Aurora no tardó en dirigirse a Akins a quien abrazó y besó en la mejilla.
— ¿Dime cielo mío qué tal estuve?
— Perfecta como siempre, mi ángel.
— La última canción fue solo para ti.
— Mmm… Por alguna obvia razón lo supuse —dijo sonriente dándole un beso en la mejilla— Te amo, mi reina. Nadie en este mundo brilla más que tú. ¿Nos vamos ahora?
— Ah…ah… ¿Qué dices?
— Ya no quiero estar en este lugar.
— Pero si estás bien.
— No es así. No lo estoy
Gina Alicia se apartó un momento de Michael y se acercó a sus hermanos.
— ¿Dónde está la novia que no la veo? Deseo saber si le gustó mi obsequio de boda.
— ¿Cómo podría no gustarle, cariño? —dijo Gina abrazando a Aurorita— Creo que se sintió un poco indispuesta porque abandonó raudamente el salón.
— ¿Cómo?
— Iré a ver cómo está.
— Voy contigo. ¿Vienes, Karîm?
El joven negó con la cabeza
— Te esperaré afuera. Iré a tomar un poco de aire.
— Prométeme que no te irás.
— No me iré de aquí sin ti.
Gina y Aurora abandonaron el salón y fueron a ver que sucedía con Isabella. En una de las salas, sentada sobre el sofá, cubriéndose el rostro con las manos se encontraba.
— ¿Isabella, qué fue lo que sucedió? Te sientes indispuesta —preguntó su hermana mayor acercándose a ella—
— Yo era solo una niña. ¿Cómo podía entender en aquel entonces las palabras de mi madre? Ojalá lo hubiese hecho, pero no fue así. Su familia era lo más importante para ella y yo no lo supe ver —dijo sumergida en llanto—
— ¿De qué hablas, cariño? No comprendo
— Todo esto es por tu culpa —acusó de la nada y de manera completamente inesperada a su pequeña hermana—
Confundida, Aurorita observó a Gina
— No te basta con ser siempre el centro de atención. Tenías que utilizar la fiesta de mi boda y cantar aquella canción —vociferó—
— ¿Isabella, qué comportamiento es ese? Aurorita solo deseaba darte una sorpresa
— Pensé que te gustaría, hermanita. Sé que es tu canción favorita
— Tu no sabes nada. Todo lo que debías hacer era comportarte como un invitado más y mantener la boca cerrada. ¿Pero es algo que no puedes hacer, cierto? Sobre todo cuando se trata de llamar la atención de Akins.
— Isabella, es suficiente. Ni una palabra más.
Ha sentido en incontables ocasiones que el corazón se le rompía en cientos de pedacitos, pero nunca sintió tanto dolor en el pecho como en esos momentos. Su hermana Isabella nunca antes la había tratado de esa manera.
Ahogada en llanto abandonó aquella sala.
— ¿Acaso te volviste loca, Isabella? Mencionas a nuestra madre. Te lamentas por tus remordimientos, pero le haces esto a nuestra hermanita. ¿Dime qué demonio se apodero de ti para que la trates de esa manera? Ella no merecía lo que acabas de hacerle. Y Será mejor que te pongas a rezar para que nuestro hermano no se entere.
— ¿Y qué podría hacer tu hermano, Gina? —irrumpió Julius Tarantino— Por su bien espero que no se atreva a mover un solo dedo porque esta vez ya no estaré dispuesto a perdonar sus faltas.
— Por tu propio bien tú no te metas
Presa de rabia y a la vez de tristeza profunda, Gina abandonó aquella sala en busca de su hermana.
— ¿Acaso tu hermana acaba de amenazarnos?
Sin contestar, Isabella hizo a un lado sus lágrimas con sus manos y se dispuso a retornar a la fiesta.
— Mejor volvamos, que por nuestra ausencia los invitados quedarán extrañados.
Luego de pasarse largos minutos buscando a Aurora, un mesero de la fiesta aseguró haberla visto en el ala izquierdo del jardín
— ¡Mi amor! ¡Mi pequeña! —exclamó Gina al ver a su hermana en llanto incesante, profundamente hundida—
— ¿Qué fue lo que hice de malo, hermanita?
— No has hecho nada malo, mi destellito. Ya no llores de ese modo, por favor. Te lo suplico.
— ¿Entonces por qué mi hermanita Isabella me habló de esa manera? Yo solo deseaba darle una bonita sorpresa.
— Lo sé… Y sé que lo hiciste con la mejor de las intenciones, cariño. Fue la mejor sorpresa que en cualquier boda quisieran tener.
— Pensé que sería buena idea cantar su canción favorita
Las cosas que Aurorita no comprendía, Gina muy claras las tenía. Su hermana Isabella nunca logró superar los remordimientos que sentía de no haberle demostrado lo suficiente a su madre el amor y la comprensión que merecía. Y quizás aquella canción no era precisamente su favorita, sino más bien la que hacía recordarla en algún episodio de sus vidas.
— Aurorita, escúchame. No te culpes por la actitud que acaba de tener Isabella. No has hecho nada malo. ¿Me oyes?
— ¿Entonces por qué me habló tan feo?
— Solo ella lo sabe, pero créeme que nada tiene que ver contigo, mi luz. Tienes que dejar de llorar. ¿Sabes lo que sucederá si Akins te ve en ese estado? Se pondrá tan furioso que en cuestión de segundos esta fiesta habrá acabado.
Aurorita no quería tal cosa por lo que intentó calmarse lo mejor que pudo. No obstante lo que ambas no notaron fue que Akins desde el ala derecho del jardín oyó voces y se acercó.
Lo había escuchado absolutamente todo, y con la sangre hirviéndole en sus venas, se alejó unos pasos. Tomó su teléfono móvil marcando un número que para su suerte aún tenía registrado. Luego de un par de intentos fallidos finalmente entró la llamada.
— Dime por qué estás llamándome. ¿Qué demonios quieres?
— Solo por esta vez deseo hacerte un favor.
— ¿No me digas?
— Si deseas volver a ver a tu hija y quieres impedir que mañana se la lleven muy lejos de ti, aceptarás mi propuesta. Quiero que vengas en este mismo instante a la fiesta. Enviaré a alguien a buscarte ahora mismo.
— ¿Van a llevarse a mi hija? Pensé que Paulita quedaría a cargo de Gina.
— Eso no será así. Se llevarán a Paulita, y si eso sucede ten por seguro que ya no la volverás a ver. El tiempo corre , Wieber. ¿Aceptas o no?
— ¿Cómo se supone que ingresaré a ese lugar?
— Yo me encargaré de todo. ¿Vienes o no?
— Voy… Por supuesto que voy
— ¿Estás en tu apartamento?
— Acabo de llegar.
Tras aquella respuesta, Akins de inmediato hizo señas a Waldo para que enviara a sus hombres a buscarlo
— Tu padre me mantuvo en cautiverio durante todo el día en la vieja fábrica de Rasplatz para que no intentara nada en contra de la boda de su querida hija. Probablemente alguno de sus hombres estén afuera vigilándome.
— Eso no será problema. Mis hombres ya van en camino rumbo a tu apartamento.
Akins colgó la llamada
— En lo que Wieber llegue, ustedes se desacerán de todos los hombres que vigilan el acceso por el cual habíamos ingresado, y los nuestros tomarán su lugar.
— Así será, jefe
— Les ayudaré un poco
Ni bien despejaron el acceso 2, Akins se dispuso a retornar al salón
— Cuando Wieber esté aquí adentro, me avisas.
— Debemos darnos prisa porque si el señor Majewski se encuentra aquí, lo más probable es que la residencia se encuentre custodiada por sus hombres
— Antes de que cualquier catástrofe suceda quiero que saquen a Aurorita de este lugar. Si Gina y Amalie desean marcharse también con los niños, que lo hagan —puntuó finalmente Akins dirigiéndose de regreso al salón—
Allí Isabella no tardó en ver de regreso a su hermano. Se puso de pie y tomó el micrófono en medio de los músicos. Necesitaba dar cierre a aquella fiesta, pues si no era ella, acabaría haciéndolo su hermano y de la peor manera.
— Como cierre de esta maravillosa noche antes de nuestro viaje de luna de miel —decía tomando la mano de su esposo— deseo grabar un recuerdo más en los clips de los mejores instantes de nuestra boda. El vals con los hombres más importantes de mi vida. Los que siempre estuvieron allí para mí. Como mis tíos, por supuesto. Najib y Alex. Todos mis primos. Timothy, Philipp, August, Mateo, Ihsân. Tambien deseo incluir a Norbert y a Lukasz. Y por último a la persona más importante. A la persona más noble y bondadosa que he tenido cerca de mí en mis buenos y malos momentos como un verdadero padre y amigo. Michael
— Jefe, Wieber ya está adentro —habló Waldo a través del micrófono que llevaban consigo habitualmente—
Sonriendo por dentro, Akins tomó una copa de champán de uno de los meseros que pasaba por el lugar, mientras del otro lado, tanto Judith Stenzel como Elwira Majewski quedaron sorprendidas de que Isabella no haya mencionado el nombre de su hermano para el vals.
— ¿Bailarás el vals con los hombres más importantes de tu vida y no estoy incluido, Isabella? —irrumpió la voz de un hombre encapuchado que se acercaba lentamente al centro del salón— ¿No fui yo uno de los hombres más importantes de tu vida también?
Wieber se arrancó la capucha para sorpresa de la mayoría de los presentes. Isabella observándolo quedó palidecida.
La pequeña Paula quien en el regazo de su tía Anna se encontraba, al ver a su padre corrió hacia él con una felicidad rebosada.
— ¿Qué haces aquí hermanito? —se preguntó entre susurros Anna—
Julius Tarantino se interpuso sujetando a la niña
— No te atrevas a ponerle una mano encima a mi hija —advirtió apoyado por los guardias de Akins que rodearon al novio mientras el ex agente tomaba a la pequeña entre sus brazos—
— ¿Qué demonios significa esto? —vociferó Julius a punto de estallar de la ira— ¿Cómo fue que este miserable logró llegar hasta aquí?
Julius observó a su alrededor y no lograba ubicar a ninguno de sus hombres. Únicamente a los guardias pertenecientes a Gregg Akins que habían invadido todo el lugar y se encontraban evacuando lentamente a los invitados, por sobretodo a las mujeres y a los niños. A excepción de Elwira y Judith que se rehusaban a salir de allí
— Por tu bien devuélveme a mi hija, Louis porque no podrás salir de aquí con ella —advertía Isabella mientras los ojos del novio acabaron posándose en Akins—
— ¿Fuiste tú, cierto? ¿Tú estás detrás de todo esto? La única razón por la que formaste parte de esta fiesta fue debido a la insistencia de Isabella. Si hubiese sido por mí jamás habría permitido que ingresaras
— Mmm… si hubiese sido por mí, yo no estaría pisando este lugar, pero debido a la insistencia de mi ángel lo tuve que aceptar —habló Akins clavando la mirada en su hermana—
En ese instante, Wieber, con su hija en brazos, rodeado de los guardias de Akins, con raudos pasos se iba alejando.
— Louis, no te lleves a mi hija. Louis…. —suplicaba vanamente Isabella hundida en un mar de llanto. Mi hija no. Paulita…
— Juro que te encontraré Louis Wieber. Dónde sea el agujero en el que te escondas yo te encontraré —Julius Tarantino vociferaba—
Viendo a su hermana echada en el suelo, Akins se acercó a ella.
— Con esto te devuelvo cada una de las lágrimas que acabas de causarle a mi ángel. Y si no quieres que todo sea mucho peor para ti tendrás que pedirle disculpas con los primeros rayos del sol. Estás advertida.
— Papááá… No permitas que Louis se lleve a mi hija. Papááá…
Su grito hizo temblar los suelos de toda la residencia mientras Akins elevaba la mirada. Su objetivo acababa de concretarse, pues ante la vista de todos aquel fantasma apareció finalmente.
Seguido por un enjambre de hombres Said Majewski bajó por las escaleras ordenando de inmediato que ambos accesos a la residencia sean completamente cubiertas.
Con el corazón a punto de salirse de su pecho, Judith Stenzel palideció mientras que Elwira Majewski llevándose las manos al corazón, de angustia se consumía.
Lukasz Haggard observó a su esposa. Para el hombre lo normal hubiese sido verla desvanecerse al descubrir que su hijo mayor estaba vivo, pero nada de eso sucedió.
— ¿Elwira, qué significa esto? ¿Acaso tú ya lo sabías?
Por fortuna Akins recibió a través del micrófono la noticia de que Wieber y la pequeña Paula habían sido sacados con éxito de la residencia.
— ¡Excelente! —exclamó dando unos pasos al frente— Finalmente has dado la cara ante todos, Yasâr Hasnan. Salud por eso —prosiguió elevando la copa de champán antes de darle un último sorbo—
— Todavía estás a tiempo de desistir de esa actitud. Yo no tengo intenciones de competir contigo, hijo.
El joven tiró al suelo su copa, enfurecido
Aterrada ante lo que pudiera ocurrir, Elwira se puso de pie con intenciones de intervenir, sin embargo fue abruptamente detenida por su esposo.
— Papito, tienes que encontrar a Louis. Por favor no permitas que se lo lleve lejos de mí —suplicaba Isabella abrazada a su padre—
— ¿Cómo es posible que estés vivo, Yasâr Hasnan? —vociferó Judith Stenzel acercándose al hombre— Tú deberías estar ardiendo en el infierno, maldito.
Judith quien no pudo ser detenida por su esposo Norbert clavó la mirada en un arma que uno de los incontables guardias llevaba en la cintura, y se lo arrebató. Apuntó en dirección a Said Majewski, desde luego, con una sola intención.
Al fondo, Michael, Najib, Alexander e Ihsân acababan de volver luego de haber puesto en resguardo a los niños a Anna, Jennifer y a Vasilisa, y ninguno lograba dar crédito a lo que sus ojos veían. Mucho menos los hijos y esposo de Judith.
Todos estaban en alerta intentando apaciguar con palabras a la mujer para qué desistiera y pudiera bajar el arma.
— Apártate, Isabella.
— Tía, por favor. No cometas una tontería. Te lo suplico.
En un segundo y brusco intento, Elwira acabó escapando de su esposo yendo de inmediato a abalanzarse contra Judith. Ambas cayeron al suelo, sin embargo para infortunio de todos el arma se disparó hiriendo a uno de los presentes.
Michael Bruchhagen, con un impacto en el cuello, cayó tendido en el suelo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.