Alas Olvidadas. Encantus (libro 2)

Capítulo 1: Búsqueda

Capítulo 1:

Búsqueda

 

Desde que recuerdo la corte oscura solo ha sido sinónimo de muerte y traición.

Crecí bajo el señalamiento de las demás cortes de Encantus por razones que siendo un niño no llegaba a comprender y que ahora no están del todo claras.

La corte oscura debe ser el punto de unión de todas las demás, donde todas convergen como una enramada formidable que sobrevive al crudo invierno. En el pasado así fue, lo que he conocido como hogar era un lugar lleno de vida con una fluidez de magia que fortalecía a Encantus. Ahora somos una barrera de contención para que las demás cortes no vivan rodeadas de una tierra marchita.

No conozco más que árboles muertos como fieles soldados a la espera de un respiro que los haga volver a la vida. La belleza que alguna vez cubrió nuestros suelos, espero verlo con mis propios ojos y para que eso ocurra hay que detener a la hermandad. Su expulsión es provisional, aunque para los demás es la solución a largo plazo para mí es un cascarón que representa tranquilidad y en cualquier momento se quebrará.

Me inquieta que el tiempo transcurra y no poder hacer nada para que lo único que han mirado mis ojos tenga una posibilidad de cambiar.

Sumado a ello, no puedo dejar de pensar en mi padre y en la posibilidad de que siga con vida. Creo que nunca me había detenido a pensar demasiado en él. Siempre supe que tuve un padre, pero mis recuerdos nunca daban con él, así que, me acostumbre a nunca verlo y nunca recordarlo. A no conocerlo porque Zulay muy poco habló de él.

El rey de la corte oscura puede que se encuentre atrapado en un lugar inaccesible de Encantus, mi madre no quiso tomar ningún riesgo para recuperarlo. Por el contrario, yo estoy dispuesto a encontrarlo. Intentar hacer más de lo que han hecho cada una de las cortes durante todos estos años.

Sacarle información a la reina oscura se ha convertido en un imposible. Está cerrada a cualquier posibilidad por muy buena o mala que sea, para ella todo está bien mucho más ahora que las defensas se encuentran alzadas. Encantus está fuera de los límites humanos y de la maldad de la hermandad. Ella piensa que el peligro ya pasó. Todo se ha solucionado, con Arcadia lejos no hay nada que nos salpique.

Entonces, ya no quiere hablar del tema. Evita volver al pasado, y es allí donde deben estar algunas respuestas. Todo lo que presencie es un poco difícil de comprender, no entiendo muchas cosas que pasaron allí. Aunque mi madre cree que todo pasó, y que la vida seguirá su curso como lo hizo en el pasado, esta vez no será así. Desde hace un tiempo percibo como las defensas se han debilitado o quizás es la oscuridad que se ha colado hasta Encantus. No lo sé con exactitud pero algo ocurre. Las defensas han estado adsorbiendo una gran cantidad de magia de nuestra corte, fortaleciéndose cada día contra fuertes golpes que viene desde afuera y que la debilitan.

Algo está ocurriendo en el mundo humano, y eso nos afecta, aunque ella no lo vea de esa manera. No pasará mucho tiempo para que existan aberturas, y no tengo como asegurarlo, pero se trata de la hermandad. Ellos quieren regresar y harán lo que sea para volver.

No puedo permitirlo.

—¿Por qué nuestra madre está tan molesta? —la voz de Susej es estridente sin ni siquiera atravesar las puertas que separan al castillo del acantilado.

Mi hermana está del lado de la reina, muy tranquila porque el peligro se ha ido con Mafer y sus hermanos. No podrían estar más equivocadas. Tantos años de encierro en la corte oscura no les permite ver el peligro que se teje en el exterior. La reina se ocultó por muchos años, aunque sus razones fueron para contener el daño causado por la hermandad en nuestras tierras, eso se está volviendo en su contra.

Lo puedo sentir con cada golpe que reciben las defensas.

—Es difícil saberlo, todo le molesta —sigo pasando las hojas del libro que he sacado de la biblioteca privada de mi madre.

No encontré nada que me sea de utilidad. Nada que dé respuestas a mis preguntas.

Si buscas magia roja en los libros que están al alcance de todos en la corte, no encuentras mucho, solo más de lo mismo, las hadas oscuras somos capaces de desarrollar habilidades fuera de lo que representa la propia naturaleza.

Eso todos lo sabemos, lo que necesito es encontrar algo que me explique lo que la abuela Arcadia intentaba hacer con nosotros. Ella quería sacrificar nuestras alas, extraer la magia que corre por nuestras venas algo muy diferente a lo que mi madre me mostró, a lo que sucedió con papá. O, sí, es lo mismo, ella me quiere en la hermandad y sacrificar a Susej.

—Te equivocas —replica deteniéndose frente a mí. Alzo la mirada, me encuentro al borde del acantilado con una pierna colgando al vacío y en la otra reposa el libro. Se ve preciosa, la tela del vestido negro se ajusta a su cuerpo moldeando cada una de sus curvas. Cada vez, guarda mucho más parecido con nuestra madre—. Tú la haces enojar. Siempre preguntas de lo que ella no quiere hablar.

Mi hermana cree fielmente a los ideales de nuestra madre. Ambas piensan que aquí estamos seguros, la corte oscura ya no puede empeorar.

—Si dijera lo que sabe, no tendría que insistir tanto —regreso a mi atención al libro.




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