Alas sobre Elm Areu ©

Capítulo 3. Caminando por el silencio

Miles de sinfonías golpeaban a la brisa silenciando las almas que solo querían vivir, es difícil creer que el sol es tan inmenso pero a la vez tan pequeño que se puede cubrir con los dedos, parezca pequeño o gigante tiene un plan y lo vemos ejecutarlo al ver el cielo, su colorido tan leve y sorprendente que provoca de todo, o ¿me vas a decir que no te ha hecho sentir de alguna forma?

¿El sol no te regalo una caminata bella por la tarde antes de marcharse?
Elm suele caminar por el silencio, y son unos pasos agigantados, ¿por qué? Es la misma pregunta que haría cualquiera, y es que si notamos el silencio en un viaje es extremadamente extraordinario o ¿me vas a decir que no hablas contigo? Imagínate caminar 15 minutos, solo tú y tu música favorita, seguro y comenzarías a pensar y crear la magia que causa los deseos y los recuerdos.


Él solía viajar a menudo por su ciudad y aunque para salir se le hacía tarde siempre, el final era un deseo total, amaba caminar por las tardes, por el sendero de la locura mientras espera que el sol descanse. Cruzando calles iba reflexionando por todos los ¿por qué? que existan en la vida; podrías pensar que solo es un simple pasaje para llegar a un determinado lugar, pero Elm lo miraba de otra visibilidad mucho más profunda que los mares y los cielos, ha sufrido en el amor porque nadie le ha demostrado que necesita de él y ha pasado por muchas laderas sin saber para donde huir, pues a veces, eran los momentos en los que meditaba sobre esas experiencias y era difícil porque recordaba tantos momentos que le hacían sentir nostalgia y eso a veces pesaba, porque realmente Elm anhelaba regresar a vivir lo que vivió.

Un día mientras mendigaba bajo las últimas pizcas de sol buscando recuerdos del alma, se cruzaba con las estrellas y ocurrían caos galácticos de esos que no sabes ni que decir; pues resulta que siempre tomaba los caminos más largos para llegar a casa y caminar al son de los pasos del caracol y es que le encantaba hablar con su alma y contarle tantas locuras que pasaban por su mente, una vez decidió salir de su casa con la idea de volver a vivir de esos viajes de los mismos senderos, pero distintos mundos, parecía una tarde normal como cualquiera, pero olvidó que los silencios son traicioneros y te hacen recordar esos instantes de los que solo no quieres volver a recordar; y fue difícil evitarlo, y comenzó a recordar su histoire y como recorría la ciudad en una tarde de una brisa cálida, le recordó un momento que vivió, terminaba clases y Abril esperaba transporte para irse

 _Elm pensó en ese momento si no se ha ido cuando pase le regalo unos dulces_ y los compró aunque no sabía si aún estaría esperando y de casualidad aún no se había marchado y él con un poco de timidez se le acercó y le obsequió aquellos dulces que le había comprado y ella aunque estaba con otras chicas no le importó y abrazó a Elm, fue la mejor decisión que tomó porque recibió lo que tanto amaba de esa chica sentir sus abrazos de alma, aunque esa decisión ahora se ha convertido en nostalgia al recordar todo eso.

-Aun no comprendo cómo fue posible que todo pasara como la arena en un reloj para llevarse al tiempo pensó Elm_ mientras caminaba lento y sigilosamente, pero era un tanto difícil porque era como un tatuaje, él caminaba con esas tonteras por su mente mientras pasaba por el parque y se detuvo, miró y decidió quedarse un rato para ver como deambulaba las almas por doquier, se adentró al lugar y se sentó en una de las mesas que ahí habían y sin decir nada solo una mentalidad fuera del alcance de la realidad, la tarde era de esas que el soplo era erizante al corazón y pegaba en su rostro y cabello llenándolo de... ¿tal vez poesía? O solamente recuerdos que tapaban la luz que guiaba a la felicidad; el tiempo pasaba tan silencioso de pronto un pequeño se le acercó con aquel rostro reluciente que denotaba su alma y le preguntó:

 _ ¿No tiene un poquito de dinero que me regale? Es que no he comido y tengo mucha hambre_

A lo que Elm le preguntó: _ ¿Cómo te llamas?_

-Él dijo Fernando-

¿Por qué no has comido? preguntó Elm_ con el afán de que el niño sacara un poco lo que andaba dentro de él, y el pequeño comenzó a contarle con algunos detalles del porque no había comido y Areu se sintió triste al escuchar esa tierna voz diciendo que tenía hambre, después de eso Elm revisó cuanto andaba en sus bolsillos y le dijo: _ ¿Quieres ir por un frozen?_ porque era para lo que andaba en ese momento

y el niño preguntó ¿qué era eso?

-es hielo con sabor a café, leche y chocolate le dijo Elm_

y él respondió que sí y los dos se levantaron de aquella mesa y se dirigieron al café donde los vendían, mientras él intentaba crear una conversación por el camino haciéndole preguntas y conocer un poco del pequeño, llegaron al café




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