¡aléjate de mi ventana!

05. ¡Aléjate de mi ventana!

Una semana después las cosas parecían marchar bien en la amistad de los hermanos Schmidt y Will Roberts.

Bueno, como dijo Alisha Schmidt... Dos tercios de ellos habían entablado una amistad.

Rain no soportaba a Will, así como él tampoco a ella.

—Ayúdame con los calcetines, Einstein, ponlos sobre la cama en una pila —pide Rain cuando llega a la habitación con la canasta de ropa limpia y la deja sobre el suelo —Vuelvo en seguida, iré por más a la secadora.

Einstein da un brinco desde la cama de Rain donde plácidamente reposaba y camina alrededor la canasta, se para sobre sus dos patas traseras y empuja la canasta con las dos delanteras haciendo que esta se caiga y la ropa se esparza.

Rápidamente empieza a buscar los calcetines y hacer lo que su dueña le pidió.

Estando en el pasillo para bajar las escaleras Rain se cruza con su hermana y su hermano, ambos vestidos con ropa de salir.

—Hey, Taylor y yo iremos al centro comercial, ¿vienes?

—Estoy ocupada —responde secamente.

—Claro —Taylor rueda los ojos.

Rain baja las escaleras y Alexis hace un puchero.

—Hoy se cumple una semana desde que llegamos y ella sigue igual de ermitaña.

—Ya déjala en su triste soledad, ella mata nuestra onda—Taylor toma a Alexis de la mano para bajar las escaleras —Es domingo, ¿sabes la gran cantidad de chicas que se encuentran en estos momentos en el centro comercial?

—Oh si, hermano, nos vamos a deleitar —Alexis sube las cejas de arriba a abajo y riendo salen de la casa.

Will entra a su casa justo cuando los hermanos Schmidt salen de la suya, así que no se ven.

Cómo es habitual en Will, al estar en la sala arroja su maleta de deporte y las llaves al sofá.

—Llegaste temprano, hijo —le dice su padre desde el sofá donde plácidamente leía un libro.

—Las prácticas de baloncesto se suspendieron —explica —El entrenador dijo que tenía una urgencia familiar, no lo sé.

—Oh —Theodore asiente —Tu madre salió al bingo de las vecinas, pero en tu habitación te dejó algo.

Los ojos se Will se iluminaron y una enorme sonrisa apareció por su rostro. No le dijo nada a su padre, sólo corrió escaleras arriba y entró a su habitación para ver el balón de baloncesto que tanto había pedido.

Will sostuvo el balón en sus manos y pensó que si sobornar a su madre a cambio de hacerle algún favor hará que le compren lo que pida entonces debería hacerlo más seguido

Ni siquiera se cambió de ropa, corrió escaleras a bajo con el balón en manos y cruzó la sala de estar para ir a la carretera y comenzar a picar el balón contra el asfalto.

Rain estaba en su cama doblando ropa y Einstein se encontraba acostado sobre la alfombra esperando alguna nueva orden de su ama, ya que había terminado lo que le pidió minutos atrás. 

Ambos pusieron su atención a la ventana cuando comenzaron a escuchar un molesto sonido.

Rain se pone de pie y abre su ventana viendo al causante de tanto alboroto.

Frunce el ceño —¡Aléjate de mi ventana! —le gritó a su vecino.

Will, al oír la voz se detuvo y sostuvo el balón en mano. Vio a su gruñona vecina en la ventana y rodó los ojos.

—¿¡Cuál es tu problema?! —le responde y camina hasta la acera para poder verla más de cerca.

—Tú eres mi problema, ¡lanza tu balón por otro lado! 

—Hulk, la calle no te pertenece y no tengo porque hacer lo que dices.

Dijo cortante y se giro para volver a la carretera y picar el balón con más fuerza.

Rain cerró la ventana ante el irritante sonido y miró a Einstein.

—No te daré un solo baño el resto del mes si vas donde este idiota y lo ahuyentas —le dice con una sonrisa.

El gato se levantó y soltó un maúllo que Rain tomó como un: Acepto.

—Eres el mejor gato del mundo —dice feliz y lo tomó en brazos.

Baja las escaleras con Einstein y lo deja suavemente sobre el suelo para abrir la puerta.

—¡Debiste parar cuando te lo pedí! —le grita Rain a Will y este se gira a verla.

Comienza a retroceder cuando ve a Einstein correr a toda velocidad por el patio con intenciones de atacarlo.

—¡NO! ¡ALEJA ESE GATO DIABÓLICO DE MI! —grita y retrocede —¡NO, VETE!

Rain se cruza de brazos con una sonrisa de superioridad y ve como Will comienza a correr con balón en manos a la salida del vecindario y detrás de él Einstein lo persigue.

—¡ESTO NO SE QUEDARÁ ASÍ! ¡INICIASTE UNA GUERRA! ¿¡ME OYES?!

Es lo último que grita Will al doblar la esquina y que Rain lo perdiera de vista.

La señora Rosa estaba regando las flores de su jardín y ante lo que acababa de pasar, fija su atención en la chica no creyendo lo mala que había sido.



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En el texto hay: vecinos, gemelas distintas, bromas y peleas

Editado: 25.12.2021

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