—Solo diez minutos, Taylor —le avisa Carla al chico en cuanto abre la puerta de la habitación de su muy castigado hijo.
—Esta bien, señora Roberts. —Taylor asiente y cierra la puerta cuando la mujer se aleja.
Will deja de lado la bufanda de Alexis y sube la mirada a su castaño vecino.
—Tal parece que ya tienes nuevos tornillos —murmura Taylor viendo la habitación de Will.
La puerta está nuevamente en su lugar e incluso la silla del escritorio está en pie nuevamente.
—Mi padre compró todo lo que tu hermana arrebató de mi habitación —responde Will.
—¿Qué fue lo que hiciste? —pregunta Taylor con curiosidad. —¿Por qué estás castigado?
—Preferiría no hablar de eso —murmura Will.
"Tu hermana amaneció aquí, eso fue lo que pasó y ahora estoy castigado..." piensa Will, pero el valor de decir aquello no lo tiene.
—Vaya, al parecer los padres se pusieron de acuerdo para castigar hoy... —Taylor bufa —Rain también está en la misma situación.
—¿Ah si? —Will traga el nudo en su garganta.
"¡Ya lo sabe...!" piensa Will alarmado.
—Sí, anoche rompió todos los vasos y dejó la terraza hecha un desastre, ya que arremetió contra las leñas que íbamos a poner en la chimenea. —Taylor señala a la ventana —Me sorprende que no la hayas escuchado.
Will deja salir aire por su boca y prefiere mejor bajar la mirada y seguir tejiendo. Su madre lo dejó sin celular y laptop, también le prohibió salir de casa por las tardes, así que no hay mucho que pueda hacer por el momento.
—No —Will niega —No escuché nada.
—Bueno, solo pasaba para pedirte un favor.
Taylor camina hasta el escritorio de Will y ve el desorden de páginas sobre el mismo mientras toma una de ellas y observa los números y problemas matemáticos escritos allí.
—Lo que sea, Taylor, ¿que necesitas?
—Mis padres dijeron que Rain iniciará nuevamente a ver a un psicólogo, le sugerí que conectarán a tu padre, así que buscaron por Internet su consultorio y agendaron una cita, hoy lo verá.
—¿Qué puedo hacer yo respecto a eso?
—¿Podrías decirle a tu padre que le tenga paciencia? Usualmente los psicólogos se rinden con ella ya que es una muralla y nunca dice nada. —dice —Sí, sé que dije antes que con él no hablará, pero Alexis me comentó que el día que vinieron aquí Rain dijo tu padre le agradaba.
—¿Lo dijo? —Will arquea una ceja. —Eso no suena a ella...
—Luego le dijo que porqué tenía un hijo tan tarado.
—Ahora sí suena a ella —Will niega con una sonrisa.
—¿Se lo pedirás?
—Lo haré.
—De acuerdo. —Taylor sonríe —Veo que te estás manteniendo ocupado. —señala la bufanda.
—Por suerte había impreso los diseños antes de que me quitaran la laptop.
Taylor se lleva las manos a los bolsillos de su abrigo y mira a Will fijamente.
—¿Qué pasa?
—Mi hermana me preocupa, Will. —responde sincero —No solo a mí, a Alexis también y lo único que queremos es que salga de esa burbuja oscura.
—Taylor... —Will hace una pequeña pausa —¿Crees que...? ¿Crees que Rain llegue a intentar quitarse la vida? ¿Por eso es que te preocupa tanto?
Taylor se queda en silencio un largo momento y Will nota que los ojos de su amigo se están comenzando a cristalizar.
Al abrir la boca para responder, Carla Roberts abre la puerta interrumpiendolo y dice: —Tus diez minutos han acabado, Taylor.
Taylor carraspea y asiente.
—Nos vemos, Will.
—Adiós, Taylor. —susurra y ve cómo su madre le da una mirada rápida antes de salir de la habitación.
Will pone la bufanda de Alexis a un lado y levanta la almohada para sacar la bufanda verde con el logo de la serpiente que en realidad estaba tejiendo antes de que Taylor llegara.
—Ay, Hulk... —susurra —¿Serías capaz de eso? Ojalá que no, ya casi comienzas a agradarme...