¡aléjate de mi ventana!

19. Confeti

—¿Estás seguro de esto? —pregunta Taylor quien ya tiene el celular listo para comenzar a grabar.

—¿Tus padres están en casa?

—No. Todavía no llegan de sus trabajos.

—Entonces estoy listo. —Will asiente.

Aunque a Taylor le agrada que finalmente tendrá material nuevo para su canal de Youtube, ver a Will igual de furioso que ayer no le gusta mucho. Quizás esto vaya más lejos de lo que se planea.

Pero si el mundo arderá él quiere estar allí para verlo. Desde lejos, obviamente.

Carla ve a su hijo bajar las escaleras con cuatro tubos que reconoce como cañones de confeti y abre los ojos asustada.

—William Theodore Roberts, ¿qué se supone que vas a hacer?

—Iré a recuperar mi balón de baloncesto.

—¿Y esto para que es? —Carla señala los tubos.

—Distracción.

—Will, ¿te parece sensato?

—Ya tranquilízate, Hulk podrá barrer su habitación después.

No le da a su madre oportunidad de seguir protestando ya que le pasa de largo para salir de la casa y cruzar el patio con Taylor a su lado.

El menor de los Schmidt abre la puerta de su casa y comienza a grabar mientras Will sube las escaleras recorriendo el camino a la habitación del objetivo. Para su suerte está abierta así que al poner un pie dentro deja caer tres tubos al suelo y explota el primero.

Rain pega un grito y Einstein, que dormía en una esquina de la cama, brinca del susto y cae sobre la alfombra y corre fuera del lugar.

Will se inclina y toma el segundo tubo para explotar el confeti que se mezcla con el que aun sigue revoloteando por toda la habitación.

—¡WILLIAM! —Rain se levanta de su escritorio donde se encontraba haciendo tarea, pero no logra ver mucho ya que Will prácticamente le explota el tercer tubo de confeti al rostro.

La chica escupe papeles de colores y Will la mira con enojo. Esto no calmó para nada su deseo de venganza. Arroja el tubo en una esquina y toma el último explotándolo en dirección al techo.

Logra divisar su balón así que lo toma del estante y gracias a sus reflejos rápidos logra esquivar un libro que Rain le lanzó muy cerca del rostro.

—Solo vine por lo que era mío —dice el chico.

—¡Mira como has dejado mi habitación, maldito loco! —extiende las manos señalando el lugar —Te odio tanto.

—Como si me importara. —sube los hombros.

—Oh. Por. Dios. —Alexis entra al lugar ya que los gritos la atrajeron, y nota con sorpresa la explosión de colores en cada rincón.

—¡Vas a limpiar esto! —Rain lo señala.

—Yo digo que no.

—Si tan solo a alguien le importara lo que digas. —ella gruñe.

—Adiós, Hulk.

Will se gira para salir, pero Rain trepa a su cama y de un solo brinco se arroja a la espalda de Will apresándolo por los hombros.

—Ni creas que te vas a ir de aquí, mira este desastre.

—¡HULK! —Will no puede creerlo, ¿de verdad está encima suyo dispuesta a hacerlo limpiar? Eso no pasará en ningún futuro cercano.

Taylor y Alexis se ríen del forcejeo ya que Will está a nada de caerse y Rain luce demasiado determinada a que eso pase.

—ERES UN IDIOTA.

—TÚ ERES UNA INSOPORTABLE. ¡ALEJATE DE MÍ!

Rain comienza a jalarle el cabello. Will suelta el balón y grita más que nada por el dolor. Los dos caen sobre la cama y ella se aparta para ponerse a horcajadas sobre él.

—¡¿Qué rayos te pasa?! —pregunta ella con la respiración agitada.

—Tú eres la que empieza todo y nunca aguantas nada. ¡Atente a las consecuencias!

—¿Todo esto por un estúpido balón?

—¡Llámalo como quieras, loca!

Rain intenta golpearlo en el rostro, pero él le toma la mano. Es más fuerte y puede lastimarla más fácil. Sus miradas se conectan brevemente, pero al ver la mueca de dolor que ella hace la suelta y la aparta de él.

Se baja de la cama y se inclina para tomar su balón y salir de la habitación.

—¡Visitaré tus pesadillas, idiota!

—¡Desde que te mudaste estás en ellas, Hulk! —grita Will de regreso.

Taylor deja de grabar y mira a Rain con encogimiento. Alexis decide alejarse y volver a su habitación, su hermana luce demasiado enojada, mucho más de lo usual, así que eso no es bueno para quien sea que se quede cerca.

Rain se lleva las manos al rostro. Quiere llorar de la impotencia.

—Rain... —Taylor intenta acercarse, pero ella le arroja una almohada al rostro.

—¡VETE DE AQUÍ, TAYLOR! —le grita y se levanta para sacarlo y estrellarle la puerta en la cara.

Taylor se queda en el pasillo sin entender del todo lo que acaba de ocurrir. Esto no se sintió para nada como las veces anteriores, esta vez había más que odio superficial, ahora parecía muy real.



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En el texto hay: vecinos, gemelas distintas, bromas y peleas

Editado: 25.12.2021

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