Carla Roberts abre la puerta y deja salir un suspiro cansado cuando ve que los tres hermanos Schmidt están parados frente a ella con cubetas en las manos y dentro de ellas hay muchos frascos coloridos con elemento que reconoce a la perfección.
—¿Su hijo está en casa? —pregunta Rain.
—No. Will se encuentra en casa de mi madre. Es dos calles más arriba. ¿Qué está pasando, muchachos?
—William explotó cuatro tubos de confeti en mi habitación. ¿Estaba anuente de eso?
La mujer cierra los ojos por tres segundos tratando de no perder la compostura y al abrirlos dice: —Sí, estaba anuente.
—Me alegra, porque he venido a devolverle el desorden.
—Honestamente prefiero no verme involucrada en esta guerra sin sentido que ustedes dos se han creado. —la mujer realiza un ademán con la mano en dirección a las escaleras y se hace a un lado. —Procuren que todo sea en la habitación de Will, no quiero tener que limpiar la alfombra del pasillo.
—No se preocupe, en cuanto a limpieza se trata, su hijo será el que lo hará por las siguientes semanas. —dice Rain y se abre paso al lugar.
—Solo estamos ayudando a nuestra hermana, no queremos molestarla, señora Roberts, créame. —susurra Alexis cuando pasa al lado de la mujer. Carla sonríe sin mostrar sus dientes y Alexis prosigue a subir las escaleras detrás de Rain.
—¿No es algo imparcial ser un doble agente? ¿Por qué ayudas a ambos con esto? —pregunta la mujer cuando Taylor pasa por su lado. El chico se detiene y la mira.
—A como yo lo veo es el doble de diversión y aunque Will sea mi amigo, Rain sigue siendo mi hermana mayor y siempre la ayudaré cuando me necesite.
Carla asiente y toma su bufanda y bolso del perchero junto a la puerta.
—Iré a buscar unas medicinas a la farmacia. Theodore llega quizás en dos horas. Cierren bien cuando se vayan y por favor, nada de Glitter en mis alfombras o me uniré a esta guerra y lo próximo que verán en sus futuros son camisas llenas de clorox. ¿Entendido?
Taylor sonríe y dice: —Entendido, señora Roberts.
En la habitación de Will, las gemelas ya han vaciado casi todos los frascos de Glitter que traían en sus cubetas. La alfombra del chico brilla con tonos rojos, verdes y dorado.
Su cama, almohadas y escritorio lucen de igual manera. Taylor entra a la habitación grabando a sus hermanas en el acto y riendo al ver el gran desastre que ya han causado en tan pocos minutos.
—Pásame tu cubeta —pide Rain en direcciona su hermano. —Aún falta el baño. —Taylor se la pasa.
—Mira esto, Taylor —dice Alexis señalando las gavetas de ropa de Will.
El castaño contiene la risa al ver que cada una de ellas está llena de Glitter y las prendas adentro brillan con fulgor.
—¡Will se querrá morir cuando vea esto! —exclama Rain desde el baño —He tirado Glitter hasta en su shampoo.
Taylor mira a Alexis de forma cómplice y ella sonríe ya que el plan va a la perfección.
Pobre Rain, ¿acaso no sabe que con dobles agentes controlando las situaciones uno nunca sabe cómo puede terminar el final de una conspiración?
Taylor guarda su celular y saca del bolsillo de su abrigo una de las dos esposas que ha traído. Su padre se las compró la semana pasada para una exposición que tuvo el chico. Su clase tenía que hablar sobre empleos con sus pro y contras, y a él le tocó La Policía.
—¡Rain, ven acá! —grita Alexis —Tienes que ver esto.
—¿Qué cosa? —la chica sale del baño y rodea la cama para llegar hasta su hermana.
—Esto, mira —señala la cabecera de la cama de Will que tiene extraños diseños metálicos circulares.
—¿Qué?
—Perdóname, pero Taylor tiene un plan y lastimosamente es este. —susurra Alexis casi inaudible.
Rain no tiene chance de reaccionar. Rápidamente Taylor le esposa una mano y el otro extremo de la esposa lo une a uno de los círculos en la cabecera de la cama. Rain abre los ojos asustada y mira a su hermano sin entender del todo que está sucediendo.
—¡Libérame! —comienza a sacudir su mano presa, pero de inmediato se arrepiente ya que el dolor aparece. —¡¿Qué rayos creen que hacen?!
—Toma asiento, hermana, te quedarás aquí un buen rato. —le dice Taylor.
—¡La maldita cama está llena de Glitter! —exclama ella con impotencia. —¡No me puedo sentar!
—Karma instantáneo —susurra Taylor con una sonrisa burlona.
—Tranquila, Rain. Will vendrá y te hará compañía. —dice Alexis.
—¿QUÉ ESTÁN HACIENDO? —grita cuando sus hermanos comienzan a salir de la habitación —NO ME DEJEN AQUÍ. ¡LIBERENME YA MISMO!
Taylor cierra la puerta.
—¿Tienes las otras esposas? —pregunta Alexis cuando van bajando las escaleras haciendo su camino a la sala de estar de los Roberts.
—Sí —Taylor palmea el bolsillo de su abrigo. —Le escribiré a Will y cuando esté aquí ya sabes que hacer.