Dos horas han pasado desde que los menores de los hermanos Schmidt habían esposado a Rain y Will juntos.
Estos se mantenían conversando por instantes y luego besándose por otros, era una confusión de sentimientos encontrados lo que habitaba en esa habitación llena de Glitter.
—No puedo creer que tengamos más razones para ser amigos que para intentar algo —dice Will con pesar.
—Somos vecinos —le recuerda Rain —Si esto acaba mal dudo mucho que mis padres quieran acceder a mudarse solo para que yo no te vea.
—Lo sé y tus hermanos me agradan mucho. Sería una lástima que por ellos elegirte a ti antes que a mi pierda su amistad.
—¡Oye! —Rain lo mira mal.
—Solo estoy siendo honesto.
—Demasiado honesto, diría yo —ella rueda lo ojos.
—¿Qué tal si las cosas salen bien? —pregunta él con esperanza.
—¿Qué tal si no?
—Mi abuela dice que el mundo siempre gira en torno a diferentes posibilidades.
—No tienes muchos amigos, ¿eh? —Rain se burla.
—¡Claro que sí! —se defiende —Tengo a mi mejor amigo Logan y soy el capitán del equipo de baloncesto, por supuesto que conozco a más gente a parte de a ustedes y mi abuela.
—Vaya... Olvidé que de hecho tienes una vida lejos de casa.
—Soy bastante popular si te lo preguntas —alardea, pero no miente.
—Claro —dice ella con fingido interés en esa información.
Will tiene buen estado físico, es alto y bastante agraciado, muchas chicas en su colegio han mostrado interés en él por varios años y cuando se volvió capitán del equipo de baloncesto la euforia aumentó.
Solo ha tenido una novia y no terminaron porque se hartaron el uno del otro. Lastimosamente la chica desde muy pequeña presentaba muchos problemas de salud y en su adolescencia le detectaron cardiopatía hipertensiva, algo poco inusual en jóvenes, pero aun así ella lo presentaba. Una noche una fiebre alta la hizo cerrar los ojos y no volver a abrirlos más. Eso fue hace dos años cuando Will tenía dieciséis, si bien la pérdida de su primer amor le dolió mucho, nada que un par de sesiones con su padre y mantener la mente ocupada no logró sanar poco a poco.
—Muero de hambre —se queja Will cambiando de tema.
—Esos ineptos no nos van a soltar si no arreglamos esto y aún no hemos llegado a nada —Rain ladea la cabeza y nota que ya está comenzando a anochecer. —Me estoy orinando desde hace quince minutos —confiesa.
—Entonces tomemos una decisión ya.
Rain lo mira. Asiente y dice: —De acuerdo. Lo más sensato sería...
—Quedar como amigos —dicen a la misma vez y sus ojos se encuentran por unos segundos antes de que los desvíen por diferentes esquinas de la habitación para evitar mirarse más de lo debido.
—Así no perdemos nada y mantenemos nuestra amistad —susurra Will.
—Exacto —concuerda Rain.
Ninguno puede notarlo, pero internamente ambos están dudando de la decisión.
—Antes de que llamemos a Alexis para que nos libere, quiero darte las gracias por ayudarme aquella noche. Gracias a ti saqué una B+ en matemática y he estado poniendo más atención en clase ya que tus apuntes me han hecho comprender mejor.
Rain sonríe sin mostrar sus dientes. Quiere golpearse por querer comenzar a llorar de nuevo.
Will se inclina para besarla y ella acepta los labios del chico contra los suyos mientras sus corazones laten frenéticamente.
''¿Por qué duele tanto si nunca nada se inició por completo o se está terminando definitivamente?'' piensa ella.
La duda ante el hacer lo correcto también surcaba la mente de Will, pero es una decisión que han tomado pensando en... ¿lo mejor para ambos? ya veremos que tal.