Will tiene las manos en su cabeza y su padre está junto a él dándole suaves palmadas en la espalda.
El hospital se siente frio y sobre todo muy silencioso.
Los pasos apurados de Taylor y Alexis resuenan por el pasillo mientras visualizan a Will y Theodore sentados en una esquina de la sala de espera.
Alexis tiene los ojos llenos de lágrimas que ha venido derramando todo el camino desde el cine y Taylor está demasiado nervioso, cosa que logró hacerle ganar una multa de tránsito porque se pasó una luz roja y justo había un policía en la misma intercepción. Sí, a sus dieciséis años ya podía conducir y contaba con su permiso vigente.
—¿Cómo está mi hermana? —pregunta la chica y Will sube la mirada.
—¿Qué carajos ha pasado? —prosigue a preguntar Taylor.
—No lo sabemos —responde Theodore por su hijo ya que este está demasiado abrumado para decir algo —Nos dijeron que la información seria dada únicamente a padres o familiares de Rain, así que no nos han dicho nada.
Alexis toma del brazo a Taylor prácticamente arrastrándolo fuera de allí para ir a buscar esa información. Sus padres ya estaban en camino, pero mientras eso pasaba necesitaban saber que ocurrió con su hermana.
Varios minutos después dieron con el doctor y este simplemente les dijo: —Agotamiento.
—¿Habla en serio? —Taylor preguntó de forma aliviada.
—Así es, el agotamiento es el resultado de muchas cosas, como: dormir mal, ansiedades, falta de comidas o de ejercicio. —señala la habitación donde Rain se encuentra —Su hermana en estos momentos no tiene nada de comida en su estómago y detectamos mucho Belsomra en su sistema, que es un fármaco que ayuda al insomnio.
—¿Estará bien? —pregunta Alexis.
—Sí. Definitivamente tendrá un par de moretones por el golpe que se dio cuando se desmayó, pero estará bien, le hemos suministrado unos sedantes y vitaminas. Despertará por la mañana, así que en cuanto al insomnio se trata esta noche con contará con ello.
—Gracias, doctor —dice Taylor.
—Háganme saber cuándo sus padres lleguen, tienen que firmar unos papeles. —avisa antes de despedirse de ellos con un pequeño asentimiento de cabeza.
Alexis se lleva un pulgar a su boca de forma preocupada mordiéndose la cutícula.
—No fue nada grave. Mantente calmada.
—Por un momento imaginé que...
—¿Qué Rain había finalmente intentado acabar con su vida? Sí, yo también lo pensé.
Taylor se lleva las manos al rostro y respira ahora con más tranquilidad. Su hermana les dio un buen susto, parece que después de todo si los hizo pagar.
❁❁❁
Los padres de Rain dieron permiso para que Will pasara la noche en la habitación de ella, ya que el chico determinadamente expresó que no se iría hasta que la chica despertara. Carla tuvo que traerle ropa limpia y una sábana.
Los rayos del sol comenzaron a molestarle en el rostro y cuando reaccionó se dio cuenta de que ya había amanecido. Se incorporó lentamente en el sofá donde por alguna extraña razón durmió cómodamente y observó a Rain quien todavía duerme plácidamente en la camilla.
Dio una rápida mirada a su celular y vio que eran las 7:06 am. Se puso de pie y se sentó junto a ella tomando una de sus frías manos. Verla así le duele.
—¿Cómo es posible que hasta postrada de forma inconsciente te sigas viendo hermosa? —susurra. —¡Qué susto me diste, maldita loca!
Se ríe de sí mismo al recordar que anoche entró a la casa de los Schmidt a punta de hachazos temiendo lo peor y resultó ser que Rain colapsó por cansancio y no comer bien estos últimos días.
—Cometimos un error enorme y no dejaré que me contradigas en eso. —prosigue a decir Will bajando la mirada al suelo blanco del lugar. —No quiero que seamos amigos, no puedo aceptarlo.
—William, es triste que te la pases hablando incluso cuando se supone que no estoy escuchando. A ti en serio te gusta el sonido de tu propia voz, ¿no?
Will desvía la mirada y la observa. Rain tiene los ojos medios abiertos y aprieta con fuerza la mano que él tiene entrelazada con la suya.
—¿Qué te puedo decir, Hulk? Mi sonido favorito es tu silencio —responde con una sonrisa.
—¿Dónde estoy? —pregunta al reparar en el lugar.
—¿No recuerdas nada? —él la escanea con la mirada y lleva su mano libre al rostro de la chica para apartar un mechón de cabello lejos de su frente.
—¿Me desmayé?
—Sí.
—Oh...
—Einstein me lo hizo saber.
—Ay, mi pobre gato, debió estar muy asustado —susurra sintiendo vergüenza.
—No solo él —admite Will.
Rain lo mira con tristeza.
—Lo siento —ella vuelve a susurrar. Su estómago duele y no sabe si es por no haber comido o la culpabilidad de poner a Will y su familia ante esta situación.
—Si algo te pasaba... —Will niega, ni siquiera quiere imaginar eso —Rain... nunca encontraré a alguien como tú.