Aleris del Infinito

Capítulo 15 - Extraño regreso

Luke llevaba un ritmo sostenido, pero Aleris notaba como sus piernas se flexionaban cada vez más en su camino de regreso. No solo tuvo que soportar el hecho de llevarla a cuestas sino toda esa experiencia del combate. Lo admiró por tener las fuerzas para enfrentar todo aquello.


—Luke, ¿te sientes bien?
—No estoy pensando en eso, si lo hiciera, quizás me desplome al tomar conciencia.
—Me imagino, por eso lo pienso por ambos. Me preocupa lo tarde que se ha hecho, mi padre ya debe estar buscándome por toda la ciudad.
—Creo que esta ocurrencia tuya me va a costar mucho más que un par de raspones como los que recibí esta noche.
—No lo permitiré, mi padre no es un mal hombre. Y todo esto fue mi idea.
—¿No te das cuenta de que jamás te hará responsable? La culpa será toda mía, así como el castigo.

Aleris calló por unos minutos, su amigo tenía razón, cuando su padre se enojaba solía perder el criterio y dejar de escuchar razones, por válidas que fueran. De repente tuvo miedo por el destino de Luke.

—Gracias.
—No lo menciones, para mí también fue un placer.
—En serio, tonto, fue la noche más maravillosa de mi vida.
—Bueno, para ser la última mía, tampoco estuvo mal.

Siguieron caminando un tramo más sin hablarse, con el único sonido de los pasos de Luke cada vez más lentos y cansinos en el césped, y el roce de la chaqueta de Aleris sobre su espalda con cada metro que avanzaban, el borde de la carretera estaba silencioso, el paraje apenas iluminado por la luz de la luna. Algunos hubiesen visto esa situación como algo siniestro, pero nada estaba más lejos de la imaginación de ambos, a pesar de todo lo vivido.

—¿Crees que todo fue un truco? Hablo de la aparición de Rusnak.
—¿Y qué sino? ¿Fuerzas sobrenaturales?
—No sé, se veía todo tan real…
—Te olvidas de lo que hace gente como David Copperfield o ilusionistas del estilo. Tu tío debe tener trucos como ese y más también.—Aleris largó una carcajada.
—Mi tío es un vivillo, pero no hace nada tan sofisticado, es más de salón.
—Bien, supongo entonces que esto será lo mismo pero más sofisticado. El Sr. Rusnak debe tener recursos de sobra para hacerlo.
—Supongo que sí, pero así y todo hay algo que no me termina de convencer como “truco”.
—Como sea…
—Luke, hay algo de lo que quería hablarte, pero no tuvimos tiempo, fue una noche muy intensa.
—Ay, por favor, no la vuelvas más intensa aún.
—No, de verdad, es algo que siento y tiene que ver con mi salud.


El chico se detuvo de golpe.


—¿Estás cansada? Podemos detenernos un rato.
—No, no hablaba de eso… o sí, pero en general.
—No entiendo.
—Creo que estoy mejorando, que mi enfermedad, a pesar de no tener cura, se está revirtiendo.
Luke se detuvo por completo y bajó al suelo a Aleris, se sentó junto a ella.
—No tenías que detenerte.
—Ahora sí estoy cansado, cuéntame.
—Bueno, en realidad no sé cómo pasó, ni tampoco cómo lo sé, pero mis músculos, mis órganos, están dejando de degenerar para regenerarse, es algo muy curioso. Y me está sucediendo desde que vi a mi madre en la sesión de tomografía.


La cara de Luke mostraba tanto desconcierto como esperanza.


—No lo entiendo, pero… espero que sea real. Todo esto, que no sea cosa de algo así como optimismo por una señal.
—No, no lo es. Créeme que soy la primera en no hacerme ilusiones. Pero esto es diferente.


Se quedaron en silencio un buen rato hasta que dos luces aparecieron intempestivamente por la curva y una frenada de neumáticos chirriando marcó que se trataba del vehículo de Douglas.


—Hasta aquí llegó la aventura—dijo Luke en un susurro.


Ambos hombres bajaron casi al unísono, Luke vio el rifle en manos de su padre y maldijo por lo bajo. Aleris estaba más preocupada por lo que haría su propio padre sin ningún arma en la mano.


—Si terminaron con su gran aventura, sería bueno regresar a casa.
—Señor Douglas, yo…
—Cállate, Luke, no es a él a quien debes explicaciones —dijo Jobbs.
—Tampoco a ti, ¿o es que acaso fuiste el primero en salir a buscarme? Podría estar una semana fuera y ni te enterarías.
—No me hables así mocoso…—dijo abalanzándose sobre Luke y tomándolo de la solapa.
—¡Ya basta! Creo que debería ser el más molesto, mi hija enferma que, por su triste realidad, no puede moverse por sus propios medios, fue secuestrada por este imberbe y terminó tirada al costado de la ruta a mitad de la noche. No tienen idea de lo que me pasa por dentro, pero he aprendido a ser racional. Métanse todos dentro del vehículo y luego arreglaremos las cosas como es debido.—Douglas estaba rojo de furia aunque su tono de voz intentaba parecer calmo. Se colocó por detrás de su hija y la alzó para colocarla en el asiento de atrás del auto. Jobbs tomó a Luke del brazo, pero este se zafó y entró por sus medios junto a Aleris.

En el camino reinó el silencio por unas cuantas millas. Como era habitual, lo rompió Aleris.


—Papá, ¿recibiste alguna noticia últimamente?


Douglas miró el retrovisor extrañado. Esta chica no perdía jamás la capacidad de sorprenderlo.


—A decir verdad, sí. No entiendo por qué lo sabes, pero iba corriendo a darte la buena noticia cuando me encontré con el “detalle” de tu desaparición. No sé que sabes de todo esto…—Aleris lo miraba entre pícara y expectante— pero el doctor Samuel me acaba de confirmar que estás sanando. No entiende cómo, pero tu enfermedad está retrocediendo.—Su cara se iluminó mientras hablaba, la furia de hacía unos minutos había desaparecido por completo. Luke abría la boca sin poder creer tampoco la historia. Por un momento la adrenalina que les produjo la noticia los invadió de felicidad, al menos hasta que se produjo la explosión.



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En el texto hay: fantasmas, fantasa, amor adolescente

Editado: 28.09.2022

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