Aleris del Infinito

Capítulo 18 - Capitulaciones

Aleris estaba ya por conciliar el sueño, terriblemente agotada por la aventura cuando un guijarro sonó contra la ventana. Y luego otro más. Antes de taparse para seguir durmiendo y darlo como parte de un sueño, decidió asomarse. No podía creer que Luke estuviese abajo. Abrió la ventana y trató de “gritar” en voz baja.


—¿Estás loco? Si te ve mi padre te expulsará del pueblo.
—No podía dormir. Y tengo que hablar contigo. No puede esperar.
Aleris resopló y le hizo señas para que suba. Tuvo que reconocer que el chico fue mucho más sigiloso que de costumbre. Estaba enojada, pero cuando vio los moretones que recibió por protegerla se enterneció.
—¿No podías esperar hasta mañana?—dijo mientras le tomaba la mano para que pueda apoyarse y saltar por encima de la cama, siempre entre susurros.
—Probablemente, sí, pero de verdad no podía dormir.
—Está bien, ¿podemos hacer esto rápido? Yo sí tengo sueño.


Luke rio incrédulo.


—¿De verdad puedes dormir? Eres increíble.
—No, no tanto. Me cansé aunque el trabajo pesado lo llevaras tú. Y muy bien hecho por suerte.
—Bueno, ahora dime, ¿qué fue todo eso?
—Estabas ahí conmigo, ¿no?

—No, no te hagas la tonta, no me refiero a lo que pasó en el parque con el dueño y la pandilla, hablo de lo que pasó más tarde en el auto.
—Aha…—dijo Aleris levantando sus cejas y con las palmas hacia arriba—¿en qué momento exacto?
—Por Dios, cuando le preguntaste a tu padre primero si no tenía novedades como sabiéndolas de antemano y luego cuando evitaste que tuviésemos un feo accidente… o eso creo.
—¿Eso creo? Que yo sepa solo pinchamos un neumático.
—No lo sé. Tengo imágenes en mi cabeza de un vuelco, un choque en el que salimos muy lastimados… y una figura.
—¿Una figura? Eso es falta de sueño, deberías marcharte a la cama.
—Hablo en serio. Pasaron cosas muy raras esta tarde y estoy cien por ciento seguro de que sabes más que yo al respecto.


Aleris le puso la mano en el hombro, en actitud casi maternal.


—Luke, querido, acabo de enterarme casi al mismo tiempo que tú que mi enfermedad retrocede, tiene lógica que lo sepa antes por qué es mi cuerpo del que hablamos y algunas partes todavía me funcionan, ¿si?
—Bien, ¿y el resto?
—Pues, no lo sé. Solo supe que nos íbamos a estrellar si mi padre no frenaba. También tuve esa visión del accidente y el auto volcado…
—¿Y de la figura?
—Creo que también…
—Bien, me alegro de no estar loco, pero…—Aleris no lo dejó seguir, sabía que no podía ocultarle mucho más la verdad de lo que sabía a su amigo y que si seguía insistiendo terminaría por revelarlo, así que se estiró hacia él y le encajó un beso en los labios, a boca cerrada pero muy efusivo. Luke se encontró totalmente desarmado. Y luego, cuando ella se apartó, rojo como un tomate.
—Gracias por lo de hoy, de verdad.
—No… no sé quién deba agradecer… quiero decir…
—Quieres decir que te vas a dormir ya mismo, no arruines el momento.


Luke supo en ese momento que lo que sentía por esa chica era realmente especial. Había ido en busca de respuestas y se encontró con algo que lo sorprendió más que nada como ese beso. Ya no podía pensar en otra cosa, al menos por esa noche.


—De acuerdo. Me voy. Hasta mañana.
—Hasta mañana. Y concéntrate, no quiero que te caigas por la ventana.


Le hizo caso, aunque le costó concentrarse más que el resto de las veces que se fue por allí. Aleris lo siguió con la mirada hasta que se perdió de vista. En cierta forma se sentía responsable por él y sabía que no lo ayudaría compartir toda la información. Aún no.

 



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En el texto hay: fantasmas, fantasa, amor adolescente

Editado: 28.09.2022

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