Aleris del Infinito

Capítulo 22 - Segunda vuelta

Los preparativos de la salida al parque de recreaciones fueron una fiesta en sí misma, teniendo en cuenta que las salidas familiares de Aleris siempre fueron a la clínica. Y no podían contar la escapada o secuestro a cargo de Luke con rescate incluido. Sara se esmeró en ayudarla a quedar lo más lejos posible de una niña desvalida y a parecer una mujer con un toque de la seducción artificial acostumbrada. Pero lo cierto es que la recuperación no había sido solo una ilusión y en un par de meses desde que se revelaron los resultados de los estudios, Aleris podía caminar con muletas y se sentía mucho más fortalecida en sus miembros inferiores. Sus doctores confesaron no tener antecedentes de semejante recuperación y eso inquietaba a Martin Douglas aunque no dejara al mismo tiempo de alegrarse por su hija.
Luke también estuvo a la altura y se presentó en la residencia Douglas con una chaqueta que era de su padre y le quedaba algo grande. No era demasiado formal porque los jeans seguían siendo los mismos al igual que sus tenis desvencijados, pero Aleris apreciaba el esfuerzo.
Lo que terminaría siendo un momento incómodo sería el de Sara. Un mes atrás había tenido la oportunidad de blanquear con su esposo la reunión de trabajo secreta que tuvo con Rusnak, pero él la detuvo. Finalmente, Martin terminó diciéndole que estaba al tanto de todo y que le permitiría trabajar en el centro una vez que él mismo definiera las condiciones con su gerente. En los días siguientes ella insistió para saber si tenía novedades, pero no obtuvo respuesta, así que llegaban a la fecha de apertura sin que pudiese tener el empleo que deseaba. Amaba a su esposo, pero también sentía que la ponía a prueba permanentemente y un día quizá se cansara de todo eso, de ese hombre tan controlador y omnipresente. Y de su hija que a pesar de tener sus buenos momentos, parecía tener el destino de su padre.


—Te ves preciosa—dijo Martin, con un brillo especial en los ojos, una de las tantas cosas que hacían que siguiese a su lado, el sentirse amada y deseada.
—Gracias, te perdonaré el hecho de que no esté trabajando hoy allí solo porque me regalaste este hermoso vestido.


Martin borró su sonrisa, odiaba el sentido de oportunidad de Sara para dar los golpes y pases de factura.


—Ya hablamos de eso, no creo que sea el momento.—Sara miró de soslayo a Aleris, legítimamente entusiasmada. Y decidió que de verdad no era el momento.
—Muy bien, salgamos entonces, que no nos van a esperar para comenzar el show.

Subieron al auto, Aleris sin su silla y ayudada por muletas por primera vez, Todos se quedaron mirando la destreza con la que las utilizaba a pesar de los pocos días que hacía que las tenía. Martin se acercó a Luke y le habló en susurros.


—Hijo, ¿sabes lo que yo amo a esta chiquilla, verdad?
—¿Cómo no saberlo, señor?
—Bien, entonces sé su sombra, no puedo estar con ella lo que quisiera y temo que su nuevo estado de independencia le ocasione nuevos peligros. Te lo recompensaré.


Luke no supo si sentirse halagado o insultado, no obstante la respuesta posible era solo una.


—Señor Douglas, de verdad quiero a Aleris y daría mi vida por ella —se sonrojó al decirlo, a decir verdad, sabía que sentía mucho por ella, pero no qué clase de sentimiento— No necesito dinero ni nada especial por hacerlo.
—Entonces me alegro de que te tenga —le dio la mano como cerrando un trato, tenía esa habilidad de convertir momentos especiales en transacciones comerciales.
Subieron todos al vehículo con un sentimiento de algarabía generalizado. No tenían forma de saber lo que esa noche les deparaba.



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En el texto hay: fantasmas, fantasa, amor adolescente

Editado: 28.09.2022

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