Desde que Tony los invitara a acompañarlos Luke y Aleris no podían dejar de mirarse con una mezcla de complicidad, de intriga y miedo. Sabían que Tony escondía algo, coincidían en que no querían ir a ver al dueño del parque, si es que allí se dirigían, pero no sabían bien por qué. Era como una sucesión de alertas rojas que no se sabía muy bien de donde provenían, pero que no se podían ignorar. Además, el mago estaba guardando un silencio aún más sospechoso, parecía un autómata cuando en realidad siempre era una máquina parlanchina. Como buen ilusionista, manejaba el recurso de la distracción para que su público no comprobase donde estaba el truco, pero ahora los estaba dejando pensar demasiado con su silencio, y comenzaban a creer que allí no había truco sino mentira, pero ¿con qué objeto y por qué Rusnak había contratado a esos matones para hacer exactamente lo mismo de lo que los había defendido? Demasiadas preguntas.
—Tío, debería avisarle a mi padre que estamos contigo y saliendo del parque. No quiero que se preocupe.
—Vaya, ¿ahora eres una niña obediente? ¿Qué pasó con mi sobrina rebelde? Le tienes miedo a papi.
No, definitivamente algo raro pasaba con su tío. No estaba manejando bien la situación. Aleris miró a Luke, esta vez con el ceño fruncido y muestras de preocupación. Bastó para que el muchacho entrará en acción. Estaban por entrar a través de una puerta de acero mallada, Tony se agachó para abrir el candado que la cerraba cuando un barredor enorme le dio en la cabeza y lo dejó en el suelo inconsciente. El golpe fue tan duro que Luke se quedó con la otra parte del mango astillado en sus manos.
—¡Bestia! ¡Pudiste haberlo lastimado seriamente, es mi tío!
Luke se agachó y le tomó el pulso, también miró si sangraba, no, ni siquiera tenía un moretón, al menos aún.
—Vivirá, ¿qué otra cosa querías que hiciera?
—No lo sé, pero no podemos irnos de aquí sin ver que pasa. Es mejor que veamos qué hay detrás de esa puerta. Al menos pudiste esperar a que la abriera antes de matarlo.
Luke revisó en los bolsillos de Tony, sin encontrar nada, luego se percató de que llevaba las llaves en la mano. Las tomó y abrió el candado.
—Si quieres puedes quedarte aquí mientras echo un vistazo, para no ponerte en riesgo.
—Claro, como si este despertara y tomara tan bien que le hayamos pegado un porrazo como para ser cariñoso conmigo, vamos ahora mismo. Solo intenta que no nos atrapen por uno de tus actos impulsivos.
Se pusieron en marcha, Luke no sabía si ir por delante o a la retaguardia para proteger más a Aleris, que como de costumbre se mostraba temeraria a pesar de la poca movilidad que le daba su equipo. De pronto la empujó contra la pared y le tapó la boca. A escasos centímetros, pero sin verlos iban Santiago y su ladero, dirigiéndose a donde habían dejado a Tony desvanecido. Notaron que no hablaban entre ellos y parecían ligeramente extraviados, como el tío de Aleris. Luego de que pasaran, ambos vieron algo que les extrañó aún más: una especie de humo o nube que parecía tener autonomía propia los seguía, muy de cerca.
—¿Qué carajos era eso?
—No lo sé, pero pareciera que los vigila o controla de alguna manera, no vimos si tu tío tenía algo así detrás.
—Creo que hasta aquí llega mi curiosidad.
—Bueno, era hora, corremos serio peligro aquí. Y no estoy seguro de que podamos salir tan fácil, si es que estos dos vieron el cuerpo de Tony en la entrada, o si el mismo Tony despertó con un dolor de cabeza de mil demonios.
—Quizás haya otro barredor cerca que puedas usar…
—Fue un golpe de suerte no planificado, no sé mi animaría a hacerlo con tanta anticipación.
—¿Maestro de la improvisación?
—Digamos que no me paraliza el miedo, al menos hasta ahora.
—¡Ah, ese es mi hombre!
Luke encendió sus mejillas otra vez, era como la tercera de la noche.
—Vamos, antes de que los nervios me dejen más duro que tu equipo de supervivencia.
—Vaya, alguien hizo un curso acelerado de humor negro. Habrá que perfeccionarlo.
De pronto se encendieron las luces del pasillo, voces se dejaban oír como acercándose.
“No, no pudieron demorarse tanto. Me exaspera la inutilidad” (sonaba la voz de Pavel Rusnak).
“Es esa chica, lo presiento. No debes subestimarla más”(decía otra más grave y ominosa, sin que pudieran identificarla).
“¿Y qué quieres que haga? Intento acercarla, mantenerla bajo vigilancia pero se escurre. Y como si fuese poco es la hija de a quien me interesa más controlar”
“Solo tienes que traerla, mientras le dices tus palabras más amables y dulces, me encargaré de que no sea más una molestia”.
Aleris sintió como se congelaba su espalda cuando escuchó esas palabras. Luke había vuelto a ponerle su mano en la boca, pero en realidad era él quien tenía ganas de gritar. No aparecía mencionado en la charla, pero el miedo que tenía por lo que le pasara a ella, era propio.
Cuando casi llegaban hacia donde estaban ellos, Santiago y su socio venían corriendo por el lado contrario. Pasaron a su lado nuevamente sin poder verlos.
“Jefe, alguien atacó a Tony en la entrada. Está desmayado en el piso”.
“Vamos, inútiles. Ni él ni ustedes pueden cumplir una simple tarea”.
Los tres fueron hacia la salida, el humo que parecía más denso los sobrevolaba y ellos lo ignoraban por completo.
—¿Qué hacemos? Preguntó Luke con pánico total en su voz.
—Vayamos por donde vino Rusnak, tiene que haber otra salida por allí.
Sin pensarlo siguieron el camino por el pasillo por el que entró el dueño del parque hablando con alguien que jamás se hizo visible. Del otro lado había una puerta que daba a la oficina. Y luego otra más a un hall vacío y otra al parque directamente, cerca del portón de entrada. Los dos salieron respirando ese aire libre como si fuese el más fresco de sus vidas. A unos metros, cerca de la entrada como les hubiera dicho, estaba Douglas esperando.
Editado: 28.09.2022