Alerta de proximidad

Capítulo 2: Conociendo a la humana

— Ahora si puedo escucharte — habló Mark a Cemitono tras eliminar el silencio que le había puesto a su comunicador.

— Veo que te desviaste de tu objetivo para poder encontrar al ser humano, pero creo que lo mejor es dejarle en manos del enjambre — dijo la IA aparentando cierta molestia, no porque realmente sintiera algo, sino porque era un recurso para lograr que su mensaje fuese captado de una mejor forma por cualquier oyente. — Es lo mejor en este instante. Además, según palabras del Cutuf a cargo parece que ella es la responsable de la elaboración de esa sustancia.

— ¿Ah? Creo que no te diste cuenta en la situación en la que ella realmente se encontraba. Obviamente es un secuestro, debía hacerlo.

— ¿Y por qué no dejas que el enjambre se haga cargo?

— Porque no quiero que se muera si algo sale mal, y eso lo sabes, nada de preguntas repetitivas Cemitono —comentó el agente sin disimular la irritación que le causó el que le cuestionara.

En ese instante notó la mirada confundida de Sarah, ella no tenía ni idea de que era lo que decía quien estaría al otro lado de la línea, pero no se atrevió a decir nada; solamente siguió caminando detrás de aquel cemaran. No quería resultar una molestia, solo quería estar a salvo. Tenía miedo de que algo saliera mal, después de todo ya había estado con esos seres y de mala manera había conocido la fuerza que poseían sus extremidades. En esos momentos él era su esperanza de regresar a su hogar y que todo volviera a ser como antes, se supone que era un extraño, pero hasta ella reconocía el logo de Provie en su traje.

— La probabilidad de que ella se encuentre bien si se oculta es de un 72% según las condiciones actuales. —continuó la IA, pero esta vez con un tono más suave esperando tranquilizarlo.

— ¡No me basta ese porcentaje! —logró exclamar en voz baja sin percatarse de la mirada furtiva de aquella mujer, aunque no es como si hubiese podido entenderle.

— Mark, recuerda mantener la calma o eso te llevará a un gasto de energía innecesario. —añadió ante esa respuesta— Podría ser peligroso, no solo para tí, sino para ella de igual manera.

— Solamente la llevaré conmigo, no puede ser tan difícil.

— De acuerdo. Te deseo suerte Mark. Seguiré molestando a la otra inteligencia artificial hasta el momento en que vayan a salir de aquí. De ahí en adelante volveré al dispositivo.

—Por cierto, no soy un loco que habla solo, tenía una pequeña conversación con una IA —habló Mark nuevamente en español, quería ser bastante claro con Sarah para que no llegase a hacerse alguna idea equivocada sobre su forma de ser.

—Ohh, entiendo, debe ser algo bastante común en el espacio —respondió ella mientras jugueteaba con su cabello con cierto nerviosismo, porque pensó que él había entendido que le estaba juzgando en silencio.

Por mala suerte debido a la conversación que habían tenido atrajeron alguien se percató de esas voces que claramente no eran de un cutuf, y llegó hasta su localización. Sarah palideció en ese momento, esas personas le resultaban intimidantes con su estatura superior, había estado tan alegre ante aquel que le traía un rayo de esperanza que ni se le había ocurrido realizar una comparación de sus alturas hasta ese entonces. En medio del miedo que iba creciendo en su interior lo único que hizo fue intentar hacerse detrás de Mark, el cemaran dirigió su mirada hacia ella, se supone que no debía ser descubierto, pero el hacer ese "trabajo extra" lo había llevado a eso. No sentía molestia, pero cualquiera hubiera preferido que no hubiesen sido descubiertos; tendría que pelear y evitar que llegasen más hasta su posición.

— ¿Qué demonios haces aquí sucio cemaran? —habló aquel Cutuf sacando un arma blanca con una confianza que estaba haciendo sudar frío a Sarah, que se encontraba casi paralizada del miedo. Solo dio un paso hacia atrás, y rogó que le beneficiara lo que fuese a pasar.

— Pensaba andar por aquí sin verme en la obligación de romper los huesos de alguien —respondió Mark analizando de rapidez la protección empleada por su enemigo. El arma de choque normal no serviría, y no tendría el tiempo suficiente como para usar la otra en ese instante o podría cavar su propia tumba. Por lo que de momento sería cuerpo a cuerpo.

El Cutuf hizo un gesto de burla, ante sus ojos era imposible que una criatura de menor estatura como Mark pudiera hacerle frente, así que se le lanzó encima esperando derribarle y aplastarle. Sin embargo, a su bruta estrategia se le olvidó algo, no solo debía pensar en atraparle sin más, había olvidado que los Cemaran tenían unas "extensiones" en sus muñecas que tenían demasiada movilidad y fuerza.  Fue fácil para este lograr evitar el golpe Mark intentó acertar con su puño izquierdo, pero rápidamente sintió cómo algo se había sujetado y amarrado en sus pies. No tardó mucho en hacerse presente una patada que en conjunto con sus entorpecidas extremidades que fueron jaladas de forma sorpresiva le hicieron irse al suelo.

—  Bueno, bueno, bueno. ¿No me digas que en serio olvidaste algo tan básico? Nunca olvides los zolats de un cemaran —dijo Mark de forma burlona mientras sacaba su arma de dotación, la que requería cierto tiempo de recarga, mientras ejercía cada vez más presión con su bota en el pecho de ese cutuf— Te puedo dejar elegir en donde quieres el maldito agujero.

— Mark, creo que mejor lo dejas así —habló Sarah, ella no había entendido de lo que hablaban esos dos, pero no hacía falta, sabía que iba a dispararle, era demasiado obvio.



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En el texto hay: alienigenas y humanos, aliens, space opera

Editado: 25.07.2021

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