Alerta de proximidad

Capítulo 19: Sin presiones

— ¿No tienes que trabajar en unas cuantas horas? —preguntó Mark a su amiga.

— Oh, eso... Sí, pero mientras estoy hablando contigo haré uso de mi certificado electoral para poder tener el día libre. La fila de tres horas para votar por el candidato que perdió no va a ser en vano —respondió Sarah forzando una sonrisa.

— Es que todo esto podría complicarse, ya que tendré que ir a una misión, y no sé cuándo regresaré, y si voy a regresarte estaría sobre tiempo. Este plan sacado de la nada de ustedes en realidad no está bien ajustado a mi horario.

— Lo lamento, en ese caso usaré transporte público.

— ¿Y si sabes cuál tomar?

— No... Pero supongo que solo buscaré uno que diga Tierra o Luna, o Marte...

— Entre más hablas más obligación me haces sentir de que llegues en perfecto estado a tu casa... Supongo que tendré que hacerlo... —dijo Mark con cierta frustración.

— No volverá a pasar, Mark, lo digo en serio.

— Está bien... En parte comprendo el por qué tienen tanto empeño en recuperar lo que es suyo por derecho. Creo que yo llegaría a hacer lo mismo.

— ¿Tú también tienes algo así? —preguntó ella mientras se hacía una trenza.

— La familia Yenter tiene un escudo de hace siglos, del hombre que le dio prestigio a la familia en los tiempos del Bisar Arrot; es sumamente valioso y perderlo sería una tragedia. Pero, no es mío, mi padre de lo regaló a Kurt cuando cumplió 15; yo solo miraba ese hermoso escudo a la distancia, no necesitaba preguntar quién se lo iba a quedar porque ya sabía la respuesta. Desde que tengo memoria lo tenía en claro.

— Oh... ¿Y querías tenerlo?

— Sí, pero no iba a pelear sin motivo, él simplemente lo merecía, siempre fue el orgullo de la casa. Insistir hubiese sido caprichoso e infantil.

Sarah notó algo de resentimiento en esas palabras, como hija única tal vez no podía entenderlo, pero intentaba ponerse en el lugar de su amigo, él ya le había contado cómo fue estar con su padre durante esos años, y se preguntaba si Mark también le tenía algún tipo de resentimiento a Kurt Yenter, ya que nunca profundizaba en la relación de ambos. Prefería pensar en eso que arrepentirse de forzar a su amigo a lidiar con ella, o que empezara a renacer el temor que tenía al estar tan lejos de la Tierra. Ambos permanecieron en silencio, uno largo e incómodo, cada uno estaba pensando en lo que debían hacer, esto hasta que llegaron a Auri B.

No se tomaron mucho en posicionar la nave en el parqueadero y descender de la misma. Sarah se tomó unos cuantos segundos para estirarse ante la mirada de Mark, quien por su parte seguía cuestionando sobre si debió abrir la boca. Él tenía más información sobre la utilidad de aquellos objetos, pero de todos modos en parte reconocía que era una pertenencia de aquella mujer y tenía su derecho sobre el mismo; en parte quería que posteriormente le fuese entregado, ya que era evidente el cariño que ella le tenía.

— Ve a la izquierda, a 50 metros gira a la derecha y sube hasta que veas un letrero rectangular color azul. Allí puedes colocar su queja —le mencionó a su amiga.

— ¡Gracias Mark! —habló la mujer, tomó sus cosas y partió.

Mientras esperaba a que regresara para poder solo subir a la nave y dirigirse lo más rápido posible hasta la Tierra, pensó en que esa situación en la que se encontraba era un mal necesario, así no podría dormir nada, pero no podía dejar a su suerte a su nueva amiga. El comunicador oficial sonó, por lo que respondió de inmediato. Se trataba de Peroti.

¿Si conseguiste a alguien? Porque yo no, y la visión de Garup aún está afectada, y nos quedan menos de tres fazes. No nos queda tiempo.

No, no conseguí a nadie.

¿Y ahora qué hacemos? Esta falta de personal nos está realmente asfixiando.

No me preguntes a mí. Supongo que dependeremos de nuestra suerte.

He intentado con particulares, pero todos se niegan, ¿intentaste lo mismo?

— Eh... No realmente.

¿Qué trabajo tiene la humana? —preguntó el rago— Jamás pensé que diría esto, pero a estas alturas creo que podríamos pedir sus servicios.

Ella no es médico, ¿y acaso has enloquecido? No podríamos llevar a alguien así. No tiene experiencia, a diferencia de Garup.

Escucha, sé que Rowette es bastante hostil, pero no creo que podríamos lidiar con eso, ella solo estaría ahí para atendernos, no saldría de la Fugaz Escarlata. No puede ser tan complicado, y tendremos cuidado para evitar darle mucha carga.

¡¿Me estás jodiendo?! ¡¿Nos van a mandar allí?! —se alteró Mark— De ninguna manera podríamos llevar a Sarah a un sitio tan horrible.

Sé que los organismos tóxicos y devoradores son preocupantes, pero estaremos lejos de donde habitan esas agrupaciones. No puede ser tan problemático. Solo es cuestión de que tenga cuidado y lleve una buena protección.

El cemaran estaba preocupado, ese planeta era bastante hostil, la gran parte de organismos eran horribles y violentos, y en conjunto con las selvas que ocupaban la mayor parte del mismo era un lugar perfecto para que cualquier cosa pudiese pasar. Solamente iría por voluntad propia quien desconociera la fama de este sitio, o que tuviera una gran obligación, como ellos. El que Peroti sugiriera eso era estúpido, ella no podría hacer nada y estaría expuesta a un gran peligro. Estuvieron discutiendo sobre eso, hasta que esa joven mujer le interrumpió para decir que ya había firmado todas esas hojas para empezar el procedimiento, eso hizo que el rago se callara, no esperaba que estuviese en Auri B, pero eso solo haría las cosas un poco más fáciles. Como si todo se hubiese puesto en su sitio para favorecerle.



#2758 en Ciencia ficción
#18690 en Otros
#2364 en Aventura

En el texto hay: alienigenas y humanos, aliens, space opera

Editado: 25.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.